Fabio Jiménez se ha probado esta tarde en Arnedo el ‘Zapato de Oro’. Y se ha atado los cordones con la mano izquierda. Con la misma mano que ha toreado primorosamente al natural. Y eso que la tarde para el joven novillero de Alfaro se puso bien fea. Fabio acababa de bordar el toreo a la verónica en el saludo a su primero. Asentadas las plantas, el mentón hundido, jugando los brazos a compás, cargando la suerte y ganando terreno. Pero el de ‘Los Ronceles’ se lesionó una pata y empezaron las protestas hacia un palco que, con buen criterio, mantuvo a la res en el ruedo hasta ver si se trataba de algo pasajero. Apareció el pañuelo verde y la historia se repitió en el sobrero. La del buen toreo de capa y la de la lesión del novillo. La de las protestas, por supuesto. Pero se mantuvo en el ruedo para cabreo del público y de los muchos alfareños que acompañaban desde las gradas a su vecino.
Casi todo el interés del trasteo parecía residir en ver cuántas veces el de ‘Los Ronceles’ se desmoronaba por el ruedo. Hasta que Fabio se echó la muleta a la izquierda y se puso en el sitio para citar. Ya no dejaría de pisar Fabio ese sitio en el que casi todos los toros embisten. También los lisiados como ‘Bandolero’. Y ahí que armó una faena de tacto, de delicadeza, de gusto y de torería. Sobre todo, de torería. Porque Fabio estuvo en torero. Por concepto y por planteamiento. Su forma de andar por la plaza, su manera de irse de la cara del novillo. El temple de Fabio parecía haber curado la tullidez de ‘Bandolero’, que perseguía el engaño corrido con exquisito temple, a la vez que imprimía hondura y profundidad a cada natural. Alguno de los de pecho fue de cartel.
¡Qué forma de manejar la mano izquierda! Capaz de atarse los cordones del ‘zapato’ con ella.
El final a dos manos fue otro oasis de torería. Entró la espada y Fabio paseó feliz el doble trofeo.
Me llamó la atención la amalgama de procedencias de la ganadería de ‘Los Ronceles’. ¿Qué puede salir mal de una vacada formada por reses de Juan Pedro Domecq, ‘Jandilla’, ‘Zalduendo’, Luis Algarra, Daniel Ruiz, ‘El Torero’, ‘Buenavista’ y ‘El Torreón’? Ea, casi todo. Y todo lo que apareció en Arnedo con la divisa de ‘Los Ronceles’ zozobró entre una falta de fuerzas abismal o total. El que no cabeceó, se rajó, echó las manos por delante, escarbó y se paró. Aunque creo que todos hicieron de todo esto. Solo se tapó la buena presentación que fue ganando enteros a medida que transcurría la tarde.
Con una oreja se premió la disposición de García Pulido en el primero. Saludó de rodillas con la capa y así inició el trasteo de muleta también. Antes, quitó por tafalleras y una gaonera, de la que salió trastabillado. El molesto cabeceo del novillo tropezó muchas veces la muleta. El novillero toledano dejó una serie al natural de buen trazo, temple y mejor colocación. Todo lo hizo en los medios y ‘Artista’ solo le regaló tres embestidas finales ya en el tercio. Dejó una buena estocada en el segundo intento, justo antes de escuchar un aviso.
Lo único bueno que tenia el novillo corrido en cuarto lugar fue la prontitud. Pese a ello, García Pulido optó por las cercanías y su muleta volvió a salir tropezada, que para ello ‘Flor de Jara’ salía con la cara alta y desentendido.
De lo tan malo de ‘Los Ronceles’, lo peor se lo llevó Alejandro Peñaranda. Apenas trascendió a los tendidos la voluntariosa actuación del novillero de Iniesta (Cuenca). Sus trasteos se alargaron en exceso para lo poco que tenía entre manos. Para colmo, fue prendido de fea forma antes de perfilarse con la espada en el quinto.
Cerró plaza un novillo que sacó pies y cierta violencia en el último tercio. Fabio Jiménez volvió a dibujar verónicas geniales, pero un enganchón restó fuste al saludo. Si con gracia y poso de novillero cuajado se sacó a los medios a su enemigo, el alfareño volvió a plantear un trasteo de poder, mando y valor. En torero como antes. Muchas complicaciones traía tras sí ‘Corzo’ y Jiménez nunca volvió la cara. Otra obra maciza y poderosa. Cero concesiones.Alfaro bien puede presumir de torero. Durante este último trasteo sonaron los acordes del ‘zapato de oro’ a modo de premonición. Cobró una gran estocada y cayó otro trofeo.
Plaza de toros de Arnedo. Media entrada.
Novillos de ‘Los Ronceles’, el tercero como sobrero. Bien presentados, ofensivos, con edad y cuajo.
García Pulido: oreja tras aviso y silencio tras aviso.
Alejandro Peñaranda: silencio tras aviso y silencio
Fabio Jiménez: dos orejas y oreja.
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