Toros

El triunfo de Parejo, el concepto de Burdiel y el desastre de Cebada

A la novillada que ha lidiado Cebada Gago esta tarde en Arnedo le ha faltado casta y fuerza. Mucha casta y mucha fuerza. Y viceversa. Lo de Cebada solo se ha salvado por la muy buena presentación y porque en último lugar saltó el novillo de mejor son del naufragio ganadero. Y lo último es lo más resiliente al olvido.

La falta de fuerza que decía se manifestó en las muchas veces que los utreros gaditanos perdieron las manos. La carencia de casta, en el escaso recorrido, en la forma de protestar en los finales de casi todos los muletazos o en la manera de marcar las querencias hacia las tablas. Pese a ello, se han podido vislumbrar unos cuantos detalles que, si no marcan las carreras de los tres novilleros actuantes, no andarán lejos.

Por ejemplo, la falta de disposición de ‘Villita’, que es lo peor que le puede pasara a un novillero: no estar en novillero. Con su primero, tomó demasiadas precauciones y se alivió todo lo que pudo y más. De hecho, su terno ‘purísima’ quedó ‘inmaculado’.

Su segundo marcó querencia a las tablas y el novillero toledano no supo sujetarlo en el tercio. O no quiso. Tampoco trató bien aquella endeble acometida. Cómo dibujó dos verónicas fue lo más destacable de su pobre paso por Arnedo.

Lo más parecido al triunfo llegó en el sexto. Más por la épica que por otra cosa. Y una épica un tanto torpe. Porque el buen puñado de volteretas que sufrió Christian Parejo ante sus dos oponentes llegaron por lo descubierto que se quedaba y también por lo que se empeñó en acortar las distancias.

Su primero le echó mano en el primer intento al natural y Parejo no le volvió la cara, pero nunca dio el sitio que requería el ‘cebada’, que protestaba aquellas cercanías y seguía cazando al novillero de Chiclana. Con el que cerró plaza ocurrió lo mismo, pero por la mano diestra, aunque también consiguió algún pasaje más templado y de mayor largura. El circular y el desplante no vinieron muy a cuento. Eso sí, dejó una gran estocada.

Lo mejor, sin duda, lo hizo Álvaro Burdiel. Desde sus dos saludos rodilla en tierra, ganando terreno y jugando muy bien los brazos. Todo tan reunido siempre. La corta embestida de su primero aún lo parecía más por la falta de fuerzas. Pese a ello, Burdiel consiguió pasajes templados y de buen gusto. Siempre en los medios.

Más hondura y profundidad hubo en su segunda obra. También mejor trazo y largura. A ‘Soñador’ le faltaba clase, pero obedecía a los toques, medio perseguía la muleta y, a veces, hasta repetía. El sevillano supo dar con las distancias, los tiempos y el temple. Dio la sensación de estar preparado para empresas mayores. Mejores, sin duda.

De lo mejor de esta primera de feria fue el puyazo que dejó arriba el riojano Jorge Martínez ‘Ramitos’ al corrido en tercer lugar.
De ‘Cebada’ se esperaba mucho más. Por lo menos, fuerza y algo de casta; justo lo que no hubo.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Arnedo (La Rioja). Primera de la Feria del Zapato de Oro. Menos de media entrada. Novillos de Cebada Gago, bien presentados, serios y astifinos. Faltos de fuerza, clase y casta. De mejor juego los lidiados en 5º y 6º lugar.

– JUAN JOSÉ VILLA ‘VILLITA’, silencio y silencio.

– ÁLVARO BURDIEL, ovación y vuelta al ruedo tras petición.

– CRISTIAN PAREJO, vuelta al ruedo tras petición y oreja tras aviso.

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