El Rioja

Los termómetros de septiembre determinarán el potencial de guarda

Los termómetros de septiembre determinarán el potencial de guarda

Tras meses de sequía en el campo riojano y esporádicos chaparrones que despertaban el nerviosismo de los viticultores ante posibles episodios de granizo, la lluvia aparecía con modestia en la última quincena de agosto. Para unos, a disgusto, interrumpiendo así las jornadas de vendimia que han dejado ya los primeros 13 millones de kilos de Rioja en bodega; para otros, celebrada como respiro para sus cepas a esas semanas de cortar la uva.

Durante los meses de mayo y junio el agua y el fresco brillaron por su ausencia, registrando 14,1 y 5,8 litros, respectivamente. Julio también se caracterizó por ser un mes extremadamente cálido y muy seco (la estación de Logroño – Agoncillo registró 7 mm cuando lo habitual para ese mes son 30), pero La Rioja Baja sí se mojó ligeramente, con Alfaro y sus 17,6 litros, siendo esta la localidad que más precipitaciones registró. Y prestando especial atención a los termómetros, el de 2022 ha sido el verano con más días en situación de ola de calor (hasta 26 días entre junio y julio), solo por detrás del de 2015, con 29 días, dejando así sofocado al viñedo.

Agosto sí se ha nublado en más ocasiones, pero situándose todavía por debajo de la media habitual. Desde la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en La Rioja, José Antonio Pellitero, indica que sobre Nájera cayeron 51,2 litros en todo el mes; 19,6 litros, sobre Cenicero; 15,6 en Haro; 14 en Agoncillo y apenas nueve litros en Alfaro.

Para los próximos días, Septiembre no entra con muchas novedades. Alguna que otra precipitación posible este viernes, pero sin grandes sustos (apenas una probabilidad del 60 por ciento, según la Aemet). Y las previsiones para esta primera quincena no auguran lluvias a la vista. Los pronósticos meteorológicos hasta el 18 de septiembre muestran unos mapas incluso más secos de lo que es habitual para estas fechas, aunque en cuestión de temperaturas el mapa pinta mejor: el calor prevé desaparecer e incluso rebajar algún grado que otro en los próximos días.

Fuente: Aemet.

Qué bienvenidos fueron aquellos litros de agosto que han disparado el grosor de las bayas en muchas zonas, dejando racimos bien lustrosos. “Si a eso le unimos la esperanza de que las temperaturas máximas comiencen a bajar unos grados, sobre todo durante las noches para que se vuelva a restablecer la síntesis fenólica, parece que la situación se puede arreglar bastante y que al final se quede un año bonito”, valora el profesor en la Universidad de La Rioja, Antonio Palacios, quien se muestra “más optimista que hace un mes”.

La situación actual “no es dramática”, remarca, “ya que generalmente no ha habido un parón brutal de la maduración y la planta está resistiendo mucho más de lo que esperábamos”. Pero el profesor de la UR asegura que la vendimia se va a adelantar en todas las zonas inevitablemente: “Hay grado alcohólico elevado, lo que ya no se busca para los vinos actuales, mientras que apenas hay ácido málico, el combustible que mantiene activa la uva y que este año se encuentra algo por debajo de lo habitual. Estos dos factores son los que van a precipitar el comienzo de campaña”.

La diversidad de zonas con la que cuenta la DOCa Rioja, con sus variedades y sus microclimas, hace que la heterogeneidad en los vinos está asegurada año tras año. Las olas de calor que se han sucedido desde mayo han inundado las bayas de una mayor cantidad de azúcares, pero a su vez, el riego y la altitud con los que cuentan muchas parcelas de la denominación han equilibrado esa graduación con la acidez.

Y puestos a aventurar qué vinos regalará esta añada 2022, Palacios cree que los vinos jóvenes permitirán disfrutar de mucha fruta y vinos ligeros, “por eso tocará adelantar un poco la cosecha en busca de esa frescura”. Tal vez lo que no se vea en abundancia sea el potencial de guarda: “La capacidad de envejecimiento de los vinos de 2022 dependerá de cómo se comporte la horquilla térmica, la diferencia entre el día y la noche. Así que si los termómetros bajan, podremos tener un buen potencial de envejecimiento”.

Subir