Toros

Urdiales, impecable ante dos ‘algarras’ imposibles en Colmenar

Javier López (Madrid).- El diestro José María Manzanares, con dos orejas de muy escaso peso, ha abierto este martes la última Puerta Grande de la feria de Colmenar Viejo (Madrid), un triunfo generoso y sin sustancia a tenor de lo acontecido a lo largo de sendos trasteos.

Con templadas verónicas recibió Manzanares a su primero, un toro que se movió de aquí para allá, soso y con poca clase, y al que instrumentó una faena de muleta deslavazada y que nunca cogió altura a pesar del largo tiempo que estuvo intentándolo el alicantino, que, al matar a la primera, logró una orejita.

FOTO: Circuitos Taurinos.

El quinto, a un justo de fuerzas, respondía cuando se le hacían las cosas con suavidad, especialmente por el izquierdo, algo que Manzanares no acertó a imprimir a lo largo de otra faena intermitente, en la que alternó algún pase suelto estimable con otros, la gran mayoría, a los que les faltó sobre todo pulso y ligazón. Otra vez la efectividad con la espada le granjeó un generoso trofeo.

Urdiales estuvo por encima de un primero de corrida sin clase y muy mentirosete, un toro que parecía querer tomarla (la muleta) pero enseguida protestaba con brusquedad a mitad del muletazo, midiéndole también. El riojano estuvo firme con él, tratando de hacerle todo a favor de obra, para, al menos, justificarse sobradamente.

FOTO: Circuitos Taurinos.

El cuarto fue otra “prenda” por lo mucho que midió y lo poco -o nada- que se entregó; y Urdiales, que se lo dejó crudito en varas, estuvo técnicamente perfecto pero sin poder lucir, y eso en estos lares apenas se aprecia.

Solo una tanda por el derecho casi al final, y robándolos a base de firmeza y tesón, pareció despertar al personal, que apenas valoró el esfuerzo que hizo el de Arnedo, que, además, tuvo que bregar con el viento que le impidió imponer su mando con más continuidad.

FOTO: Circuitos Taurinos.

Lo mejor de la primera faena de Luque fueron las verónicas y las chicuelinas que firmó con el capote y la suficiencia que mostró después en la muleta ante un toro muy en el límite de todo. Hubo más torero que toro, con momentos de gran calidad salteados por el poco fuelle del de Algarra, al que finiquitó de un soberbio espadazo, que ya por sí solo valió la oreja que acabó paseando.

El que cerró plaza tampoco tuvo fondo alguno; y Luque volvió a estar fácil y solvente pero sin poder brillar por falta de oponente.

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros de Luis Algarra, desiguales de presentación y de juego también variado. Sin clase y con “guasa” el primero; sosito pero dejándose el segundo; descastado el tercero; complicado el cuarto; flojito pero con un pitón izquierdo de categoría el quinto; y de escaso fondo el sexto.

– Diego Urdiales (corinto y azabache): estocada delantera y desprendida (silencio); estocada algo contraria y delantera (ovación).

– José María Manzanares (corinto y oro): estocada algo contraria (oreja); estocada honda, tendida y desprendida (oreja tras aviso).

– Daniel Luque (verde botella y azabache): gran estocada (oreja); estocada trasera y caída, y descabello (silencio).

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de José Cubero, Yiyo, muerto tal día como este martes pero de 1985 en esta misma plaza por la cornada del toro Burlero, de la ganadería de Marcos Núñez.

La plaza registró casi dos tercios de entrada (cerca de 6.000 espectadores) en tarde agradable pero con ligero viento que, en ocasiones, se notó durante la lidia.

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