La Rioja

Redes sociales en tiempo real: el futuro más próximo de los conciertos

Que lo audiovisual cobre cada vez más importancia en los espectáculos no sorprende a nadie a estas alturas de la película. No hay nada más que fijarse en el show que presenta Rosalía actualmente por todo el mundo: no se ven músicos sobre el escenario, pero sí una cámara que sigue a la artista y una pantalla gigante que amplifica cada movimiento de la autora de ‘Despechá’.

Estamos ante un claro cambio de tendencia en los eventos culturales donde los artistas compiten por conseguir la atención del consumidor. Un consumidor que, tal y como describe Diego Palacio, profesor del Máster Universitario en Gestión y Emprendimiento de Proyectos Culturales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), está hiperestimulado. “Continuamente recibimos mensajes de prensa, televisión, luminosos en la calle, móviles…. Además estamos en la era del ‘pantallismo’. Todos en casa tenemos varios dispositivos; entramos a una cafetería y se nos desvía la mirada a la tele aunque esté sin volumen; rótulos; muros de publicidad…”. Y a todo esto, “debemos sumarle la simultaneidad a la que estamos acostumbrados”.

Foto: Twitter Rosalía

Todos llevamos una cámara en el bolsillo y estamos deseosos de plasmar cuanto sucede a nuestro alrededor. Inmortalizar cada detalle, cada movimiento de nuestro artista favorito pero, ¿hasta qué punto estamos dejando de vivir la experiencia en directo? Y aquí surge el debate. “Hay una parte del espectador que pierde esa vivencia en directo, esa conexión con el cantante solo por grabar, pero también hay otra parte a la que le compensa rememorar o revivir con su dispositivo ese momento, y más en esta sociedad tan fugaz. Es poder de capturar el instante es fundamental”, explica Diego.

Sea como fuere, una cosa está más que clara. Los artistas no van a renunciar al directo, a la cohabitación con su público por mucha tecnología que haya. “Eso sí, tendrán que ver cómo compatibilizan el dejar una buena impronta en la retina a la vez que se inserta nueva tecnología”.

Pasado, presente y futuro

Si echamos la vista atrás, Diego recuerda cómo desde los inicios del grupo Génesis se firmó con una compañía de iluminación teatral para llevar unos focos que inventaron para ellos en gira; o destaca la batería de focos que acompañaban a Queen; la tecnología de Pink Floyd; los videoclips de animación del grupo Gorillaz o “la auténtica barbaridad audiovisual” de Muse.

Pero esto no ha hecho nada más que empezar. El siguiente paso, tal y como señala Palacio, es la interacción en directo. “Ya hay varios casos de conexión a tiempo real en a través de las redes sociales donde los artistas contestan a sus seguidores, pero llegará un momento donde el diálogo se haga en pleno concierto y las respuestas se proyecten en las pantallas”.

Por el momento, el karaoke en los conciertos se hace cada vez más evidente, por ejemplo en la última gira de Quevedo. Además, la tendencia de los Djs visuales gana adeptos o la introducción de artistas multidisciplinares como Santos de Veracruz que pinta e ilustra durante los conciertos de Muchachito Bombo Infierno para proyectar su obra en directo en varias pantallas gigantes. C. Tangana es otro de los cantantes que ha apostado por impresionantes puestas en escena con despliegues audiovisuales propios de una película incluso con formatos apaisados.

Elementos que podrían parecer distractores, pero nada más lejos de la realidad. “La clave es que el artista no quiere que te quedes con una sola cosa, sino que selecciones todo el conjunto de símbolos emitidos para que los recibas, reordenes o desordenes en tu mente para crear tu propia experiencia. La idea no es quedarse solo con un mensaje, sino que todo sea parte del espectáculo para ofrecer una experiencia mucho más global que haga que sigas eligiendo a ese artista porque te da más”.

Foto: Twitter El Madrileño

Visto lo visto parece que los avances estén tocando techo, pero todavía queda mucho por hacer. La inserción de nuevos creativos es el secreto. “Hace unos años solo veíamos un Dj en una discoteca, ahora vamos a un evento corporativo y no nos extraña ver a uno en la zona de restauración. Incluir diferentes creativos no es descontextualizar, sino sacarlos de su disciplina originaria y llevarlos a otra que pueda encajar”.

El objetivo es evolucionar siempre teniendo en cuenta la comunicación e interacción, y para ello trabaja el Máster en Gestión y Emprendimiento de Proyectos Culturales de UNIR. “Nuestro objetivo es ofrecer tanto a los artistas como futuros gestores culturales herramientas para que puedan trabajar en la complejidad del día a día del mundo cultural; luchar por la profesionalización y conseguir que el rol de gestor cultural esté preparado”.

Diego explica que la figura del gestor cultural es la bisagra que una al artista y al espectador, y por ello “necesita tener una visión muy amplia de herramientas reales para trazar esa línea fundamental entre la sensibilidad y lo más técnico”.

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