La Rioja

Arrancan motores: la vendimia madruga en Aldeanueva de Ebro

Seis de la mañana. Arranca oficialmente la vendimia en La Rioja. Como cada año, La Rioja Oriental es la primera en arrancar motores y este año lo hace con quince días de adelanto con respecto a la campaña anterior y una semana conforme a las previsiones que tenían los viticultores en la zona.

La tolva se abre y llegan los primeros tractores a la cooperativa ‘Viñedos de Aldeanueva’. Algunos llevan desde las cinco ya en el campo. “Hay que aprovechar la fresca para que la uva entre en las mejores condiciones posibles a la bodega”, comenta uno de los agricultores que más han madrugado en el municipio riojano. “Hemos echado a andar a las cinco, para esa hora ya llevábamos un rato en el campo mirando a ver cómo está todo”.

Las lluvias de la noche anterior han venido como miel sobre hojuelas. “Aunque se ha chupado todo la tierra (los casi 20 litros que cayeron a lo largo de la noche del lunes) es mucho más cómodo entrar así en el campo, nos quitamos todo el polvo que se había acumulado en verano”, cuenta. Y aunque la noche no ha sido fresca (la manga corta prima a pesar de las horas) la temperatura de la uva es ideal para entrar en bodega. “Sólo habrá que darle un golpe de frío”, explica Abel Torres, gerente de la cooperativa que supervisa la llegada de las primeras cubas.

La máquina lo acapara casi todo en lo que respecta al blanco. Las luces se ven en la noche cada vez menos oscura, como motitas en el mar de viñas que es Aldeanueva de Ebro. “En las blancas estamos hablando de que más de un 70 por ciento se recoge ya a máquina, aún quedan agricultores que tienen cuadrillas de toda la vida que las mantienen y cuando hay merma se hace a mano para aprovechar el máximo fruto posible, pero lo normal es hacerlo a máquina y por la noche para aprovechar las horas más frescas del día”, explican.

«No podíamos arriesgarnos a esperar a la semana que viene, aunque teníamos todo listo para comenzar a vendimiar el día 16, después de la Virgen», asegura Torres desde la Cooperativa Viñedos de Aldeanueva. Ya tienen graduaciones de 12,3 y 12,5 en el tempranillo blanco. Una vendimia que un año más ha comenzado nocturna y dirigida, es decir, guiando a los proveedores de uva qué fincas recoger y cuáles no.

La idea es vendimiar durante tres días los tempranillos blancos más maduros y, a partir del 16 de agosto, aquellos de zonas más altas y los verdejos más adelantados, ya que la viura aún viene algo más tardía. Durante esta semana la previsión es que se recoja medio millón de kilos de uva. “En las tintas tenemos una horquilla más amplia de grados porque te ofrece otras cosas como el color, pero en las blancas la frescura prima a todo lo demás”, explica Torres que mira con agrado como van entrando los granos con una sanidad exquisita. Todo huele a fruta en la tolva.

A pesar de esas altas temperaturas que han dejado durante este verano imágenes de racimos quemados y hojas en el suelo por el exceso de sequía, las reservas hídricas de la planta eran altas tras las lluvias de noviembre y marzo, lo que les han permitido resistir. Además, esta última ola de calor de hace una semana ha sido diferente: «Ha soplado viento del cierzo y ha habido alguna precipitación a primera hora de la mañana, lo que ha permitido refrigerar los viñedos mostrando así una mejor cara. Aunque también se han sentido nervios en el sector ante el riesgo de que esa lluvia llegara acompañada de granizo».

La campaña ha comenzado en la que es, sin duda, la época más mágica para el campo riojano. “Estas primeras recogidas suponen además un ensayo para cuando llegue la tinta, los agricultores van viendo cómo van las máquinas y van probando todo para cuando llegue la vendimia de más kilos”, comenta Torres.

Algunos han tenido que remodelar sus planificaciones de verano. “Hay gente que tenía previstas las vacaciones para estos días y o las han anulado o están echando mano de familiares”. La blanca ya no podía esperar más y ya endereza el camino de la bodega. Larga vida al tiempo de vendimia.

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