Aunque la ola de calor se ha apaciguado en La Rioja, todavía quedan muchos días para disfrutar de altas temperaturas de aquí a que acabe el verano. Si nos salimos de los aires acondicionados y ventiladores, la mejor propuesta para pasar un verano puramente riojano y fresquito es ponerse a remojo y en La Rioja existen diferentes piscinas naturales en los que disfrutar de un buen chapuzón.
En una tierra cuyo nombre bebe de siete ríos, el paisaje se dibuja a partir de la lucha de miles de años entre la piedra y el agua que se traduce en estampas maravillosas en las que disfrutar de un verano de naturaleza empapados por las aguas de los mismos. Ríos, embalses y pozas ofrecen una oportunidad única para un verano en el que el agua es uno de los mejores aliados.
A nadie se le escapa que el embalse de González Lacasa, o más conocido como el pantano de El Rasillo, se ha convertido con el paso de los años en ‘la playa de La Rioja’, un lugar privilegiado rodeado de pinares. Sin necesidad de desplazarse hasta el mar, los visitantes pueden darse un baño gratuito al aire libre o practicar algún deporte acuático de los ofertados en el club náutico: hidropedales, piragüismo, windsurf… Incluso dispone de una plataforma flotante con tobogán y trampolín de uso libre y gratuito. Imprescindible llevar sandalias o chancletas para bañarse, por lo pedregoso del terreno.
Otro embalse del que pueden disfrutar los riojanos y los visitantes que estos meses ocupan sus municipios es el embalse de Mansilla, que ocupa una parte de los municipios de las Siete Villas y aprovecha el cauce del río Najerilla. Por su contorno se pueden encontrar varias zonas que permiten el baño en un entorno natural de gran belleza que se puede recorrer por diferentes senderos. Aunque tal y como están los recursos hídricos de los embalses riojanos, el chapuzón en alguno de ellos no está garantizado.
Estos son, probablemente los primeros lugares en los que uno piensa a la hora de darse un chapuzón natural en La Rioja, pero aún hay muchos más. Menos conocido es el entorno del puente romano del Priorato. Siguiendo el cauce del río Tirón desde el paraje del Viano se llega a este puente romano que pertenece al municipio de Cihuri. Además de ser un monumento importante rehecho en la Edad Media, es una zona de baño muy frecuentada por los habitantes de la zona.
Los más atrevidos se lanzan desde el puente porque el río alcanza cierta profundidad. Hay que hacerlo con precaución especialmente en las épocas más veraniegas cuando el cauce disminuye notablemente. En esta piscina natural en La Rioja no hay ninguna instalación adicional más allá del puente. Eso sí, al estar cerca del pueblo se accede fácilmente a las tiendas y servicios del mismo.
Otro puente famoso para poder darse un chapuzón este verano es el Puente Roto de Ezcaray. Se trata de uno de los parajes más curiosos del municipio. En 1920 una intensa corriente derribó dos de los 5 cinco ojos del puente y nunca se reconstruyeron. Aunque se le conoce por eso como el ‘puente roto’, su nombre oficial es puente de Aranda.
En el Parque Natural Sierra de Cebollera nos encontramos con impresionantes parajes, y las cascadas de Puente Ra son uno de ellos. Aunque cuesta llegar a través de la ruta que hay prevista para ello desde la ermita de la Virgen de Lomos de Orio o desde el área recreativa de La Blanca puede resultar un refrescante plan una vez que uno consigue llegar a las cascadas y sus pozas aptas para el baño. Al estar en pleno parque natural, no hay ningún tipo de instalación, solo naturaleza. Precisamente por eso hay que tener cuidado con las rocas resbaladizas de las pozas y con la temperatura del agua que baja muy fría en determinadas épocas del año.
Si un recurso natural es conocido en La Rioja es este aspecto son las pozas de Arnedillo, aunque si uno quiere refrescarse quizás esta no sea la mejor opción de baño. Al margen del río Cidacos, sus aguas medicinales tienen una composición especial sí, pero su temperatura puede llegar hasta los 50 grados, un plan que en verano y con estos calores quizás no sea el más atractivo a excepción de los días que refresque un poquito. De origen romano, las tres pozas han sido restauradas conservando la piedra original. Además cuenta con duchas donde el agua está algo más refrescante.
También en Rioja Baja nos encontramos con otras pozas. Son las pozas del Jubera. Bajo uno de los puentes más impresionantes de La Rioja (no apto para personas con vértigo) se encuentra una zona de baño rodeada por espacios verdes que hace disfrutar a cualquiera de los amantes de este tipo de baños. El agua y la roca se dan la mano en una conjunción perfecta de la naturaleza.
Para cerrar el viaje acuático en Rioja Baja nos acercamos hasta el área recreativa de Pozo Largo. En la carretera que une los pueblos de Cervera del Río Alhama y de Aguilar del Río Alhama o siguiendo el Camino Verde por el curso del río a unos cuatro kilómetros, se encuentra el área recreativa Pozo Largo. Este espacio natural rodeado de vegetación tiene un salto de agua bajo en el que te puedes bañar siempre y cuando el río lleve suficiente agua, complicado en estos momentos del año en días concretos.
Y si en Rioja Baja hay posibilidades de bañarse en plena naturaleza, también las hay en Rioja Alta. El municipio de Haro cuenta con un área recreativa en el Paraje del Viano junto al río Tirón. La zona cuenta con varias pozas en las que poder darse un refrescante chapuzón rodeado por vegetación típica de la ribera del Río.
Como último recurso natural de baño hay que pasarse sin pensárselo por las Fuentes del Restauro. La sierra riojana de Camero Viejo tiene uno en el cañón del río Leza. Desde el mismo municipio de Leza parte una senda que lo conecta con Soto a través de saltos de agua, pozas y puentes. Lo más parecido a un parque acuático natural. Eso sí hay que ir con la intención de bañarse sí o sí ya que para hacer la tira completa hay que nadar en las pozas obligatoriamente para no bañarse únicamente en las piscinas naturales más cercanas.
