Arnedo ha presentado este lunes la XXIII edición de Aqueteleo. Tendrá lugar del 18 al 22 de julio en el parque del Cidacos de la localidad. Así, María Jesús Zapata, concejala de Cultura, acompañada de Chechu León, representante de la Asociación Cultural de Vanguardias Arnedanas Aborigen, y Teodoro Hernández, representante de la Asociación Contradicción, han detallado cuales serán las citas de estas jornadas literarias veraniegas.
Las actividades comenzarán el próximo lunes, 18 de julio, a las nueve de la noche con una jornada literaria a cargo de la obra del poeta asturiano Roberto Iglesias, la voz de Ricardo Romanos y presentado por José Ignacio Foronda que darán voz a ‘Oigo latir la yerba en Gran Vía’
El martes 19 de julio, también a las nueve de la noche, se realizará un homenaje a José Hierro en el centenario de su nacimiento. El acto correrá a cargo de rapsodas locales en una actividad coordinada por Miguel Correas y que servirá para entregar los premios literarios del colegio de La Estación.
María Corazón Gallardo y Nacho García llevarán a cabo el miércoles un evento con canción y poesía que bajo el título de ‘No tan diver’ pondrá en valor la canción popular apasionada y la poesía entregada.
El jueves los actos se trasladan hasta la Casa de Cultura donde se proyectará el documental ‘Hace 47 años’ de Patricia Pérez y Paulino Lorenzo y se presentará el libro ‘Hace cuarenta años’ de Manuel de las Rivas. El acto contará con la presencia del poeta Francis Quintana y su privilegiada voz.
El viernes concluirán los actos, de nuevo en el parque del Cidacos, con la Presentación del libro Por un túnel del silencio. Con Arturo Muñoz, autor, y Julián Lacalle, editor (Pepitas). El texto es una crónica de investigación, pero también un thriller, y un ensayo riguroso y limpio.
Es la historia de un joven granadino, Paco Trassierra, que con 19 años es destinado al cuartel de la Guardia Civil de Bermeo (Vizcaya) en 1971. Hasta 1977, formará parte de uno de los primeros grupos del Servicio de Información del acuartelamiento de Gernika, en la incipiente lucha contra ETA. Estuvo a las órdenes del capitán Hidalgo, conocido en el País Vasco por su dureza represora.
