El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Fombera ha liberado este viernes, en el pantano logroñés de La Grajera, a 38 aves huérfanas, algunas de ellas acogidas por voluntarios ambientales, dentro del programa ‘Ayúdale a volar’, impulsado por la Consejería de Sostenibilidad.
El consejero de Sostenibilidad, Álex Dorado, varios de los 313 voluntarios inscritos en este programa y técnicos de la Fombera han participado en la puesta en libertad de estas aves que ha sufrido algún percance y que se han recuperado gracias a los cuidados de su persona de acogida.
Algunos de ellos han sido animales que han salido adelante gracias a los voluntarios del programa; pero también se han liberado a otros rehabilitados en La Fombera al tratarse de especies amenazadas, rapaces o aves de gran tamaño; o por ser ejemplares que, por diversas circunstancias requerían unos cuidados especiales.
Entre las aves liberadas han figurado aviones, urracas, palomas torcaces, cernícalos vulgares, cigüeñas blancas, azulones, lavanderas, herrerillos comunes y también un ejemplar de autillo.
El espacio elegido para devolver a todas estas aves al medio natural ha sido el pantano de La Grajera, dado que, en los diferentes puntos de suelta previstos, reúne las condiciones óptimas de hábitat y vegetación o masa de agua, en el caso de las aves acuáticas, que necesita cada especie.
‘Ayúdale a volar’, que se inició en 2021, contó, en su primera edición, con el apoyo de 251 particulares y 16 entidades inscritas, como centros que trabajan con personas mayores, personas con diversidad funcional y colectivos en riesgo de exclusión social.
En la segunda edición hay 313 inscritos, de los que 8 son colectivos, algunos de los cuales ya han empezado a recibir a sus polluelos, que, gracias a sus cuidados, tendrán una segunda oportunidad para volver al medio natural.
El pasado año, 187 animales de 19 especies diferentes tuvieron una segunda oportunidad gracias a este programa, de los que 132, el 70 %, lograron recuperarse y fueron devueltos al medio natural.
La mayoría de los animales acogidos fueron crías de aves silvestres que no son especies amenazadas, rapaces ni aves de gran tamaño, especialmente vencejos, aviones y gorriones; junto a especies como palomas torcaces, urracas, tórtolas y paseriformes -verderones, verdecillos, o jilgueros, entre otras; así como dos crías de ardilla.
Por otra parte, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Fombera recibió el año pasado el ingreso de 1.112 animales silvestres vivos -970 aves-, la cifra más alta desde la puesta en marcha de la instalación en 1985 y un 41 por ciento más que en 2020. Más de la mitad de los animales ingresados consiguen recuperarse y ser devueltos al medio natural.