El mundo no sigue un principio milimétrico y predecible. Nos guste o no, el caos es parte de nuestras vidas. Siempre hay un pequeño lugar para el azar, por lo que a veces es casi imposible predecir el efecto de ciertos eventos. «Piiiiiiii». Error. La seguridad de un evento como Holika no puede tener en cuenta la teoría del caos, o al menos debe intentar minimizarla al máximo. Para ello, casi seiscientas personas relacionadas con la seguridad han estado trabajando intensamente durante más de tres días.
Dentro del festival, unas setenta personas controlaban accesos y zonas estando pendientes de que todo transcurriese con relativa normalidad. Fuera, agentes de la Guardia Civil acompañados de Policía Local y de Protección Civil de Calahorra, que contaron también con la colaboración de agrupaciones de Villamediana, Arnedo, Rincón de Soto y Aldeanueva de Ebro.
Más de 17.500 jóvenes al día durante todo un fin de semana en una ciudad necesita de un protocolo de seguridad al máximo nivel y el de Calahorra ha cumplido esa máxima con creces. Abril de 2022. Viña Rock. 25 ediciones de uno de los festivales más longevos del panorama español. 250.000 asistentes y 400 agentes de la Guardia Civil se aseguraban de que todo saliese a la perfección. Junio de 2022. Holika. Primera edición. 50.000 asistentes y 470 han sido los agentes que han propiciado que los partes matutinos hayan estado prácticamente en blanco.
«Alguna bronquilla, algún robo de móvil, tema de drogas…», explican fuentes policiales. Nada que no suceda en cualquier lugar del mundo durante cualquier fin de semana normal. Pero es que lo de este fin de semana no ha sido normal en Calahorra y buena parte de la ‘culpa’ de que todo haya transcurrido con normalidad es del dispositivo de seguridad en el que se lleva trabajando desde hace meses, sin dejar nada a la improvisación.
Diferentes anillos de seguridad, caminos de evacuación, ambulancias acudiendo en segundos cuando ha sido necesario, caballos en los accesos, drones de seguridad sobrevolando el recinto, perros antiexplosivos y antidroga, controles de alcoholemia en las salidas de la ciudad… Nada al azar, todo controlado hasta el extremo, incluso los momentos más complicados del acceso del jueves estaban monitorizados por drones de la Guardia Civil, que ha realizado un dispositivo sin precedentes en la ciudad.
«Hay que decir ante todo que los chavales han estado a la altura y se han comportado. Estamos hablando del festival con más afluencia del norte de España, pero Holika tiene una ventaja y es que es gente aún muy joven que no da demasiados problemas», explica Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil de La Rioja el sábado en un recorrido que hace NueveCuatroUno junto a él por todo el despliegue operativo.
Más de 13.000 personas habían sido ya identificadas. Eso da una imagen clara del control de la situación. «No quiere decir que esas personas hayan hecho algo malo sino que se les ha requerido la documentación para controlar la situación. Que se haya controlado de manera expresa a más de un tercio de la capacidad del evento demuestra la seguridad que ha habido en todo momento», explican fuentes policiales externas al dispositivo.
Efectivos materiales casi desconocidos en la región como un dron de última generación con más de 8 kilómetros de alcance que permite tomar imágenes nocturnas o un rifle antridrones que controla el espacio aéreo para evitar posibles problemas y similar al que utiliza Casa Real para los desplazamientos de los Reyes. «Todo estaba controlado desde el aire, así veíamos los accesos y las necesidades de personal que había cada minuto en el evento», explican desde Guardia Civil.
Miguel Ángel Sanz asegura que «hemos destinado todos los medios materiales y humanos disponibles para garantizar la seguridad del evento, 470 agentes de diferentes especialidades de la Guardia Civil, Policía Local, el CECOR y el cuerpo de bomberos del CEIS Rioja». Coincide con los asistentes en que «el primer día fue algo caótico, pero se pudo solventar con la Agrupación Rural de Seguridad junto a la Policía Local. Los dos días siguientes el acceso ha sido mucho más dinámico».
Han trabajado así la Agrupación de Seguridad Ciudadana, la Agrupación Rural de Seguridad, la oficina de Denuncias, el escuadrón de Caballería, el SEPRONA, equipos de detección de explosivos, agentes con perros especialistas en detección de drogas, una unidad antiterrorista, drones, el helicóptero de la Guardia Civil. «Nuestra intención ha sido que en el recinto no se entrase con ninguna sustancia estupefaciente, pero sobretodo con armas, da igual armas blancas que de cualquier otro tipo».
El objetivo se ha conseguido. La seguridad ha estado presente en cada minuto del festival y los asistentes han podido disfrutar de él sin altercados relevantes. Teoría del caos desmontada.
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