Especial Enoturismo

Faustino Rivero Ulecia, un viaje al centro de Rioja Oriental

Enclavado en la roca, – como casi todo lo que realmente tiene importancia en el valle medio del Cidacos-, mirando de cara al cierzo y sin temor a decir que son más de 120 años los que les avalan en todo lo que tiene que ver con el mundo de las cepas, los taninos y los aromas, la bodega Faustino Rivero Ulecia va creciendo sin prisa pero sin pausa por el mundo del enoturismo.

Con una clara vocación por cuidar las raíces y por explicar, en cualquier lugar del mundo, que Arnedo tuvo un importantísima actividad vitivinícola en los siglos XVIII y XIX, desde la bodega, poco antes de que llegase la pandemia, se apostó por fomentar la llegada de turistas, de un lado, y por otro, de acercarse un poco más a los de casa.

La firma arnedana había sido una de las pioneras en la exportación riojana de vinos (ya en los años ochenta llegaron sus primeras botellas a Dinamarca o Alemania) y sin embargo llegó un momento en el que se dieron cuenta que los propios arnedanos ni siquiera conocían que la bodega primigenia estaba ubicada en la localidad. Había que cuidar más ese vínculo con lo próximo, con lo cercano, con lo de casa. Y el proyecto enoturístico era perfecto para dar a conocer su trabajo, siempre ligado a la tierra a pesar de que sus vinos desde hace décadas son más reconocidos en el exterior que en la propia comunidad.

Así, con ese doble objetivo, abrieron su bodega al público y crearon su winebar, dos experiencias únicas que ofrecen al visitante una amalgama de sensaciones difíciles de encontrar en cualquier otro lugar de la zona. Porque las visitas de Faustino Rivera Ulecia hablan de vida. Quizás no hay un calado que enseñar pero si una historia que contar, la de cinco generaciones que a través de más de un siglo han ido evolucionando como lo hacen sus vinos.

Además la visita ofrece la oportunidad única de disfrutar de una cata en la que cinco denominaciones se dan la mano. Rioja, Navarra, Utiel-Requena, Rías Baixas y Ribera de Duero sirven para que el visitante pruebe a través de los vinos de la firma arnedana algunas de las variedades más exquisitas de la geografía española. Pero no se queda ahí porque su marcada tendencia internacional también le permite ofrecer una cata que va más allá de nuestras fronteras con vinos de Chile, Australia y China.

Y todo ello siempre ligado al valle y a Arnedo, en el contexto de La Rioja oriental, con Isasa a golpe de vista y con una cata que permite probar el vino directamente de la barrica y así aprender a diferenciar la importancia de la madera de roble francés, de roble americano… Todo ello con una deliciosa gastronomía sencilla pero basada en el producto más cercano, su terraza al aire libre permite disfrutar a lo largo de todo el verano de experiencias musicales, catas comentadas, monólogos y espectáculos que sirven como excusa perfecta para ahondar en el mundo del vino. ¿Hay algo mejor que probar unos pimientos maridados con un vino de Rioja con la música de fondo de un grupo de la tierra?

Productos locales como los bombones de vino tinto que suponen un reclamo para todo aquel que llega a Arnedo de la mano con artistas también de la zona que permiten disfrutar de un entorno privilegiado donde la música, el humor y el arte se dan la mano en un placer inalterable que fusiona tradición con modernidad, lo de lejos y lo de cerca. Siempre, un gusto para ellos poder hacerlo. De miércoles a sábado en horario de mañana y tarde y de domingo a martes sólo por la mañana, la terraza, creada para disfrutar de todos los sentidos, es un lugar perfecto en el que pasar un par de horas a todo aquel que se acerca a uno de los valles más entrañables de La Rioja.

El legado único de una familia que marca el destino del enoturismo en Rioja Oriental con el propósito de que el visitante sea durante unas horas el protagonista único de su viaje al centro de una tierra tan especial como, a veces, poco conocida.

Bodegas Faustino Rivero Ulecia

– Carretera de Garray, 73 (Arnedo)
– 941 380 057
Página web

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