El Rioja

El esperado viaje en tren

¡Viajeros al tren! No olviden proteger sus pertenencias porque el día será largo y uno sabe cómo hace el trayecto de ida, pero no el de vuelta…  Para muchos, nunca ese viaje entre Logroño y Haro había sido rodado sobre los rieles de acero que surcan campos hasta que el monocultivo de la vid comienza a hacerse evidente y advierte de que, a partir de ahora, “todo aquí es vino”. Que se lo digan a las gentes que pueblan ese barrio de escasas viviendas muy señoriales asentadas entre el Ebro y el Tirón y que se han forjado una historia a base de cortar y cortar racimos, algunas durante más de cien años, y que tienen incluso una estación propia que este sábado recibió unos 3.500 pasajeros.

¡Primera parada! Portacopas al cuello y ocho horas por delante para organizar, cuaderno de viaje en mano, un itinerario perfecto en el que ningún ticket se quede por sellar. Una tarea, sin embargo, que a muchos se les atragantó al final del día cuando hicieron balance de lo bebido y lo comido. Y es que el reto en esta cuarta edición de la Cata del Barrio de la Estación no era sobrevivir al calor, sino completar el billete de viaje con esos doce vinos, dos por bodega, y siete platos de bocado de las grandes mentes gastronómicas de la región. Y todo ello sin perder la compostura.

La alerta roja anunciada por la Aemet ante las altas temperaturas tampoco amedrentó a los visitantes, que con esos más de 40 grados no abandonaron el asfalto de este pequeño barrio ni un momento. De gran ayuda fueron, eso sí, los aspersores que rociaban alivio desde lo alto, convirtiéndose en los grandes protagonistas de la jornada con los que nadie se quería perder la foto de rigor. Y de puertas para dentro, unas salas de barricas y cubas convertidas en auténticos búnkeres antiasfixia. Así que no estaba nada mal montada esta fiesta, que supone un verdadero escaparate para las bodegas, sus vinos y su entorno. “Una gran oportunidad para visitantes, pero también para nosotros”, como ya aseguraba Samuel desde La Rioja Alta S.A.

Un tránsito continuo de sombreros y abanicos iban y venían por las calles, haciendo parada para picar un poco de Queso de Los Cameros y más arriba, pasando Muga, unas rodajas de Chorizo Riojano. Pero los platos fuertes llegaron con la rica tosta de pecho de cerda con una emulsión de pimiento y brotes a manos del equipo de Nublo, con Miguel Caño hacha de cocina en mano troceando la carne a la sombra en Bodegas Bilbaínas. O con el bacalao confitado con salsa riojana obra de Venta Moncalvillo, saboreándolo antes de adentrarte en territorio Roda, al fresco de sus calados, para catar el solicitado Roda I 2017.

Espectáculo también en Muga, con Gustavo y Jesús haciendo una demostración de la maestría de construir una barrica tabla a tabla, martillazo a martillazo y al abrigo del fuego. El enólogo de la bodega, Pablo Orio, sorprendió descorchando esas botellas de Prado Enea Gran Reserva Magnum de 2014, aunque perfectamente podría confundirse por una añada más joven. “Mucha fruta, pero fruta con madera. Y es que lo cierto que a partir de 2014 cuesta mucho diferenciar las añadas en este vino”, apuntaba, mientras servía un par de copas. La perdición.

Y varias paradas más por delante en este tren tan variopinto en aromas, gusto y diseños que poco a poco iba completando su ruta. Eso sí, sin perder el toque musical, porque sin una charanga entrando de bodega en bodega para amenizar las copas o un DJ una fiesta no sería fiesta del todo. Que se lo digan a quienes no se lo pensaron ni un momento para lanzarse bajo la “lluvia” de Gómez Cruzado a bailar después de esas pochas con pato de Carolina Sánchez e Iñaki Murua y un Honorable de 2017.

Regresó la fiesta del vino y la gastronomía al Barrio de la Estación por todo lo alto. “Había ganas, muchas, de regresar a Haro. Ya teníamos la cita marcada en el calendario desde que salió la fecha”, comentaba una periodista especializada llegada desde Madrid mientras agitaba un Viña Arana Gran Reserva 2015. “Esto es una maravilla”. Y es que ni foráneos de otras comunidades ni de más allá de las fronteras nacionales quisieron perderse el viaje por los orígenes de una denominación histórica, pero sobre todo generosa en virtudes.

¡Fin del trayecto! Esperamos que hayan disfrutado del recorrido por este completo paisaje con infinidad de variedades y diferentes suelos que aportan singularidad en cada raíz para que aflore de ellas la planta más expresiva y lustrosa. Próxima parada, la Cata del Barrio de la Estación 2023.

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