Ella siempre ha leído mucho. Le fascina leer, y los videojuegos. Desde que tenía 15 años, cada domingo visitaba una famosa tienda de cómics de Logroño y cuando abría la puerta se hacía el silencio. “En el cole siempre era la rarita, pero me daba la sensación de que lo iba a ser de todas formas, así que seguí con mis ideas”. Porque como bien dice Beatriz Álvarez, “yo no tengo ningún problema con nadie; el problema lo tienen ellos conmigo”.
Y así ha sido, es más, ha hecho de su pasión, su vida. Allá por 2015 abrió lo que iba a ser un pequeño negocio, pero que se ha convertido en todo un referente no solo en Logroño, sino en todo el país: la Frikilería.
Extravagante, raro, excéntrico, pintoresco, que practica desmesurada y obsesivamente una afición. Así describe la RAE el término friki. Una palabra que todos hemos utilizado alguna vez y, digamos la verdad, de forma algo despectiva. Porque todo lo que no entre dentro de los parámetros de la normalidad, ya es motivo de cuchicheo. Pero, hoy en día, ¿qué es normal?
Beatriz tiene claro que todos los gustos tienen cabida y no pasa nada. “Antes sí que había una visión más antigua que, afortunadamente, ha evolucionado, y ahora vemos mucho más respeto. Por suerte ya se está normalizando vestir diferente, comer diferente, amar diferente…”. Y para eso está el Día del Orgullo Friki, “para divertirse y celebrar lo distinto”. Porque ser friki no es malo, “simplemente es que te apasione algo”.
Pero ¿Logroño es una buena ciudad para ser friki? Acostumbrados a “ver de todo” en ciudades como Madrid o Barcelona, aquí se sigue girando la cabeza cuando alguien que no entra dentro de la normalidad pasa a nuestro lado, sin embargo, para Beatriz “las ciudades pequeñas son muy buenos lugares para experimentar ya que, en las más pobladas, con tanta marabunta de gente es más fácil perder tu identidad”.
Si le preguntas a Álvarez por las tendencias te dirá que Netflix actualmente tira mucho. “Ahora el fenómeno fan va muy rápido, al ritmo en el que van saliendo películas y series nuevas. Gracias a plataformas como esta, el manga y el anime está empezando a tener un público mayoritario”. La dueña de la Frikilería asegura que ‘El juego del Calamar’ fue una auténtica locura, igual que ‘La casa de papel’ o ‘Juego de Tronos’, pero lo que realmente sigue siendo el número uno es Harry Potter.
“Cuando abrí la tienda pensé que iba a vender cosas de ‘Star Wars’ o superhéroes, que también, pero nada comparable con lo que se consume de Harry Potter. Siguen pasando los años y puedo decorar una casa entera con sus productos, desde la ropa de cama, vajilla, prendas de vestir, bolsos…”. Y es que se ha convertido en algo intergeneracional. Pero los clásicos siempre vuelven y la serie Friends vuelve a causar furor entre los que las vieron en su momento y ahora repiten, y las nuevas generaciones.
Además, todo lo que tiene que ver con el universo del anime y el manga suma adeptos cada día. “Esa cultura de animación para adultos es lo que nos atrae porque aquí no lo tenemos. Son otros códigos visuales y otra lectura de la historia, viene de un país muy diferente al nuestro y si le das una oportunidad, engancha”.
Como todo en esta vida, y sobre todo las modas, este fenómeno también ha cambiado con el paso de los años. “Al principio la mayor parte del género que teníamos era para público masculino porque es el que lo consumía, pero nos llevamos una sorpresa al descubrir la cantidad de chicas que seguían esta influencia”. Y habrá más cambios, seguro, porque el fenómeno fan no es estático, pero Beatriz está preparada para todo. “Dentro de unos años quién sabe lo que acabaremos vendiendo… Igual la gente se hace fan de la música nigeriana y hay que traer merchandising relacionado con eso”.
Cualquier temática existe en manga
Para Berni, hace años ser friki significaba estar en el escalón más bajo en la escala evolutiva del ser humano, sin embargo ahora “se han dado cuenta de que los frikis nos gastamos mucho dinero y avanzamos en la escala del consumismo. Todo el mundo es friki de algo y eso interesa mucho a las marcas”. El propietario de la tienda Frikomics de Logroño recuerda que antes, para comprar una camiseta o una taza friki solo podías hacerlo en una tienda especializada, “ahora en cualquier sitio lo tienes”.
Al igual que Beatriz, Berni destaca el auge de la cultura japonesa en el ámbito audiovisual e incluso en el musical. “Está creciendo tanto porque es de consumo rápido. Marvel tarda cuatro años en hacer una película y en Japón, en menos de un año ya tienes hecha una temporada entera de una serie. Y si a eso le sumas que llegan muy apoyadas por el merchandising…”. Para cualquier temática existe un manga o anime, de ahí que llegue a tanta gente.
Frikomics cuenta con más de 25.000 cómics europeos, americanos, independientes, manga, y al mes, de estos últimos, pueden llegar 700 novedades, “algo que era impensable hace nada. Pero claro, en Logroño, a día de hoy hay una burbuja grande de frikis, pero no da para consumir todo lo que sale, es inviable”.
En lo que no está de acuerdo Berni es en eso de que por ser friki no te miran. “Logroño sigue siendo un pueblo en este sentido, aunque lo del frikismo ha cambiado mucho. Ahora llevar un camiseta de Marvel o Harry Potter ya no es ser friki, se ha estandarizado. Es como las adolescentes que se compran una camiseta de los Ramones sin saber quiénes son… Lo que está de moda son los superhéroes, pues todo el mundo se compra camisetas de superhéroes y a eso ayudan las cadenas, que se han apuntado a esta moda”.
“Porque las grandes marcas se han dado cuenta de que los frikis también se reproducen, tienen hijos, aunque a alguno le parezca mentira. Por ello, Disney por ejemplo, está sacando mucho cuento infantil ambientado en Marvel o adaptando clásicos al mundo del cómic”. Sin ir más lejos, el cómic más vendido esta Navidad fue la versión infantil de ‘Los Goonies’, “porque los niños lo maman desde pequeños y si papá o mamá son frikis…”. Y es que las nuevas generaciones “beben de la nostalgia de sus padres”.
