El urbanismo es una disciplina definida por un conjunto de técnicas (urbanísticas) encaminadas a estudiar y planificar la ciudad. Se enmarca fundamentalmente en la rama de la arquitectura, pero abarca otras ramas tan dispares como la Sociología, la Economía, el Derecho, la Ciencia Política, la Geografía, el Medio Ambiente y la Historia a fin de obtener una visión global de la ciudad y la relación entre la sociedad y el espacio urbano.
Por tanto, se trata de una disciplina compleja que busca dar solución a las necesidades y demandas de la sociedad estableciendo un modelo de ciudad. Y para ello, como en toda disciplina, siempre se ha de partir de un análisis previo, un diagnóstico, una estrategia y un plan.
Partiendo de este concepto fundamental de lo que es el urbanismo, de ninguna manera se puede considerar que las actuaciones que se están llevando a cabo en Logroño tengan absolutamente nada que ver con esta disciplina. ¿Dónde está el análisis y el diagnóstico?; ¿cuál es la estrategia? Y, ¿cuál es el plan?
No hay informes de vialidad, de circulación, de accesibilidad, ni análisis de itinerarios de transporte público, de servicios de emergencias, etc. No existe ningún tipo de diagnóstico y por tanto no hay más estrategia que una serie de hipótesis “ad hoc” y suposiciones pseudoteóricas que repiten desde el Gobierno municipal a modo de “mantra” sin ningún tipo de fundamento.
Hasta tal punto es la falta de modelo de ciudad, que nos vamos enterando de una serie de intervenciones puntuales, a modo de parches experimentales, a través de los medios de comunicación días antes de que vayan a iniciarse las obras. Pero lo más surrealista de todo es que algunas de estas intervenciones se han repetido dos, tres y hasta cuatro veces como en Gonzalo de Berceo, como si el urbanismo de una ciudad se pueda gestionar a prueba y error.
Y por otro lado, es falaz la falsa dicotomía entre quienes defienden ese modelo caduco y “paraurbanista”, como lo define el ex arquitecto jefe de Barcelona, Josep Acebillo; y quienes defendemos la importancia que merece la disciplina urbanística y abogamos por un modelo global de ciudad que de solución a las necesidades reales de la sociedad, que solucione los problemas de conexión con los barrios de la periferia, que de solución a las deficiencias dotacionales del casco antiguo, que elimine barreras arquitectónicas, que tenga perspectiva de accesibilidad universal, que aborde la problemática del medio ambiente y que aproveche las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Un ejemplo: Logroño se está quedando atrás en la electrificación del transporte. Y ello no está reñido con el fomento de los medios de transporte alternativos, como la bicicleta. Ni tampoco está reñido con ganar espacio para el peatón. Al revés, de lo que se trata es de establecer una estrategia del modelo de ciudad que queremos de aquí a los próximos 20 años. Y eso no se consigue parcheando cuatro calles al azar a contrarreloj electoral, sin consenso y sin rigor técnico.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
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