La Rioja

Las mil tareas del ‘CSI riojano’

Mucho papeleo y pocas autopsias: el día a día del Instituto de Medicina Legal

Existe un ritual casi sagrado en el inicio de las series de asesinatos: se enfoca al difunto en la escena del crimen, el policía científico observa en detalle al cadáver, intercambia unas palabras con el investigador forense de turno y, ‘voilá’, en 45 minutos, como mucho, el crimen está resuelto. Los clichés que se repiten en las series del género poco tienen que ver con la realidad. El día a día del Instituto de Medicina Legal de La Rioja es igualmente apasionante que el de cualquier serie de Netflix, pero ni los asesinatos son su mayor carga de trabajo, ni se resuelven las autopsias en diez minutos, ni los familiares reconocen a simple vista a los cadáveres, ni las salas de autopsias son sitios lúgubres y oscuros.

En una de las plantas del Palacio de Justicia se encuentran las dependencias del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de La Rioja. Con salas acristaladas por donde entra constantemente la luz, cuenta además con zonas de atención al público, otras de consultas en las que realizar valoraciones y, ya sí, una pequeña sala laboratorio, una infinita sala de autopsias y un depósito de cadáveres. Allí trabaja un equipo de 17 personas, entras las que se encuentran ocho médicos forenses, una psicóloga, una trabajadora social, cuatro administrativas y tres técnicos de autopsia.

Y aunque los estereotipos de su trabajo están relacionados con lo más macabro del mismo, la realidad poco tiene que ver con esa ficción a la que estamos acostumbrados. “El día a día del instituto es bien distinto”, asegura Jorge González, director del centro. ¿El horario del CSI riojano? Pues tampoco. El mismo lo aclara: “En esas series estamos acostumbrados a ver trabajar a policías; nosotros somos médicos”.

Su día a día va más allá de las autopsias que de vez en cuando se hacen con un hueco de las noticias riojanas. El objetivo de su trabajo es asesorar a los jueces y tribunales en todas las cuestiones en las que hacen falta conocimientos médicos. Se valoran accidentes de tráfico, a personas con problemas de salud mental, tienen una importancia fundamental en todo lo que se refiere a violencia de género y las agresiones sexuales, determinan los daños físicos en peleas, los psicológicos de menores en casos de separaciones traumáticas…

 

Cada año, por las manos de las administrativas pasa un montante superior a los cuatro mil expedientes, de los que poco más de un centenar conllevan una autopsia y entre cero y una de ellas están relacionadas con un caso criminal. “En el año 2020 la estadística aumentó, pero con un número tan pequeño de casos al año, uno más supone duplicar la tasa del año anterior; en realidad, La Rioja además de ser una región pequeña también es tranquila con respecto a víctimas criminales”, explica.

El resto de las autopsias tienen que ver con otro tipo de muertes. “Siempre que se tiene la sospecha de que la muerte no es natural debemos hacer autopsia”, generaliza para entrar pronto en detalle: “Están los accidentes de tráfico, cuando alguien muere sólo y el médico no se atreve a asegurar que sea una muerte natural, en los casos de suicidios… siempre que hay una mínima duda en la investigación de que haya podido haber un factor externo, entramos nosotros…”.

Además se guardan todas las muestras, no sólo de ADN, que se pueden encontrar en la investigación. “Aquí en La Rioja no tenemos laboratorio para las muestras de ADN porque la cantidad de casos no rentabiliza tener uno, las mandamos a Madrid y en cuestión de horas tenemos los resultados”, cuenta. Ahí está otra de las diferencias con la ficción. “Lo de meter la muestra en un ordenador y que en diez minutos salga el resultado es otra de las cosas de este tipo de series que no son verdad”.

El Instituto de Medicina Legal de La Rioja nació en 2002, ahora la idea de la Dirección General de Justicia e Interior del Gobierno de La Rioja es modernizarla. “Nuestra intención es aumentar tanto los medios humanos como los materiales para que se convierta en un referente en determinados aspectos en todo el país”, explica el director general, Jorge Medel.

Además apuestan por la formación. El futuro pasa por poder formar a médicos en la especialidad de forense a través de las nuevas plazas MIR que se formarían en el Instituto. “La formación y la investigación es muy necesaria”, asegura el director de un centro que trabaja día a día por modernizarse aún más. En este sentido, hay dos proyectos de investigación en los que están trabajando: uno sobre la incidencia de los suicidios entre personas mayores de La Rioja y un segundo proyecto de investigación sobre la vulnerabilidad de en personas víctimas de violencia sexual “que estamos a punto de concluir”.

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