Los delitos de violencia contra la mujer y las agresiones sexuales son uno de los trabajos más habituales del Instituto de Medicina Legal de La Rioja. En ambos asuntos, el centro es referente en España. No hay mas que trasladarse unos meses atrás para confirmarlo. A finales de marzo se reunieron en Logroño forenses de toda España para conocer todos los avances en cuanto al nuevo protocolo de actuación médico-forense ante las situaciones de violencia sexual.
El protocolo ha cambiado en los últimos años. Hasta ahora los forenses sólo actuaban en casos de violencia sexual cuando el juzgado lo determinaba. Con el objetivo de que no se perdiesen pruebas biológicas o toxicológicas, el protocolo ahora es muy diferente y cuando desde el centro hospitalario (tanto en el San Pedro de Logroño como en el Hospital de Calahorra) se intuye que puede haber un delito de estas características, el forense se desplaza al centro sanitario, se realiza una prueba con el consentimiento de la víctima y se informa al juzgado de los resultados. “El objetivo es doble: primero aceleramos los tiempos y evitamos que se puedan perder rastros fundamentales para la investigación y por otro lado no hacemos a la víctima pasar dos veces por el mismo proceso y así reducir el impacto psicológico de la víctima”, explica Jorge González, director del centro, que ha realizado un total de 242 intervenciones a lo largo del año pasado con mujeres de 21 a 40 años.
A pesar de que la situación ha mejorado para la víctima en los últimos años, aún hay posibilidad de dar más pasos para que el impacto sobre ellas sean aún menor. “El objetivo es poner a la víctima en el centro y para ello se van a adquirir nuevos aparatos, SAFE, que serían los primeros de España”, explica González. Se trata de un formato similar a un teléfono móvil con sistemas de filtros de imágenes que permiten precisar posibles lesiones que reduce la revictimización de la mujer, tecnología punta para que no tengan que pasar por malos tragos en las revisiones. La tecnología permite así que los filtros detecten las lesiones y posibles indicios biológicos sin tener que tomar muestras a ciegas.
Intentando ir por esa línea de que la víctima sufra lo menos posible después del delito ya cuentan con una cámara Gesell, una habitación acondicionada para permitir la obtención de pruebas y declaraciones en entorno más amables que se utiliza especialmente en casos de menores y de violencia de género y que permite realizar una sola vez la declaración, porque puede grabarse, y que está conformada por dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral que logra que la víctima se sienta menos invadida en su intimidad.
Además de la violencia de género, los delitos de agresión sexual también son parte del día a día del Instituto. “Los casos denunciados están aumentando”, destaca el director del centro. “Creo que estos datos pueden tener una valoración positiva y es que las mujeres cada vez están más determinadas a denunciar este tipo de delitos más permitidos hace algunos años, creo que cada vez confían más en el sistema porque ven que se les da protección, ayuda y soporte”, asegura. Los casos aumentan y en 2021 fueron 29 las víctimas de violencia sexual en La Rioja, de las que 13 fueron menores de edad.
Entre ellas hay un alto porcentaje que denuncia violencia sexual después de haber sufrido la ingesta de determinadas sustancias. “Es un factor claro de vulnerabilidad en los últimos años, la sumisión química es algo más habitual de lo que parece”, asegura. De hecho se ha realizado un estudio que saldrá a la luz en el mes de junio en el que incluso se determinan los días y las horas más habituales de ser susceptible a un delito de estas características.
Así, el Instituto de medicina Legal apuesta por la prevención en este tipo de delitos y para ello, a lo largo de 2022, realizará junto al Gobierno de La Rioja actuaciones dirigidas a erradicar este grave problema social a través de acciones para prevenir y sensibilizar a la ciudadanía. En lo relativo a las acciones de sensibilización y prevención, se han diseñado varias acciones. Una de ellas se realizará junto a los profesionales del ocio nocturno para prevenir situaciones de sumisión química asociada a la violencia sexual.
