Educación

“Una calificación no es sinónimo de aprendizaje”

Cristina Vega está centrada estos días en la preparación de sus alumnos para el examen de EBAU que tendrá lugar en La Rioja los próximos días 1, 2 y 3 de junio. El agotamiento se refleja en su mirada. Es tutora de segundo de Bachillerato en el colegio Santa Teresa de Calahorra y ocupa buena parte del día en las dudas, las incertidumbres, los consejos y los asesoramientos a chavales y familias. A poco más de diez días para el examen clave hablamos con ella para conocer de primera mano como se afrontan estos días.

– ¿Cómo viven los chavales estos días previos a la EBAU?

– Yo creo que con muchísima ilusión y nerviosismo, ven ya el final, o más bien el principio, de una nueva vida. Están, creo yo, viviendo algo nuevo, muchos llevan muchos años en el colegio y ahora saben que estrenan un horizonte y casi ni se lo creen, eso lo comentan mucho, “parecía que no iba a llegar”, “nos parece increíble que nos vayamos del cole”. Creo que tienen ganas de experimentar la independencia que da marcharse a estudiar a otra ciudad y ponerse a prueba. Pensar en su futuro profesional. Es precioso verlos crecer en lo académico y personal.

– ¿Qué consejos se les pueden dar estos últimos días antes de que llegue la EBAU?

– Lo primero, creer en uno mismo y saber gestionar algunas inseguridades, confiar en todo lo trabajado en clase con los profes. Creo que puede costarles y, a veces, les da miedo enfrentarse a dos exámenes en un mismo día, o todo el volumen de la materia, por eso es importante saber que hay trabajo hecho detrás. Y muy importante, saber organizarse; creo que ayuda mucho realizar horarios con la secuenciación de las materias, marcarse objetivos y seguir un calendario de distribución por temas, horas, días… También es difícil afrontar estos días para los chicos, están cansados y puede ayudarles insistir en que este esfuerzo merece la pena. Es importante acompañarlos en la consecución de sus sueños, de sus proyectos.

– Algunas de las quejas más habituales son no poder entrar en el grado elegido por cuestión de décimas o que en algunas comunidades la prueba de EBAU sea más sencilla que en otras.

– Es cierto que se habla mucho de la disparidad de modelos de exámenes entre las distintas comunidades, ellos mismo lo cometan, si en unos formatos de exámenes piden más o menos concreción de análisis o comentario o… y, sí, las comparaciones y las diferencias existen, es así, pero también creo que al realizar las clases, nuestro día a día, los profesores sabemos y controlamos nuestro modelo EBAU, y trabajamos concienzudamente para cumplir los estándares de aprendizaje y creo que también es muy importante darles herramientas para ser resolutivos en los exámenes. Es cierto que da mucha pena ver a alumnos que por décimas no pueden acceder al grado que se habían planteado; pero también creo que en la vida siempre hay que tener un plan B y si hace falta, C… quiero decir, es importante pensar que hay opciones, ser flexibles ante la adversidad, la vida académica es muy larga, se pueden ampliar y reconducir con másteres o segundas carreras. Es un proceso de formación que se va complementando y especificando con el paso del tiempo.

– Una vez pasada la prueba y para esos que aún no tienen claro qué estudiar, ¿qué debe primar a la hora de elegir un grado universitario?

– Si me preguntas en concreto para los indecisos… no sé, hay alumnos que lo tienen muy claro y que tienen una vocación muy definida, es verdad que hay otros que quizá dicen que no les gusta nada… Yo creo que deben tener presente que los estudios universitarios te hacen especialista en un ámbito y que requieren unas habilidades, pero sobre todo, parten de lo que es uno en sí mismo y, más aún, de lo que puede ofrecer para mejorar la sociedad. Es cuestión de entender que vamos a poner al servicio nuestras habilidades y que eso a la vez te va a hacer crecer como persona. A veces confunden asignaturas que se les dan bien o mal con lo que puede implicar la salida profesional. Supongo que hay que ayudarles a conocerse a sí mismos y no dar tanta importancia al mercado laboral. Incidir en el trabajo y el esfuerzo, en el querer aprender y siempre estar en continua formación, luego se encuentra el camino, quizá no a la primera, y no pasa nada, son muy jóvenes y el camino es muy largo, no pasa nada si nos equivocamos, la vida y la vocación siempre se encuentran a través de las experiencias. Quizá, algunos, esos indecisos necesitan más tiempo, más madurez…

– Las notas de corte son cada vez más altas y, sin embargo, los profesores universitarios se quejan de que los chavales van cada vez peor preparados. ¿Dónde está el fallo?

– Pues será que una calificación no es sinónimo de aprendizaje. Puede pasar que los contenidos estén adquiridos y se saquen buenas notas, pero, a veces, no sé si están afianzadas las habilidades, las competencias o el ser resolutivo, saber interpretar… creo que las escuelas deben ser un espacio también para saber pensar y reflexionar.

– Son pocos, pero están ahí. A esos que no pasan la EBAU, ¿qué podemos decirles?

– Un poco lo que te comentaba antes, ahora hay muchas opciones, siempre hay que buscar una salida, nada es blanco o negro, la vida está llena de oportunidades, se busca otra alternativa a la universidad que hay muchas y muy buenas. Lo importante, no dejar de creer en uno mismo por no superar una prueba o un examen, eso no puede determinar a una persona, de las decepciones se aprende mucho… A los chicos hay que ayudarlos a crecer en compromiso e ilusión, pasión que genere resultados, esfuerzo y determinación ante las complicaciones, en cualquier ámbito académico, universitario o no, y en su desarrollo como personas.

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