CARTA AL DIRECTOR

“Vergüenza e indignación” por el “cuchitril” de Cáritas en Lardero

Hace unos días me trasladé a la sede de Cáritas en la localidad de Lardero, ya que a través de un conocido tuve conocimiento de que estaban recogiendo ropa para ayudar al país de Ucrania, o simplemente para ayudar a gente necesitada.

Pues bien, lo primero es resaltar la amabilidad y el trato tan cercano con el que fui tratado por la voluntaria que en ese momento me atendió, una señora de cierta edad con el pelo canoso. En el momento de entrar en las dependencias que Cáritas de Lardero tiene a disposición de la gente con pocos recursos, y donde esta voluntaria y supongo que alguna más prestan su labor de forma altruista, se me vino el mundo abajo por las condiciones en las que dichas responsables tienen que realizar su trabajo.

Es totalmente indignante que las personas que acuden a este lugar con la intención de que se les preste ayuda a sus problemas tengan que ver dónde se realiza esta misión. El sitio en cuestión es un “cuartucho” -o mejor dicho una cueva- con una puerta de entrada candada (ni siquiera tiene cerradura) de no más de 6 metros cuadrados, junto a la puerta principal de la iglesia de la localidad. Dicho “habitáculo” está a diferente altura que la acera del exterior, por lo que en el interior había colocados unos palés en el suelo a modo de aislante para la ropa y otros enseres que la gente dona, y de esta forma evitar que se moje cuando se inunda el “habitáculo”.

Es un lugar tétrico y, sin desmerecer a nadie, hay “cuchitriles” en mejores condiciones. Ante todo porque la imagen que me transmitió dicho lugar fue de desesperanza para la gente que acude al lugar buscando ayuda. Es indignante que en el siglo que vivimos y sobre todo a la ONG que representan estas personas deban realizar su trabajo en estas condiciones.

Después de unos días, dándole vueltas a la situación, me he puesto en contacto con el Ayuntamiento de Lardero, en concreto con la persona que bajo mi parecer pudiera tener algo de responsabilidad al respecto. La persona que me atendió ha sido la trabajadora social, una mujer encantadora y muy cercana, transmitiendo en primer lugar la labor encomiable que realizan las dos voluntarias que forman el equipo de Cáritas de la localidad.

Posteriormente, y es lo que más me ha dado pie a trasmitir mi queja, la reiteración por parte del Ayuntamiento al responsable de la iglesia (el párroco don Pedro) sobre la necesidad de adecuar las instalaciones para este menester o bien el traslado de la sede a otro local que el mismo Consistorio podría ceder para realizar el trabajo en condiciones, haciendo caso omiso a todo ello.

A su vez, la trabajadora social me ha transmitido el total acuerdo con mi queja, ya que estas voluntarias están realizando un trabajo para una ONG dependiente de la Iglesia y las mismas lo están haciendo en condiciones pésimas.

Al finalizar la conversación con dicha responsable de asuntos sociales, llego a la conclusión siguiente:
ni la trabajadora de Asuntos Sociales, ni la Concejalía del mismo ramo, ni tan siquiera el Ayuntamiento de la localidad de Lardero, bajo mi punto de vista, tienen responsabilidad en este asunto, ya que dicha ONG es absolutamente dependiente de la Iglesia deduciendo de la conversación que “con la iglesia hemos topado”.

Créanme, siento vergüenza e indignación por que dos personas voluntarias, haciendo una labor encomiable al pueblo y a la región, se vean trabajando en una condiciones infrahumanas, habida cuenta de que el responsable de ello (el propio párroco) hace caso omiso a las reiteradas solicitudes del Ayuntamiento para adecentar el “cuchitril” o bien al traslado de la sede de Cáritas a otro local de la localidad.

Por otra parte, no quisiera estar en el pellejo de los responsables del Ayuntamiento, teniendo que tragar por el “caciquismo” de un responsable eclesiástico y a su vez de la sede de la ONG que representa.

Esto no puede quedar así. Estas personas merecen tener unas instalaciones acordes al trabajo que realizan y desde aquí insto a todas las personas públicas y no públicas para que en propia persona sean testigo de lo que narro. No tienen más que acudir a la sede de Cáritas de Lardero, donde les atenderán muy amablemente, y comprobar ‘in situ’ lo que cuento.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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