La Rioja

El éxito de vender calidad y proximidad con la confianza plena en el producto

La carnicería Hermanos Espiga García de Logroño ha sido premiada como Mejor Comercio Distribuidor de Aceite de La Rioja en la VI Jornada del Aceite de La Rioja celebrada este viernes. Un reconocimiento que sus dueños reciben “agradecidos” y que implica un “impulso para seguir haciendo bien las cosas”.

Yolanda, Débora, de cara al público, y Roberto, como maestro carnicero experto en el despiece, nunca se imaginaron que su trabajo diario se vería recompensado de esta forma: “Esto es una confirmación de que vamos por buen camino porque, aunque es muy complicado vender calidad en estos tiempos, demuestra que estamos haciendo bien las cosas”.

Yolanda junto a su hermana Débora, al fondo, en la carnicería familiar.

Gestionan este negocio familiar cuyos inicios se remontan a hace 24 años, aunque los orígenes provienen de la Sierra de la Demanda, donde antaño su padre mantenía una explotación de ovino y practicaba la trashumancia en busca de buenos pastos. “Esta práctica no es otra cosa que una búsqueda de calidad del ganado y eso es lo que nos han transmitido a lo largo de los años”.

Fue su madre quien se lanzó a montar una carnicería en el antiguo Mercado Patricia allá por la década de los años 70, a donde después se incorporó el padre. “Nosotros compramos todos los animales vivos, no por piezas, porque queremos asegurarnos de la calidad de la carne, que es nuestra columna vertebral, ya que luego elaboramos nuestros propios embutidos y cocinados”.

Yolanda en los exteriores de la carnicería familiar.

Carne cien por cien riojana, como la ternera con sello de calidad Ternoja, que supone una diferenciación no solo de la grandes superficies sino también de otras carnicerías. Y esa búsqueda de la calidad la extrapolan también al aceite: “Desde que abrimos la carnicería teníamos claro que íbamos a vender aceite porque siempre nos ha gustado y lo usamos para todos nuestros productos elaborados. Al principio estuvimos vendiendo aceite de Jaén hasta que se creó la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja”.

Hermanos Espiga García, que cuenta con otro local más reciente en la calle Lardero, ha sabido acercar el oro líquido riojano, actualmente comercializando el de la Almazara Iregua, al público de la capital porque “lo importante cuando un cliente entra por la puerta es saber explicarle la esencia del producto”, asegura Yolanda.

“Yo hago mi trabajo con la seguridad de que lo que estoy vendiendo es de gran calidad porque tengo argumentos para demostrarlo y así se lo hago saber al público, sobre todo cuando piden información. Nos molestamos mucho en dar a conocer el gran potencial agroalimentario que existe en La Rioja a través de nuestros productos y si son con denominación o marca de calidad, mucho más”, remarca.

Y en ese trabajo del día a día el aceite cobra gran importancia sobre su vitrina expositora. “Creo que aquí hay bastante conocimiento sobre las propiedades del aceite y mucha cultura en cuanto a su consumo, pero siempre les explicamos las diferentes variedades, su procedencia y la importancia de consumir productos de proximidad. Y triunfa”.

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