Toros

Morante y Urdiales, sendos cantos a la suavidad y la sutileza

FOTO: La Maestranza-Pagés (Twitter).

Regresaba Urdiales a Sevilla tras su rotundo triunfo de primeros de octubre pasado. De verde como entonces. Cambiado el azabache por el oro ahora. Como quien muta de estatus y se sabe en parte culpable del primer ‘no hay billetes’ del ciclo continuado sevillano. También con el eco de las consecuencias del volteretón de Valencia reverberando aún en forma de dolores en cuello y espalda.

Aunque dolió más la falta de casta, de fuerza y de exceso de peso de un tal ‘Simpatío’ que hizo segundo. Porque a Urdiales le tocaron los dos toros más pesados del más o menos igualado encierro que ‘Jandilla’ envió a La Maestranza. Hasta 113 kilos pesó más el lote de Urdiales que el de Manzanares de una corrida que promedió poco más de 560 kilos en la báscula. Qué cosas.

FOTO: La Maestranza-Pagés (Twitter).

Que el tal ‘Simpatío’ se derrumbara en el primer encuentro con el caballo, en el primer par de banderillas de ‘El Víctor’ y en el inicio del trasteo de muleta vino a decir menos aún de las pocas virtudes que tenía el toro. Tan solo apuntó para bien la prontitud en su embestida que, pegajosa y con las manos por delante de salida, tampoco ayudó a que Urdiales luciera en el saludo de capa. Tres verónicas llevaron el sello del buen trazo, la cadencia y el empaque. La estocada quedó arriba.

‘Señoría’ hizo quinto y poca justicia. Porque se acabó demasiado pronto. Con lo que había costado fijar las embestidas del ‘jandilla’ de salida… Llegaría luego un ramillete de verónicas de enorme gusto y mejor cadencia, reunión, temple y compás. Dos por el pitón izquierdo fueron de cartel. Que ‘Señoría’ perdiera las manos restó continuidad a la parte central del saludo. Pareció buscar terrenos de chiqueros el toro durante la lidia. Ex aequo fue el brindis de Urdiales a Joaquín y a Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía. Casi no había recogido la montera el delantero bético cuando Urdiales ya bordaba el toreo. Tan despacio como asentadas las plantas. Tan hundido el mentón como los riñones. La figura siempre encajada. Medido el trazo, que Urdiales dibujaba con exquisito temple. El paso perdido con firmeza y aplomo. Todo a compás. La suavidad hecha lance. Maravilloso fue un natural de cartel. Un canto a la sutileza el breve trasteo. Porque ‘Señoría’ pareció coger el mallete, dar dos golpecitos y quedar listo para sentencia. Dieciséis minutos vino a durar la lidia; de 20:04 a 20:20 cuando el toro de ‘Jandilla’ dobló las manos consecuencia de una estocada de premio.

FOTO: La Maestranza-Pagés (Twitter).

La otra obra deliciosa vino en el primero. Se abandonó por completo Morante de la Puebla y deleitó con una obra plena de sutileza y rebosante de dulzura. ¡Cuánta serenidad! Desde el recibo, que tuvo su enjundia y su mando con el capote muy recogido, hasta los lances con la muleta que fueron todos caricias. Hasta el paso perdido para ligar un muletazo con otro lo daba Morante con una calma y un sosiego fuera de lo normal. A ‘Hilador’, que llevaba el hierro de ‘Vegahermosa’, pareció embelesar (o hipnotizar) Morante con su dulzura, tanto que pecó de falta de transmisión. A media altura intentó hacer el sevillano casi todo. Menos repetía el toro por el pitón izquierdo y por ahí, fue tanta la paz con la que Morante hizo las cosas, que el trasteo se tornó solemne. Sobre todo, en un natural que hubo monumental, como monumental fue el cierre con los ayudados por alto y trincherilla. Si a todo ello se le suman las chicuelinas al paso para llevarlo al caballo o un quite que empezó citando con el capote recogido, el trofeo fue merecido pero negado.

Medio minuto tardó en deparar Morante que ‘Tallista’ cruzaba la vista. Lo que nadie había advertido en el campo en los más de cinco años y medio de vida del toro. Qué cosas (nuevamente).

FOTO: La Maestranza-Pagés (Twitter).

‘Zafia’ cerró la tarde. Traía el cuello y la esbeltez en su figura; el temple y la profundidad en su embestida. Desde que Manzanares se abrió con el capote. ¡Qué forma de perseguir las telas! Como la forma de arrancarse al caballo. Y la manera de galopar en banderillas. Para cuando Manzanares citó con la muleta, la prontitud, la alegría y el buen tranco de ‘Zafia’ había conseguido que la cuadrilla del alicantino (Paco María a caballo, Duarte con el capote y ‘Mambrú’ y Blázquez con los palos) luciera con luz propia. Con incómodo cabeceo se desplazaba largo y repetido el de buen toro de ‘Jandilla’ por el pitón derecho. El temple y la colocación de Manzanares fueron reduciendo tal torrente de embestidas. Que alcanzaron el zénit en un derechazo largo que sirvió para preludiar el cambio de mano y el de pecho que dieron entidad a la obra.

Peores fueron los finales de ‘Zafia’ por el izquierdo, como peor era la colocación del diestro por este pitón. Terminó recorriendo plaza Manzanares, como desbordado. Que a decir verdad, no terminó de imponerse nunca al ‘jandilla’. O de dar sensación de controlar aquella batalla. Pinchó recibiendo y cortó la única oreja de la tarde, llegada con menos fuerza que la ovación que dedicaron a ‘Zafia’.

Manzanares se llevó otro buen toro, ‘Tántalo’, corrido en tercer lugar. De gran transmisión por el derecho (o eso pareció a tenor de lo lidiado hasta entonces) y de mejores finales por el izquierdo, que era por donde embistió más largo y templado durante la lidia. Que Manzanares intentara exprimir desde el primer momento de la faena la buena condición del toro, terminó por menoscabar una labor que podía haber alcanzado mayores (y mejores) ecos.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Tercer festejo de la Feria de Abril. Cartel de no hay billetes. Toros de Jandilla, 1º con el hierro de Vegahermosa, bien presentados, en tipo, armónicos y serios a un tiempo, acorde con el tipo de toro de esta plaza. Ofrecieron juego dispar, destacando primero, tercero y sobre todo el extraordinario sexto, ovacionado en el arrastre.

Morante de la Puebla: ovación tras leve petición y aviso y silencio tras aviso
Diego Urdiales: silencio y ovación
José María Manzanares: ovación y oreja

Saludaron Daniel Duarte y Mambrú en banderillas.

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