Semana Santa

La Sarga, un “cómic del siglo XVI” que cobra vida para retomar la tradición

Sergio Jiménez Foronda

El municipio riojano de Villoslada de Cameros acoge este sábado, tras un parón de dos años por la pandemia, una doble representación de la pasión de Cristo tal y como aparece en las escenas reflejadas en la sarga de esta localidad, que es como “un pequeño cómic del siglo XVI, para retomar las tradiciones”.

Así lo ha afirmado la directora de la Compañía de Teatro La Colodra, Virginia Muela, encargada de escribir y dirigir esta obra teatral que se representa en la iglesia parroquial de Villoslada gracias al trabajo de 40 actores, un completo equipo técnico, que cuida el vestuario, el atrezo, la música; y un particular juego de luces.

La Sarga de Villoslada, municipio con unos 350 habitantes, es la más grande de las que se conocen en España, con 11 metros de altura y 8 de anchura, que conforman un velo con el que se cubre el retablo de la iglesia durante Semana Santa y que incluye 16 escenas de la pasión de Cristo y de otros momentos de su vida.

“En esta sarga, el autor no quiso representar la pasión con personajes de la época de Jesucristo, sino que la narró con los de su propia época, el siglo XVI”, ha explicado.

Por ello, los personajes de la sarga son burgueses, aristócratas y personas llanas de hace cinco siglos; y, para que “todo vaya en consonancia”, la representación de Villoslada, que este año cumple su décimo aniversario y que se realiza delante de este lienzo flamenco, mantiene ese estilismo.

“Ya que la sarga nos está explicando la pasión de Cristo en una especie de viñetas, qué mejor que representarla nosotros mismos, todos personas del pueblo”, ha dicho.

“Intentamos jugar con la sarga, como si sus personajes cobraran vida, para lo que hemos intentado mantener el mismo tipo de indumentaria que los personajes y todo el colorido”.

Muela (Barcelona, 1966) ha explicado que esta representación en Sábado Santo busca “retomar las tradiciones porque, al fin y al cabo, todo esto significa mucho para el pueblo porque son los momentos en los que está abierto a que vengan a verlo”.

Ha señalado como objetivo de esta iniciativa “poner en valor la sarga, que es una tela pintada que, en la antigüedad, se utilizaba para cubrir los retablos en Semana Santa porque tapaban los brillos y las imágenes para, así, centrar la atención de los fieles en la pasión y la muerte de Cristo en esos días”.

Además, ha proseguido, “en siglos pasados, estas telas eran recursos que tenía la Iglesia para enseñar las escrituras, ya que la gente no sabía leer ni escribir” y “eran una especie de iconografía específica en el ritual de la Semana Santa”.

Muela ha indicado como otra característica diferenciadora de esta sarga riojana que “los demás velos de pasión suelen estar pintados en colores oscuros”. Sin embargo, “el de Villoslada tiene unos colores muy brillantes, que se han podido conservar a lo largo de casi cinco siglos, y más teniendo en cuenta que es un velo que no se guarda en un museo”, ha subrayado.

Ha destacado que, “todas las Semanas Santas, la sarga se coloca y se vuelve a guardar plegada, con unos pliegos determinados, como se ha hecho siempre”. Solo se puede ver estos días de Semana Santa porque “sigue realizando la función que ha hecho desde el principio”.

Para ella, este velo de la pasión de Villoslada es “muy especial”. Se encargó directamente a un taller de la ciudad belga de Amberes y llegó a esta localidad de la sierra riojana en 1570, pero estuvo “mucho tiempo” sin colocarse en la iglesia porque, salvo “los muy mayores del pueblo, nadie se acordaba de ella”.

Pero, “por casualidad, a principios de los años 90 del siglo XX, tuvieron que arreglar el tejado y, en lo alto de la iglesia, la encontraron envuelta en papeles de periódico”.

Así, en 1994, se restauró la sarga en el taller diocesano de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y, a partir de entonces, se volvió a empezar a colocar, ha explicado Muela, quien ha añadido que, “a pesar de que este velo explica una historia que todos conocen, es muy peculiar en ese sentido”.

Esta obra teatral incluye la música en directo de la soprano María Martínez de la Concepción, acompañada al órgano por Diego Martínez de la Concepción; así como la interpretación en directo de “una innovadora jota de pasión en tesitura menor”, interpretada por Loli Barral, una de las actrices, ha concretado.

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