Gastronomía

Sabor y color para degustar una región gastronómica esta Semana Santa

Fuente de riqueza agroalimentaria, La Rioja no podía quedarse atrás en su abanico de productos que nacen de su tierra regada por numerosos ríos y afluentes, cultivados y criados con mimo por los embajadores para ofrecer exquisitos manjares.

Comenzando por una variada menestra con las verduras de temporada como las alcachofas, saboreando unos buenos espárragos que nacen en torno a los ríos riojanos y pasando después, a unas buenas chuletillas al sarmiento. Sin olvidar, entre bocado y bocado, tomar un buen vino. Y de postre, las tradicionales torrijas para estas fechas de Semana Santa. Sencillez a la vez que delicadeza.

Si uno prefiere disfrutar la cocina desde el lado de los fuegos, el Mercado de San Blas o Plaza de Abastos es el lugar adecuado, donde se disfruta de un mundo lleno de olores, sonidos, texturas, colores y formas de la mano de especialistas en todos los sectores de la alimentación del producto fresco.

Una buena barra de pinchos siempre es una opción perfecta y más si se elige el corazón gastronómico de la ciudad. No hay duda de que la calle Laurel y la calle San Juan son los lugares que no pueden faltar en el ‘planning’: un maridaje perfecto entre bocados con productos de la tierra y los mejores vinos de la DOCa Rioja.

Ahí se conjugan tradición y modernidad para adaptarse a todos los paladares. Ya seas vegetariano, vegano o incluso celíaco, encontrarás delicias y vinos también para ti en un laberinto de calles en pleno Casco Antiguo de Logroño, donde se respira innovación y creatividad en cada plato porque en esta tierra convive lo clásico con lo novedoso. Un paseo por estas angostas calles permitirá conocer una variopinta gastronomía reconocida en todo el panorama nacional y donde la actividad hostelera convive con el día a día de los vecinos que ahí habitan.

Pero no solo en la capital se respira pasión por el buen comer. Fuera de la ciudad, a unos 50 kilómetros de distancia, la otra capital de la región también rinde homenaje a su tierra desde sus locales de hostelería. En Haro, capital del vino, la ‘Herradura‘ pone a pie de calle bares de pinchos y restaurantes perfectos para combinar con una visita a cualquier enoteca con productos típicos de la zona: conservas, recuerdos de la ciudad y por supuesto, vino. Al final de la Herradura, la plazoleta San Martín concentra bares, terrazas y los restaurantes más típicos de Haro.

Bocados selectos

No podemos olvidar el universo gastronómico que ilumina el firmamento riojano con sus Estrellas Michelin, que la convierten en la región con más estrellas por habitante. Nunca está de más pegarse un capricho de vez en cuando, degustando los emplatados del Portal del Echaurren (Ezcaray), los de Venta Moncalvillo (Daroca de Rioja) o las creaciones de la pareja del Íkaro (Logroño), pasando por los fogones de Nublo (Haro) y llegando a la barra más oriental del Kiro Sushi (Logroño).

Y junto a estos espacios brillan los Soles Repsol riojanos, que alumbran también la Alameda (Fuenmayor), Casa Masip (Ezcaray), La Cocina de Ramón (Logroño), La Galería (Logroño), La Vieja Bodega (Casalarreina) y Juan Carlos Ferrando (Logroño).

Lugares y personas que hacen de la cocina una auténtica experiencia sensorial donde el comensal olvida por unas horas que está en un simple restaurante y se siente parte de una aventura gastronómica. Porque hay mil y una razones para degustar esta región, porque La Rioja apetece.

Y también mil y una citas para conocer los eventos que giran en torno a la cocina riojana. Este Jueves Santo se celebra el Día del Ajo Asado en Arnedo, donde las calles de la localidad se impregnarán de un aroma a brasas de la gran hoguera gigante que prende para asar al sarmiento más de 8.000 ajos y 2.000 huevos.

Además, Alfaro abre sus puertas a la XVI Semana Santa Verde, un festival gastronómico para alzar la huerta riojana a través de degustaciones, catas, rutas de pinchos, visitas guiadas, así como actividades culturales. Un completo programa turístico que inauguró el chef Ignacio Echapresto, del Restaurante Venta de Moncalvillo, y que se prolongará hasta este domingo.

Una perfecta ocasión para calentar motores antes de la irrupción de las XVII Jornadas Gastronómicas de la Verdura en Calahorra, que traerán a la ciudad numerosos actos entre el 22 y el 28 de abril para reivindicar el producto riojano más saludable. Además, se puede aprovechar para visitar el Museo de la Verdura, un centro interactivo y didáctico que muestra al visitante, de jueves a domingo, la actividad de las huertas y cultivos que crecen a orillas de los cauces riojanos, formando parte de la historia de la comarca y de sus gentes.

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