CARTA AL DIRECTOR

En misa y repicando: “A Jesús no le gustan los teléfonos móviles”

Evidentemente, es una metáfora, pero la imagen habla por sí sola. Y nos cuenta cosas sobre la sociedad en la que vivimos y que estamos construyendo. Durante la salida del paso de la Cofradía de la Flagelación, los espectadores graban con sus teléfonos móviles lo que creen que son los detalles más característicos del inicio de la procesión del Via Crucis.

¿Con qué fin? Algunos las publicarán en Instagram, Facebook o cualquier red social para dejar constancia de que han estado allí. Otros las enviarán repetidas veces a través de WhatsApp o Telegram. Algunos más las guardarán para una efímera posteridad en sus teléfonos móviles, olvidando dentro de unos días que esas imágenes estaban allí. Es el deseo constante de tener una imagen o un vídeo que te recuerde que estuviste en ese lugar concreto en ese momento concreto a la que nos estamos acostumbrando.

Sin embargo, ¿cuántos de estos fotógrafos y videógrafos están viviendo el momento? ¿Cuántos se estremecen ante la visión de la flagelación de Cristo o con el sonido de los tambores? ¿Cuántos están presentes? Las procesiones de Semana Santa, más allá del valor cultural o estético, buscan generar en el espectador toda una amalgama de emociones que, si son vividas a través del filtro de la pantalla del teléfono móvil, no se vivirán de la misma manera. Es más, es posible que ni siquiera sean conscientes de dónde están sucediendo los momentos más bellos, estremecedores y, en cierta forma, místicos de esta procesión.

¿Por qué? Porque no se puede “estar en misa y repicando”: no se puede estar presente si estamos tan pendientes de la dictadura de la imagen del teléfono móvil. Curiosamente, si observamos la fotografía en detalle, podemos ver a uno de los presentes en este emotivo momento (que de forma metafórica se asemeja a ojos del espectador a un Ecce Homo improvisado) mirando hacia el lado opuesto al que graban los smartphones. ¿Y si lo más importante está sucediendo en esa dirección, en el espacio que queda fuera de la imagen que contemplamos, y todos nos lo estábamos perdiendo por no estar del todo presentes en ese preciso momento?

Como fotógrafo profesional, “de los que cotizan”, intento buscar un equilibrio entre hacer mi trabajo y formar parte del momento que estoy viviendo. No puedo evitar recordar el diálogo entre Ben Stiller y Sean Penn en la película ‘La vida Secreta de Walter Mitty’ (2013), en el que el primero cuestiona Penn porque no hace la fotografía del tigre blanco que lleva semanas persiguiendo. La respuesta es clave para comprender por qué vivir a través de la cámara del teléfono nos está alejando de la realidad: “A veces no la saco [la foto]. Si me gusta el momento, digo a mí, personalmente, no me gusta que me distraiga la cámara. Quiero formar parte de ello (…). Estar ahí, estar aquí”.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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