Dicen que si vas al Hospital San Pedro te puedes encontrar por los pasillos ángeles que visten de blanco, azul o verde. Tienen un corazón y un alma enormes. Las redes sociales, a veces, hacen magia y te conectan con gente maravillosa. Fue en nuestro caso, en abril de 2020, cuando apareciste tú -Nerea Miguel-, un grandísimo ángel y estupenda enfermera, profesional y persona de diez. Con su precioso gesto nos tocó en lo mas profundo de nuestros corazones a mi familia y a mí en momentos de tanta incertidumbre y con los nervios a flor de piel.
Siempre en el recuerdo, ya que nos uniste con mi padre a través de una emotiva carta. Gracias por leérsela y hacer que aquel paciente de la 356, al escuchar esas líneas desde su cama, se sintiese querido, arropado y notando el cariño, amor y calor de su familia a pesar de la distancia y de no poder tenernos con él de la mano. Gestos como el tuyo, Nerea, hacen mas grande a las personas.
Ya han pasado dos años desde que un mal sueño se convirtió en una pesadilla real: la pandemia del COVID-19 que tantas vidas se llevó y en la que muchas personas no pudimos estar junto a nuestro familiar ingresado ni tan siquiera despedirlo dignamente. Vosotros, sanitarios, tomábais la mano de los pacientes hasta el último minuto. Reconfortándolos, acompañándolos y aliviando su sufrimiento. Érais en esos momentos como su familia. Durante esos dificiles y trágicos meses fuisteis un equipazo, aunque irreconocibles con tanto disfraz de doble mascarilla, gorro, gafas, pantallas y doble bata. Pareciáis como astronautas bajados de la luna entrando en las habitaciones.
Es imposible que no se nos pongan los pelos de punta al recordar desde aquel 10 marzo de 2020 en el que nuestras vidas cambiaron. El mundo se puso del revés. En las bulliciosas calles y plazas reinaba la soledad y el silencio, dejando paso a los crespones negros, banderas a media asta, aplausos desde los balcones para sanitarios y miles de profesionales en primera línea de fuego atendiendo los servicios. El ‘Resistiré’ y otras canciones tocadas en vivo trataban de animar a una población triste confinada en sus casas.
Cuando los libros de historia se actualicen, tendrán que incluir, aparte de la desgraciada guerra de Ucrania, las páginas de esta pandemia. Será recordada por el confinamiento, las sonrisas con los ojos, los bailes de la red social tik-tok, la prueba del papel higiénico en redes, los directos de numerosos famosos en Instagram, el uso de gel, mascarilla y guantes, la UME y militares desinfectando y echando una mano en hospitales y residencias, las fases de la desescalada o el eslogan: «Todo va a salir bien».
Yo, como auxiliar de enfermería en una residencia, pude apreciar cómo se sentían los pacientes sin poder salir de sus habitaciones ni recibir a sus familiares. Eso es muy duro. Cuando se está enfermo, te sientes débil y sin fuerzas. Necesitas ese abrazo tan caluroso de tu gente. Por eso, gracias, sanitarios y Nerea por tanto. El darles cariño no se paga ni con todo el oro del mundo. Ha sido un placer conocerte también en persona y compartir ese amor por la sanidad y, además, la pasión por el mismo escudo blanquirrojo.
Un beso gigante al cielo por nuestros familiares o amigos que el COVID-19 se llevó y un aplauso fuerte de admiración por todos los trabajadores dando el do de pecho en primera línea de batalla.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
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