La Rioja

Cuando el ‘running’ se convierte en una adicción

La práctica del ‘running’ sigue creciendo, y más si tenemos en cuenta que durante el confinamiento fue una de las mejores opciones de ‘escape’. La práctica de cualquier deporte es beneficioso para la salud, y nadie duda de que conlleva innumerables beneficios, tanto físicos como psíquicos, pero, como todo en esta vida, lo que se lleva al extremo, puede acabar mal.

Salir a correr, concretamente, reduce el estrés, mejora la capacidad cardiovascular, refuerza el sistema inmune… “Es una práctica saludable donde se involucra todo el cuerpo y haces un trabajo bastante potente solo con calzarte unas zapatillas, pero puede convertirse, y de hecho lo hace, en un hábito abusivo y una adicción si no se respetan los principios de entrenamiento o los tiempos de descanso”, explica Joel Manuel Prieto, doctor en Ciencias de la Actividad Física y profesor e investigador de la Facultad de Educación de UNIR.

Ese ‘querer más’, ese ‘sentirse seguro de sí mismo’, intentar aumentar la autoestima o la necesidad de relacionarse con los demás y formar parte de un grupo puede desembocar en una obsesión denominada runnorexia. “Una persona adicta a correr no está dispuesta a alterar o suspender sus entrenamientos por ningún motivo, a pesar de las contraindicaciones médicas. El ejercicio repetitivo sin respetar el descanso acarrea desgaste articular, problemas cardiacos, debilitación del sistema inmune, y riesgo de lesiones”.

Pero esta adicción va más allá. No solo es cuestión de síntomas físicos, también psicológicos, conductuales o comportamentales. “Aparece una fatiga mental ya que en la cabeza de un runnoréxico todo gira en torno al entrenamiento, y eso puede cambiar sus hábitos alterando su estilo de vida, alimentación y, por supuesto, relaciones personales”, añade Prieto.

El equilibrio perfecto

El investigador de UNIR ha analizado esta adicción desde la revisión de varios artículos científicos. Los resultados indican que la runnorexia se presenta mayormente en hombres de entre 35 y 45 años, corredores aficionados con menor experiencia deportiva y con una ansiedad provocada por la necesidad de competir. Además, se ha evidenciado que la dependencia al running se puede asociar con trastornos alimentarios relacionados con la imagen corporal.

“Hablaríamos de vigorexia cuando un sujeto se ve menos musculado de lo que está y se obsesiona por tener mejor cuerpo”. Ya no resultaría suficiente mejorar el estado físico, “que es positivo y saludable”, sino ser un ‘adonis’. “En este sentido, las mujeres que padecen esta adicción es más por motivos estéticos que por cumplir ciertas marcas o logros”. Joel Manuel añade que después de una ruptura o divorcio “suelen plantearse este tipo de prácticas desmesuradas de actividad física, ya sea por buscar nuevas sensaciones o por sentirse más seguros de sí mismos, si hablamos de los hombres”.

Esta nueva adicción también empieza a advertirse en los adolescentes “por presión social. Los jóvenes se relacionan en grupos donde hay muchos que suelen entrenar y caen en esta práctica abusiva por sentirse parte del grupo, pero no entienden que cada persona en un mundo, tiene sus rutinas y su capacidad física y las marcas de uno difieren mucho de los otros”.

Los BeerRunners nunca fallan (fuente: organización de la carrera)

Las modas son lo que tienen, que te lanzas sin saber, y el running, sin un asesoramiento técnico, puede llegar a ser muy perjudicial. “Si no cuentas con un entrenamiento personal y eres quien, de motu proprio, decides empezar el mismo plan que sigue un deportista de élite o el que has visto en una revista habrá consecuencias nocivas”. Prieto destaca que debe haber un equilibrio entre volumen, intensidad y densidad. “Respetar los descansos es lo que nos va a permitir obtener mejoras en forma de supercompensación. Se trata de que el cuerpo se recupere más allá del nivel de fitness previo al entrenamiento y no al contrario”.

Pero ¿qué cantidad de deporte es la más adecuada practicar? La medición viene dada por las propias señales del cuerpo, “que es el que nos indica si lo estamos haciendo bien o mal. Si tenemos mayores pulsaciones en reposo o no dormimos bien podían ser indicadores de que algo falla”. Entonces, ¿es cuestión de cantidad o de calidad? “Obviamente si el entrenamiento es de calidad va a ser mucho más positivo, pero siempre dependiendo del objetivo que persigamos o la carrera que estemos preparando. Si vamos a competir en una carrera o maratón el ‘tapering’ o puesta a punto, va a ser diferente a si lo practicamos de manera habitual por hobby’.

Consejos para correr de forma saludable

– No compensar los días perdidos. Prieto explica que “si tenemos un plan diseñado y surge algún imprevisto que nos impida cumplir el entrenamiento, ya sea personal o alguna lesión, no hagas en un día los kilómetros que te tocan más los que dejaste de hacer”.

– Alterna los días de trabajo duro con días de descanso. “Si encadenas muchos días de entreno intenso y de calidad el estrés va a hacer que aparezca alguna lesión por repetición y cuando vuelva a aplicarse la carga, previo descanso, podremos abordarlo de forma más eficaz”.

– Cumple el principio de viabilidad. “Cambia las rutinas de entrenamiento, varía distancias y recorridos, mueve horarios y no sigas un plan que no está hecho para ti”.

– Visita al médico. “Es fundamental acudir al médico para revisar esos pequeños avisos como las pulsaciones en reposo o el no dormir bien. Son necesarias pruebas de esfuerzo y electrocardiogramas dos veces al año para ver en qué condiciones estamos, sobre todo si vamos a iniciar un entrenamiento o realizar una competición”.

Subir