Educación

La identificación temprana de altas capacidades, ‘vacuna’ contra el fracaso escolar

FOTO: Abel Alonso (EFE).

Rebeca Palacios

La Asociación Riojana de Niños de Altas Capacidades (ARNAC) demanda mayor identificación de todos los alumnos con altas capacidades para que se atiendan sus necesidades específicas y se eviten situaciones de fracaso escolar.

ARNAC acaba de renovar su junta directiva, encabezada por María José Arpón como presidenta en esta nueva etapa de la asociación, que ha cumplido 17 años de atención a las familias. Esta entidad organiza diversas actividades divulgativas y cursos formativos para los niños y sus padres, como un taller mensual de habilidades y estrategias, a cargo, por tercer año, del psicólogo y orientador educativo José Manuel Tombilla.

Arpón ha resaltado a Efe que este taller ha cumplido 15 años, lo que demuestra “el interés mostrado por los padres, que ha crecido edición tras edición”. Esta actividad, que se celebra este sábado, aborda temas relacionados con el aprendizaje, las inteligencias múltiples, las habilidades sociales y los roles familiares, desde un enfoque práctico y con un desarrollo interactivo.

Ha indicado que, a pesar de que en los últimos años se han conseguido “grandes avances” en la atención de las altas capacidades, “aún queda identificar a todos estos niños para poder atender sus necesidades específicas, especialmente en el ámbito escolar”.

 

FOTO: Abel Alonso (EFE).

Un niño con altas capacidades que no ha sido identificado es “muy probable que acabe con fracaso escolar”, lo que supone “una lástima”, ha lamentado. Según ha detallado, algunos niños con altas capacidades se integran perfectamente en la dinámica educativa de su centro, “pero otros no”, y necesitan una atención específica.

Por ello, ha insistido en la importancia de identificar esos casos y “concienciar” a los centros escolares y a las consejerías de Educación de que “se deben atender esas necesidades” especiales.

En torno a 600 alumnos reconocidos en La Rioja

En el caso de La Rioja, existe un protocolo de identificación y respuesta educativa al alumnado que presenta altas capacidades intelectuales, con 594 estudiantes reconocidos por la Consejería de Educación, pero no todos los centros cumplen esos derechos de atención.

En ocasiones, los centros educativos no le dan “suficiente importancia” a las altas capacidades o tienen alumnos con otros problemas de aprendizaje, pero principalmente, ha constatado que acusan “una falta de medios y de tiempo, que se ha agravado con la pandemia”. “Aún queda mucho por hacer, hay excelentes profesionales, muy volcados con sus alumnos, pero queda camino para dar a los docentes formación, sensibilidad y medios para atender a estos niños”, ha recalcado.

Algunos de estos niños también tienen hiperactividad, por lo que, sin una ayuda específica, no son capaces de seguir el ritmo de la clase, se desenganchan de sus compañeros y acaban con inadaptación o fracaso escolar, ha precisado. Esta asociación, que cuenta con un total de 850 socios pertenecientes a 215 familias, ha detectado en los últimos años que solo se logra la identificación de altas capacidades después de que “el niño haya dado problemas” en el centro educativo.

“En vez de hacer una identificación preventiva”, al detectar algunos signos, “solo se atiende a los niños con altas capacidades cuando ha habido una desadaptación o el alumno ha dado problemas en su clase”, ha censurado. Un niño con altas capacidades muestra “gran curiosidad”, a veces por temas “muy concretos”, según Arpón; les gusta profundizar en los asuntos que les interesan o les motivan; cuentan con una extremada sensibilidad; tienen gran inquietud por saber y, en ocasiones, no son comprendidos, ni por sus compañeros, ni por sus profesores.

“Si un padre se encuentra con estas pistas, quizá pueda pensar que su hijo tiene altas capacidades”, ha indicado.
Otros rasgos son una gran expresividad al comunicarse, hablar o leer precozmente, un alto nivel de conciencia social, mucha concentración y memoria en tareas que les interesan, gran creatividad, liderazgo en los juegos y un gran sentido del humor, con el uso de la ironía.

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