Toros

Los toros y el viento imposibilitan el triunfo de Urdiales en Valencia

Foto: Twitter Plaza de Toros de Valencia

Un vendaval y un lote imposible se fusionaron en la fórmula perfecta para dar al traste cualquier opción de triunfo en el regreso de Urdiales a Valencia y también a una plaza de primera categoría. De los seis toros que se embarcaron en la finca de Victoriano del Río, cuatro llevaron el hierro titular y dos, que a la postre fueron los mejores con muchísima diferencia, lucieron la divisa ‘Toros de Cortes’.

De los dos toros importantes, el que hizo tercero le correspondió a Roca Rey. ‘Centinela’ se llamaba un toro de embestida humillada, profunda, larga y templada. Repetidor y exigente a partes iguales. La disposición huracanada del peruano sirvió para contrarrestar el vendaval de levante. Por verónicas y chicuelinas fue el recibo rematado en los mismos medios, justo donde capotes y muletas eran zarandeados como papelillos de fumar. Si franca era la embestida de ‘Centinela’ por el pitón derecho, boyante y noble era la acometida por el izquierdo.

Siempre con su tranco pronto y alegre acudía el toro a los cites del peruano. Dos naturales de muy buen trazo se vieron emborronados por otros tantos enganchones. Un circular anterior había calado en los tendidos valencianos, que con un espeluznante cambio por la espalda y una arrucina terminaron por ponerse en pie. Una oreja cobró tras una buena estocada.

‘Cantapájaros’ fue un toro hondo e imponente, que a poco nadie es capaz de sujetar durante una lidia demasiado desordenada. De acá para allá iba; casi como sin rumbo. Pese a todo, Roca Rey quiso asegurarse una séptima puerta grande consecutiva en Valencia y comenzó de rodillas su faena. Lógicamente, tampoco lo sujetó. Hubo una serie notable por el pitón izquierdo, pero pronto nacieron momentos enganchados y hasta un desarme. Trató de tirar por circulares, pero estos tampoco brotaron con limpieza.

El otro toro bueno de la tarde fue el quinto. ‘Adorado’ de nombre. Pronto y fijo. De embestida noble y honda, exigía suavidad, sitio, tiempo y temple. Manzanares lo entendió a la perfección y supo dar con las teclas. Sin apenas toques, el alicantino alcanzó las cotas más artísticas de la tarde. Desde un inicio por bajo, hasta un circular que prologó un cambio de mano y un pase de pecho de una belleza bárbara. Al natural, consiguió una tanda templada, de buen trazo y reunión. Se empeñó en matar recibiendo y se equivocó.

Con ‘Cojito’ se las vio Manzanares antes. Que, si aquel toro no estaba lisiado, poco le faltaba. Dos volatines en el primer tercio aventuraron las no pocas veces que el toro perdió las manos durante el resto de la lidia. A media altura aún hubo algún atisbo de lucimiento.

No sé si en los turnos de Diego Urdiales fue cuando más sopló el viento, pero casi seguro que sí. La muy abanta aparición de ‘Viajero’ sirvió para hacer gala de su nombre. Apretaba hacia los adentros el de Victoriano del Río. Más allá del tercio, la tempestad era una condena. Brindó Urdiales al público y abrió trasteo con un trincherazo y cambio de mano marca de la casa. De cartel, osease. Más desentendido se venía (y se salía) el toro por el izquierdo. Viento y más viento. Hubo un derechazo con tanto desmayo como empaque. Quedó arriba la estocada, pero no fue suficiente ésta.

Más agarrado al suelo y sin empuje alguno se mostró ‘Víbora’. Otro toro que tuvo a bien obedecer a su nombre y picó a Urdiales una vez que este le perdió la cara. La voltereta fue espeluznante, y gracias que se quedó en un susto. Y una brecha sin importancia. Volvió Urdiales desmadejado a la cara del toro, pero ni una vez volvió a pasar el funo. La estocada volvió a quedar arriba.

Destacaron muchos hombres de plata, entre ellos ‘El Víctor’ que, pese a no desmonterarse, pareó muy bien en el primero.

Plaza de toros de Valencia. Quinta de la Feria de Fallas. Lleno en los tendidos. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortes (3º y 5º), . El 1º, exigente, le costaba irse de los vuelos; el 2º, mermado por dos vueltas de campana, sacó fondo; el 3º, muy bravo, pronto y con fijeza, tuvo ritmo y mucho recorrido, lo quiso todo por abajo; el 4º, soso y sin entrega; el 5º, pronto, con ritmo y humilladora embestida; y el 6º, de buen son en los primeros tercios, le faltó fijeza y, a menos, se terminó aburriendo.

• DIEGO URDIALES, ovación y ovación.
• JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación tras aviso y ovación tras aviso.
• ROCA REY, oreja y ovación tras dos avisos.

– Incidencias: En banderillas, se desmonteró Daniel Duarte en el 2º. En el 3º, hizo lo propio Antonio Chacón.

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