Fue el último evento masivo celebrado en La Rioja antes de que el COVID nos encerrase durante meses en nuestros hogares y este martes ha vuelto a exhibir su fuerza en las calles de Logroño. El feminismo, dos años después, ha vuelto a alzar la voz contra la “cultura de la violación” y reclamar sólidas bases que “eduquen a los hombres en una masculinidad no violenta”.
Convocadas por la Plataforma 8 de Marzo, en torno a 3.500 personas -según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno- han demostrado que, tal y como rezaba el lema de la marcha morada en Logroño, “la lucha feminista vive en las calles”. Mujeres de todas las edades y condición social han recuperado la vía pública para “combatir los discursos negacionistas y antifeministas de posiciones políticas ultraderechistas y neofascistas que apuestan por la eliminación de recursos públicos destinados a remover los obstáculos que impiden hacer efectivo el derecho a la igualdad”.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
Porque en estos dos años de ausencia de movilizaciones por el 8M (al menos, de forma visible en las calles) el auge de las fuerzas ultraconservadoras en la esfera política nacional ha avivado la llama reivindicativa de un movimiento, el feminista, que no hace tanto tiempo se liberó de los complejos para reclamar su justo y merecido papel en la carrera hacia la plena igualdad.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
