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Gol en Las Gaunas: ‘101 veces mal’

Las ponía Iker Guarrotxena, también Dani Pinillos, Jesús Alfaro… y sobre todo Iñaki. Y esta gente tiene buenos pies. Es decir, sabe lo que se hace cuando se trata de poner un balón parado con buena dirección y mala intención al área contraria. Es más, saben hacerlo incluso con el balón en movimiento.

Saben entonces poner buenos balones. Todos ellos, y algún otro más, lo han demostrado esta temporada, han asistido en algún momento en concreto a compañeros para hacer gol en la portería contraria. Es decir, si saben hacerlo con la pelota en movimiento, cuando no sabes si va o viene, qué dirección va a tomar o qué rival te va a segar, deberían saber hacerlo cuando todo está en calma, a balón parado.

Porque la estrategia es una profunda respiración. Un saque de esquina es el pitillo entre el segundo plato y el postre. Un saque de banda a la altura del área grande es un viernes por la tarde. Una falta lateral en zona de tres cuartos es la espera de la siguiente ola. Las jugadas de estrategia son como llegar a destino tras un vuelo movidito: besarías el suelo que acabas de pisar. Es una ducha tras tres días vivac.

Y luego está lo que espera dentro del área. Es decir, todos aquellos jugadores que están esperando un pase al sitio adecuado para meterla en la portería contraria. Ya la puede poner bien Iñaki, que si quien espera al remate es este humilde redactor que cerraba los ojos al rematar de cabeza esta cuenta que estamos echando crecería exponencialmente hasta el infinito.

FOTO: Real Valladolid.

El pasado domingo, en el José Zorrilla, 96, 97, 98, 99… Esperábamos al centenar. Teníamos esa ilusión. Por la cábala. Pero nada. El 101 se sacó a la corta con un 0-2 y acabó en una falta lateral sobre Diamanka. Ni al área fue la pelota. Un 0-2 para este equipo es como una canción de cuna. Y quienes esperan habitualmente para el remate a balón parado son unos bigardos de consideración. Aridane, listo para la lucha canaria. Simic, al que le salieron los dientes en Urritxe. Herrando, que hace unos meses casi mete una aprovechando sus 192 centímetros de estatura. Rueda, el rey de la anticipación. Dubasín, de un olfato finísimo para aprovechar cualquier balón suelto tras un rechace. Alfaro, un pillo. Guarrotxena, que ya no las pone para ver si las remata aprovechando su salto imperial, el mismo que casi le sirve a Duba para hacer el primero el pasado sábado en Valladolid. Hasta Serantes se sumó a la fiesta del balón parado el pasado sábado ante el Rayo, pero ni por esas.

Mal se le tienen que dar las cosas a la UD Logroñés para no desequilibrar algún partido a balón parado. Y mal se le están dando. 101 veces mal. Hacer 101 veces mal algo tiene su mérito. Mérito de no desfallecer. Tras 101 veces mal lo más positivo sería dársela directamente al rival para que sacara de puerta y al menos no tuviera la oportunidad de hacer una contra como ante el Celta B y aquella ocasión de Pampín. Que saque su portero antes de que los jugadores blanquirrojos, por si el gol cae en contra. Visto que 101 veces este equipo lo ha hecho.
Y eso que a través de Borja Lerma, entrenador y analista de datos, solo hemos contado los saques de esquina. Sería muy doloroso incrementar esta cuenta con los centros laterales y frontales a balón parado o los saques de banda. ¿10 millones de ocasiones perdidas?

Con buenos centradores y buenos rematadores para el juego aéreo, este equipo no ha marcado en ninguno de los 101 saques de esquina que ha votado hasta el momento durante esta temporada. Ni adrede.

La estrategia se entrena. Y la plantilla entrena la estrategia. Otro asunto es saber si la entrenan bien o mal. Pero es evidente que algo no funciona cuando se ha errado hasta en 101 veces y la cuenta sigue activa. El viernes podría seguir avanzando. No es de los equipos que más córners saca, ni tampoco de los que menos. Pero sí es el único que no ha acertado a balón parado en 101 intentos, con el consiguiente drama que esto supone en una categoría tan igualada en la que muchas victorias se deciden por pequeños detalles.

Como ese remate a la salida de un córner. Ese rechace a la salida de un córner. Ese autogol a la salida de un córner. Ese penalti a la salida de un córner. Nada. No hay manera. Mejor conceder un saque de puerta para presionar como lo hace este equipo. Así vinieron los goles ante el Real Unión o el Valladolid Promesas.

Es que ni la casualidad ayuda a romper esta sumar de saques de esquina infructuosos. Estamos ante una perfecta anomalía. Así que el mundo se divide a partir de ahora en los que hicieron esta temporada un gol a balón parado y la Unión Deportiva Logroñés, que se presenta como un perfecto eslabón futbolístico perdido.

¿Puede un equipo lograr el ascenso sin haber logrado un gol a balón parado? Ojalá sea el que le dé el ascenso para acabar de constatar lo indescifrable que este equipo de Mere Hermoso. Cuando juega bien no marca ni gana, y cuando juega regular o mal marca con suma facilidad y saca adelante los partidos.

El córner es el nuevo campo de batalla de un equipo que no acaba de mostrar su supuesta superioridad presupuestaria sobre el terreno de juego. Y tras 101 veces mal convendría reflexionar qué se está entrenando y cómo para ver si tocando algo este equipo por fin logra un gol a balón parado, lo que le acercaría a sumar tres puntos visto su rendimiento defensivo. Restan tres meses para conseguirlo. 101, …

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