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Gol en Las Gaunas: ‘Tramo quinqui’

Los rusos buscando un buen jaleo, C. Tangana con ‘El Madrileño’, o ‘Las Leyes de la Frontera’ de Daniel Monzón… Tras la pandemia es como si hubieran llegado de nuevo los años 80, pero en versión naif.

Los rusos buscando lío al otro lado del Telón de Acero en plena Guerra Fría. Los Chichos con su ‘Ni Más ni Menos’. Y sobre todo el cine quinqui de Carlos Saura, Vicente Aranda y Eloy de la Iglesia con ‘Colegas’ o ‘El Pico’, entre otras cintas que sencillamente reflejaron la vida en las barridas de nuestras ciudades. Esas calles por las que la heroína comenzaba a circular y hacer estragos.

Los Chunguitos se quedaron con nosotros para siempre con ‘Me Quedo Contigo’, que fue revisado con acierto por Rosalía en los Premios Goya de 2019. Aunque una pandemia después su versión se ha quedado ya vieja, mientras que la de los Chunguitos permanecerá. Pero con más de 34 millones de visualizaciones en Youtube, Rosalía se ha hecho dueña y señora de ‘Me Quedo Contigo’, salvo para los que conducían con la ventanilla bajada su Peugeout 505 pelo permanente al viento por esas calles aún por hacer de las ciudades.

‘Las Leyes de la Frontera’ revisa aquellas calles quinqui, los viejos billares, el uso de la navaja para la resolución de los conflictos, huidas, robos a bancos, vida de cicatriz en cicatriz en la búsqueda de una salida de la pobreza hacia la libertad con el dinero fácil y rápido como remedio para solventar unos problemas que no dejan de crecer a cada paso.

Así se vivían los 80. Pero esta revisión carece de la autenticidad de estar viviéndolos, de ser real. A esta revisión le falta calle. Es una versión edulcorada de aquellas hombreras, permanentes, desigualdades y barriadas…

¿Más pruebas sobre esta revisión naif de los 80? Ciudadanos marcándose un ‘ucede’ en toda regla; el PP meditando, como le pasara en su momento a Alianza Popular, qué patita debe enseñar para seducir a los votantes del extremo; y la izquierda, como siempre, peleada midiendo la autenticidad de sus ideas en una competición para ver quién es más progre y encima lo parece. Por suerte nos queda el fútbol.

Nos queda el fútbol de esta Primera RFEF, que es lo más parecido a aquello que se vivía en los campos de fútbol de nuestro país en los años 80. Clubes que no pagan, como el Extremadura o el Badajoz…; terrenos de juego en pésimo estado como el del Tudelano; accesos al estadio incomprensibles como el del este sábado en el Stadium Gal, concierto mediante; tenemos hasta algún futbolista calvo…

Entramos en el último tercio del campeonato nacional de liga en Primera RFEF. Estrenamos a partir de ahora la fase decisiva del torneo. Ganar o perder marcará la frontera entre el éxito y el fracaso. Existen ejemplos de ello. Aquella derrota ante el Lealtad en Las Gaunas de aquel equipo con Sergio Rodríguez al frente. No fue una derrota más, fue la constatación de que ese equipo no llegaría al playoff. Lo que pasa es que cuesta mucho saber qué derrota significa que los objetivos no se van a cumplir.

Caer ante el Cartagena de penalti en Las Gaunas en Segunda fue la puntilla, no tanto esa derrota que anuncia futuros problemas. Encajar un gol en el descuento en el Carlos Belmonte ante el Albacete también en Segunda para el empate a uno quizás sí fue ese mal resultado que anunció un descenso futuro.

Recibimiento en Las Gaunas antes del Logroñés – Cartagena | Foto: Riojapress

Restan quince jornadas y vienen los partidos que deben sacarse adelante, aunque luego el fútbol es navajero. Existen partidos que no se pueden postponer por un mal resultado. Hay que sacarlos adelante para no creer que se llegará a la orilla pese al último contratiempo. Es lo que precisamente va a afrontar en las dos próximas jornadas la Unión Deportiva Logroñés. Dos duelos ante rivales directos que deben sacarse adelante.

Los jugará el equipo en Las Gaunas, con su gente en las gradas, y con la necesidad de ganarlos. Es el momento de que la plantilla ponga al servicio del resultado la evolución prometida por Mere Hermoso antes de jugar contra el San Sebastián de los Reyes. Es el momento de observar a ese equipo voraz y acertado en las dos áreas de principio de temporada, al que le sobra calle para ganar los partidos que sean necesarios para sacar la temporada adelante.

Celta B y Rayo Majadahonda son los próximos peldaños para la Unión Deportiva Logroñés en esta competición que entra en una nueva fase, ésa en la que cada victoria o derrota puede ser definitiva, sin saberlo. Perderlos no impediría cumplir los objetivos en primavera. Sería el consuelo. Quedará tiempo para solventar estos tropiezos, se dirá; pero sí marcarán que la dinámica no es la positiva y que quizás este equipo no está preparado para alcanzar la meta, como le ocurriera a Sergio Rodríguez en su primera temporada completa. Ganarlos sería hacer bueno el empate en Irún para consolidar definitivamente la tercera posición antes de llegar a las últimas diez jornadas ligueras, que es cuando se firma el contrato definitivo de una campaña.

Es el momento de dejar a un lado toda versión naif de lo que debería ser este equipo por presupuesto para enfrentar la verdadera medida de todos. Es el momento de ser ese equipo quinqui que se viene intuyendo desde principio de temporada, que hace de un único gol la virtud para seguir el ritmo marcado por Deportivo y Racing.

Llega el tramo quinqui de la competición que requiere de toda la calle que sea necesaria para superar primero al Celta B y luego al Rayo Majadahonda, y así impedir que en verano podamos observar que fue en febrero cuando realmente este equipo se despidió de cumplir sus objetivos.

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