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‘Somos nuestra siguiente generación’

Es uno de esos momentos que difícilmente a uno se le olvidan. Fue la arrebatadora explosión de felicidad de aquella vieja generación. Fue su punto de inflexión: rotundo, como (imagino) cuando uno tiene un hijo, hace la comunión, se casa o aprueba el carné de conducir… Fechas que quedan grabadas en la memoria.

Los abuelos daban la paga los domingos. Por eso los domingos son un día especial. Nos educan para que los domingos lo sean, aunque sea solo por el beneficio económico. La paguita para olvidar que el lunes acecha a la vuelta de la esquina. Por eso íbamos al fútbol los domingos por la tarde. Había que olvidar el lunes que estaba por llegar.

Aquel día fue el ‘Domingo’ de la primera vieja generación de aficionados blanquirrojos. Un domingo eterno; el último domingo blanquirrojo. El último domingo de la afición. Desde entonces, desolación. Desde entonces es como si siempre fuera lunes.

La pandemia. La maldita pandemia. La pandemia es nuestro lunes. El lunes más triste de nuestras vidas. La pandemia que te ha impedido ir al fútbol, viajar con los tuyos, entre otras cosas.

Aquel instante tiene el poder de aún erizar el bello de quien lo sintió. Fue la máxima expresión blanquirroja en los últimos veinte años. Aquel zurdazo entró directo al corazón de los seguidores. Hasta los que se resistían a emocionarse acabaron entregados a la posibilidad.

A la posibilidad, porque entonces, hace justo dos años, solo era una mera posibilidad para aquellos viejos aficionados. Hace justo dos años, en otra era geológica, era más bien un deseo, y aquel contragolpe maravilloso permitió que el deseo, agazapado durante tanto tiempo en el corazón, se trasladara en un latigazo de pura electricidad a la cabeza, donde el deseo se transforma en posibilidad. Y si es posible conviene entregarse a su consecución. El hecho de estar ahí nos lleva a necesitarlo. Es un instinto humano que nos garantiza la supervivencia a los lunes.

Aquel zurdazo de Iñaki fue de una carga emocional, de una esperanza deportiva desconocida en este siglo XXI de desesperanzada futbolística a la riojana, que pasados dos años no se olvida. Minuto 85. El equipo bien ordenadito para defender el 0-1 de Vitoria. Y la Cultural que no inquietaba a los blanquirrojos pese a la insistencia. Piedra blanquirroja. Mazo riojano con Zelu por la derecha para silenciar el Reino de León. La deja pasar entre las piernas Ander Vitoria, e Iñaki se relame de puro placer. Desde su pensamiento racional a la pierna zurda de emociones fuertes, y de ésta a la escuadra. Y de la escuadra a la eternidad del recuerdo de una vieja generación.

De tu viejo deseo a la posibilidad real de tenerlo. Un instante para el recuerdo de seiscientas unidades de blanquirrojos que silenciaron el Reino de León con más de 10.000 personas en las gradas.

Es la chispa que lo prende todo. Desde entonces nada es igual. Pasó de ser un deseo a una posibilidad. De desearlo a necesitarlo. De buscarlo a merecerlo. Merecerlo a ser el mejor equipo de la categoría. Aquella plantilla lo fue tras destrozar a la Cultu ante los suyos.

Dos años y cinco días

Dos años han pasado. Dos años y cinco días. Fue, sin saberlo nadie, el último gran viaje blanquirrojo. Aquella esquina del Reino es la patria de una vieja generación necesitada de volver a sentirlo. Los últimos abrazos antes de que la vida se parara llegaron hace justo dos años. La última grada vibrante como visitante. Demasiado tiempo. Éramos tan jóvenes, tan inocentes… La primera generación dejó de viajar en León, todo se torció tras su gran día.

Dos años después se ha perdido el pulso a la vida, incluso a la competición… Toca retomar el fútbol. La última gran marcha blanquirroja queda en el recuerdo, los abrazos rotos se van cosiendo con los goles de Dubasín, con los centros de Fer Cano, con la presencia de Iñaki que le da continuidad a nuestros recuerdos. Serantes bajo palos, el ‘simicismo’ como religión, jugamos hasta con Rodríguez Gaitán. La herencia genética. Andy estuvo presente en la última victoria blanquirroja, la de ayer en Las Gaunas. Fran Rodríguez celebraba el triunfo ante el Bilbao Athletic con un pequeño vestido con la blanquirroja, con el 17… Andy siempre presente.

FOTO: UD Logroñés.

La vieja generación quiere olvidar dos años sin recuerdos. Viajar para captar nuevas emociones, experiencias, sensaciones… Viajar a Irún porque sencillamente somos nuestra siguiente generación por culpa de la pandemia, y ya viene tocando volver a los estadios para que esa vieja generación del Reino de León rejuvenezca en el jardín de sus deseos: en el fútbol con su equipo.

Las puertas a nuestra normalidad se abren en el Stadium Gal de Irún.

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