Educación

UNIR iTED: tecnología e innovación para mejorar los procesos educativos

“Necesitamos más talento e innovación que nunca para afrontar los desafíos del planeta y la enorme transformación económica y social que el mundo necesita. Y, sin duda, la educación debe desempeñar un papel clave”, señaló hace apenas unas semanas la Ministra de Educación Pilar Alegría.

En este campo de innovación continua en las metodologías del aprendizaje, y más concretamente, en la enseñanza online, es en el que trabaja el Instituto de Investigación, Innovación y Tecnología Educativas UNIR iTED de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), liderado por Daniel Burgos, que ocupa la Cátedra UNESCO de eLearning y es también vicerrector de Proyectos Internacionales de UNIR.

– ¿Cómo surgió el instituto y dónde radica su importancia?

– La actividad del Instituto empezó en 2012, pero no con esa forma. Comenzamos a organizar grupos de investigación y uno de ellos se centraba en el área de Tecnología educativa. A lo largo de los años fuimos consolidando proyectos y realizando muchas publicaciones y en un momento dado, era tan grande la actividad, que decidimos como Universidad convertirlo en un Instituto, y esto fue en 2017.

Es una secuencia lógica. El instituto trabaja sobre Tecnología e Innovación Educativas, que es precisamente lo que hace UNIR, es decir, es el tronco de nuestra actividad como universidad, tratando de innovar continuamente a nivel de metodología y evaluación e interacción online para enseñar y aprender mejor.

– ¿De qué manera impulsa y fomenta la mejora de las metodologías de aprendizaje?

– Día a día. Es fundamental saber escuchar a los estudiantes, porque son una fuente inagotable de opiniones tanto por lo que dicen como por lo que hacen. Hay gente muy colaborativa que ofrece visiones y comentarios muy enriquecedores para aportar otra forma de ver las cosas. Además, por lo que hacen a través del análisis, podemos considerar qué tipo de actividades tienen un impacto mayor en el desarrollo, el rendimiento, la interacción… Sin olvidar escuchar a los profesores. Todos pasamos por el diseño de las clases, de los materiales, la ejecución de las clases, la valoración de las mismas… y esto proporciona un sinfín de ‘feedbacks’ acerca de cómo perfilarlo mejor.

Y por si esto fuera poco, la investigación en grupos nacionales e internacionales hace que podamos intercambiar ideas, metodologías, patrones, modelos y herramientas para apoyarnos entre nosotros y conseguir que la experiencia de enseñar online sea realmente óptima.

– ¿Cuál es el perfil de los miembros que forman el instituto?

– Fundamentalmente investigadores y gestores de proyecto. Desde el instituto tenemos claro que el modelo habitual en el que un investigador tiene que saber hacer de todo, desde presentar la solicitud del proyecto a una fuente de financiación, o desarrollar la investigación, hasta cerrar los papeles, no debe ser así. En UNIR cuidamos mucho al investigador para que se dedique a investigar aunque sea consciente de todo lo demás, por eso siempre montamos un equipo, el investigador investiga y sabe lo que hacen los demás y el gestor se encarga de la parte económica, administrativa.. y también sabe lo que hacemos los investigadores. Además, estos dos últimos años hemos incorporado estudiantes de doctorado de varios países y de varios programas.

– Cerrar brechas digitales y favorecer la inclusión digital está en el ADN del Instituto, ¿Cómo lo llevan a cabo?

– Lo de la brecha digital es relativo. Nosotros trabajamos mucho la inclusión porque la brecha es algo que ocurre siempre, no ahora por la pandemia. Nos centramos en lo que denominamos diversidad funcional, que somos todos. Yo porque necesito gafas para ver la pantalla y tú porque requieres una competencia digital algo más específica para utilizar una hoja de cálculo, por ejemplo. No todo es ir a colectivos extremos, que también, pero actualmente cualquiera puede encontrarse un obstáculo. Es más un tema de observación continua de todo el mundo, no tanto porque exista una brecha de pobres o ricos o de sistemas de castas, sino porque cualquiera de nosotros estamos dentro de esos grupos que en un momento dado pueden tener una cierta necesidad adicional de apoyo o acompañamiento con cierta herramienta, tecnología o metodología.

– El Instituto trabaja en la educación en abierto. ¿Qué beneficios ofrece este tipo de educación?

– No necesariamente tenemos que utilizar recursos con derechos de explotación cerrados por los que haya que pagar continuamente. Cuando compras un libro pagas por él y por los derechos correspondientes, y eso está muy bien, pero en educación existen muchísimos recursos que pueden recuperarse y que no necesariamente tienen que ser de pago. Otra opción es pagar solo una parte, como cualquier servicio ‘Premium’, y eso es perfectamente válido. Pero la educación abierta va mucho más allá. No solo es acceder, sino compartir: que yo pueda ceder cosas que he hecho en abierto o parcialmente en abierto para que cualquiera pueda utilizarlos en todo el mundo y que exista un clima de colaboración. Es un ecosistema de equilibrio donde yo consumo pero al mismo tiempo comparto mis cosas, reutilizo, proporciono comentarios… En definitiva, fomentar la cultura de la colaboración bidireccional.

– ¿En qué proyectos está trabajando actualmente UNIR iTED?

– Hemos liderado el último proyecto que ha financiado el Parlamento Europeo sobre inclusión digital: MEDICI. Un trabajo que facilita y apoya el intercambio de conocimientos y la reproducción de buenas prácticas entre los agentes que participan en el ecosistema de la inclusión electrónica, con la esperanza de contribuir a cerrar la «brecha digital» que afecta especialmente a los grupos vulnerables de la sociedad.

Otro sería el OPENGAME, que contribuye a que los profesores de enseñanza superior adopten la utilización de recursos educativos abiertos de manera innovadora y motivadora, mediante el desarrollo de una experiencia de aprendizaje gamificada y situada en la enseñanza abierta. Además, FABLE, cuyo objetivo es la formación en aprendizaje mixto (online y presencial) a personal docente universitario.

Y uno de los últimos, FUMI, donde trabajamos con la ICESCO, la UNESCO del mundo árabe. Tiene una repercusión enorme en un tercio del mundo, y su sede en Túnez. Es un proyecto recién aprobado para formar a más de 50 países sobre la implementación del aprendizaje online, lo que va a repercutir en una mejora en la calidad de la formación.

Subir