La fiebre de los test de antígenos continúa ante el imparable avance de la variante ómicron en La Rioja, donde durante la semana previa a la Navidad, del 13 al 19 de diciembre, se vendieron 31.252 pruebas en las farmacias de la región. A nivel nacional, el total de test dispensados en las boticas en esas fechas alcanzó la friolera cifra de 4,2 millones frente al 1,4 millones de la semana anterior.
Esas ventas representan el 21,5 por ciento de las registradas en global desde el 20 de julio, cuando se permitió la venta sin receta de los test de antígenos. Así consta en el estudio que la consultora farmacéutica Iqvia ha distribuido este martes, que recoge que la venta de test rápidos se ha multiplicado en todas las comunidades autónomas, con Cataluña a la cabeza, que concentra el 21,5 por ciento de las ventas de test en España desde julio con más de 3 millones vendidos.
Aunque La Rioja se sitúa como la comunidad que menos test de antígenos vendió durante estos días previos a la temporada navideña, seguida de Cantabria (34.812), Extremadura (37.478) y Navarra (50.345), las farmacias riojanas han presenciado una “histeria colectiva” entre la sociedad que durante días ha acudido en masa para proveerse de estas pruebas, “muchas veces a lo loco”.
Santiago y Luis María Ábalos así describen lo vivido en su farmacia de Avenida Colón durante las dos últimas semanas: “Desde el puente de diciembre venimos afrontando colas y llamadas continuamente para comprar test de antígenos al tiempo que colgábamos carteles y carteles de la falta de oferta. Ha sido y es muy desesperante. Directamente no hemos hecho lista de clientes solicitantes porque hubiéramos superado los 500”.
Así que han decidido priorizar a los clientes de toda la vida. Eso sí, regulando el número de pruebas que se pueden llevar por persona. “Al principio se las llevaban de 20 en 20 para hacerse un test en casa cada diez minutos. Era inexplicable. Así que decidimos dar solo dos test por familia, aunque en su casa hubiera más gente”, explica Santiago. Una situación que degenera en agotamiento y de la que solo esperan que remita cuando antes.
Ahora mismo estos hermanos solo tienen en su farmacia ocho unidades, “y todas ya reservadas”, así que aguardan a que lleguen pronto más provisiones. Un material que, además, ya han tenido que pagar con unos dos meses de antelación para que lleguen. “Y los precios de los test de antígenos en estas semanas han crecido un 200 o 300 por cien”. Unos aumentos que de igual manera se han visto reflejados en la cuenta del consumidor: “Aquí hemos llegado a tenerlos a tres euros y ahora los tenemos a siete.
En la farmacia logroñesa Isabel Ezquerra Ortín han colgado este martes por primera vez en varios días un cartel esperanzador: “Tenemos test de antígenos”. Aseguran que acaban de recibir los paquetes para reponer existencias, pero dudan sobre el tiempo que durarán estos en la farmacia.
“Esto ha sido una auténtica histeria colectiva”, remarca una de las trabajadoras, quien asegura que han determinado por vender solo dos test por personas para que no haya abuso. “Hemos llegado a tener gente que llegaba a la farmacia con el antígeno positivo, con las dos rayitas, para pedir que se lo interpretáramos. Y lo sorprendente es que muchos ya sabían que era positivo, pero necesitaban que un profesional se lo dijera de forma más oficial”, añade.
Un caos que se mantiene latente entre las farmacias y que solo desaparecerá cuando desacelere el ritmo de contagios y la curva epidemiológica dibuje la otra falda de la colina.
