La Rioja

La industria agroalimentaria del Ebro, “preocupada” por las “históricas riadas”

La Asociación de Industrias Agroalimentarias de Navarra, La Rioja y Aragón (ALINAR) ha mostrado su preocupación tras las históricas riadas acontecidas en la ribera del Ebro el pasado fin de semana que han causado años materiales en instalaciones y destrozos en campos de cultivo.

El impacto de las aguas ha causado daños materiales en las instalaciones de algunas de sus empresas socias, principalmente en las localidades de San Adrián y Funes, así como graves destrozos en los campos de cultivo de la Ribera del Ebro, en mayor medida en la Comunidad Foral.

Esta riada, en palabras de Diego Galilea, director general de ALINAR, “se ha llevado por delante miles de hectáreas, algunas en pleno pico de recogida de campaña como es el caso del brócoli, la coliflor o el cardo y otras que acababan de ser plantadas o estaban siendo preparadas para los cultivos de primavera, dejando las parcelas destrozadas”.

“El campo es nuestro proveedor principal, sin su materia prima no podemos producir, y estas pérdidas resentirán inevitablemente al sector primario y al agroalimentario”, añade al respecto. Esta situación, remarca, se suma “a las desproporcionadas subidas en los costes de materias primas y auxiliares, energéticos y de transporte, que ya habían denunciado desde ALINAR, y que llevan asumiendo las empresas agroalimentarias desde prácticamente el fin del confinamiento”.

Galilea ha querido poner el foco en la responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Ebro por “una dejadez” en las tareas de limpieza y mantenimiento de los ríos, sumándose a las denuncias de otras asociaciones agrarias. “Nuestros socios y socias nos trasladan esta misma reivindicación que, además, se llevan denunciando desde hace muchos años, sobre la falta de mantenimiento de los cauces de los ríos, y que sin duda consideramos desde ALINAR, es un agravante fundamental en estas riadas que se repiten con demasiada frecuencia”.

El director general de ALINAR apunta a la urgente necesidad de actuaciones por parte de las administraciones públicas en la reparación y refuerzo de los diques de contención que eviten nuevas inundaciones a corto plazo, así como en programas de limpieza selectiva del cauce de ríos como el Ebro. El objetivo, asevera, es prevenir una situación que “tristemente no es nueva, pero que esta vez ha superado con creces todas las expectativas”.

Las consecuencias de estas crecidas, producidas por las precipitaciones persistentes y el aumento de las temperaturas que intensificaron rápidamente el deshielo, ha generado una “devastación que, unida al escenario de subida de costes de producción que llevan arrastrando las empresas agroalimentarias desde prácticamente el primer trimestre de 2021, esbozan un panorama de cara a 2022 que inquieta a la Asociación”.

“Si la situación para muchas de nuestras empresas no era fácil, el escenario que ha dejado ahora la riada es complicado”, concluye.

Los presidentes autonómicos de Navarra, La Rioja y Aragón han presionado para que estas zonas fueran declaradas zonas de emergencia, una reclamación que, como confirmaba el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a las zonas afectadas, se prevé apruebe este viernes el Consejo de Ministros.

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