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Ebro Food Valley: la excelencia agroalimentaria pivota sobre La Rioja

Los fondos europeos en La Rioja tienen cuatro nombres propios: Enorregión, Valle de la Lengua, Ciudad del Envase y el Embalaje y Territorio Digital, pero la excelente ubicación de la región y el emprendimiento de las empresas riojanas va a permitir que no sean éstos los únicos fondos Next Generation que lleguen a la comunidad. Uno de los proyectos externos más atractivos para la zona es, sin duda, el Ebro Food Valley, que tiene como objetivo principal transformar el sector agroalimentario para hacerlo más moderno, digital y competitivo.

Se trata de un proyecto nacional que nace de la zona del valle del Ebro y que cuenta con raíces puramente riojanas, pero con el objetivo de ser un proyecto nacional con base fundamentalmente en los fondos procedentes del programa de recuperación comunitario.

Y es que, a pesar de ser un proyecto interterritorial, en él se encuentran empresas puramente riojanas, como el Grupo Empresarial Palacios, Cidacos, Ramiro Arnedo, Herchamp o la propia Universidad de La Rioja, que destacan entre las más de 50 que ya participan en el proyecto intentando, de esta manera, que el valle del Ebro tenga un clima favorable, además, para atraer a la zona nuevas industrias agroalimentarias y convertir al Ebro en una comarca de referencia agroalimentaria.

Así, Ebro Food Valley plantea un ambicioso plan de acción para consolidar la creación de un modelo de transformación digital y sostenible de la industria alimentaria alineado con el conjunto de políticas europeas, nacionales y regionales, así como con las necesidades del tejido empresarial de la cadena alimentaria y especialmente con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Este modelo está basado en cinco palancas que impactan en toda la cadena de valor del sector: producción primaria sostenible; garantía de suministro de alimentos sanos, seguros, sostenibles y accesibles; modernización y digitalización de la cadena de valor; uso eficiente de recursos y economía circular, y reducción y reutilización de residuos.

“El origen del proyecto está en la inquietud de utilizar de manera inteligente los Fondos Europeos para acelerar la transformación y la competitividad del sector agroalimentario.  Los miembros del Consejo Rector del CNTA, pensamos que somos una buena plataforma para lanzar una iniciativa como esta y que podemos liderar la iniciativa con la estrecha relación de otras empresas socias de CNTA, (más de 300 empresas)”, explica Pedro Dominguez de Grupo Palacios.

Ebro Food Valley cuenta con tres partes diferenciadas: un modelo teórico de transformación del sector con diferentes líneas de trabajo principalmente en sostenibilidad y digitalización; planes individuales y colectivos de empresa para validar, en la práctica, ese modelo teórico y un HUB de innovación liderado por CNTA para trasladar al grueso del sector los aprendizajes obtenidos en los bloques 1 y 2 y para que la transformación no sea estática y puntual, sino dinámica.

El alcance del mismo es cada vez más amplio y está evolucionando hacia Spain Food Valley,ya ahora cuentan con la participación de empresas presentes en casi todas las comunidades autónomas de España.

A día de hoy existe un sector altamente competitivo que responde a las demandas presentes de la alimentación, pero la aprobación de este proyecto permitirá que este sector sea más competitivo, si cabe, dando respuesta a los retos de la alimentación del futuro posibilitando la creación de mayor riqueza y empleo en el territorio.

“Podemos decir, que es un reto y una oportunidad para las empresas agroalimentarias de La Rioja, que somos muchas y algunas de ellas con liderazgos nacionales en sus categorías. Pero realmente es un reto para todo el sector agroalimentario para anticipar inversiones que teníamos previstas realizar dentro de unos años y que si contamos con el apoyo de los fondos de Europa se pueden anticipar”, explica. Y es que cuando las empresas invierten en innovación, competitividad y digitalización, están construyendo un futuro más prometedor. Y en la medida que las empresas riojanas, y nacionales, sean más competitivas, mayor capacidad de  exportación tendrán y de generación de empleo en estas empresas.

Desde el Gobierno de La Rioja miran el proyecto como una oportunidad única para “promover al sector agroalimentario a través de sinergías con otras comunidades”, explica la consejera de Agricultura Eva Hita que no duda en que desde la región se apoyará a las empresas en este impulso para mejorar de forma ostensible su cadena de valor. “Además creemos que es un proyecto muy en la línea de la ciudad del Envase y el Embalaje y que ambos pueden trabajar de forma conjunta ya que la mayoría de las empresas de la agroalimentación pueden caber en los dos proyectos de forma conjunta”, añade.

Mil millones de euros

Bajando a lo más cuantificable, el proyecto está conteplando inversiones superiores a los mil millones de euros en el horizonte 2021-2026 que contempla la normativa de los fondos europeos Next Generation.Hasta la fecha, las inversiones previstas en el plan ascienden a 620 millones de euros. De ese volumen, las contempladas por parte de las empresas se elevan a 531 millones y otros 89 millones corresponden a la inversión para potenciar la innovación y el desarrollo en el hub del CNTA.  Pero la realidad va mucho más allá ya que se estima que por cada euro invertido se generen cinco euros y un fuerte incremento de las ventas.

De hecho, hay empresas que ya están realizando inversiones, por no esperar a la convocatoria. El Gobierno tiene previsto aprobar el PERTE Agroalimentario, antes de finalizar el año 2021. De esta forma la convocatoria saldría a principios del 2022. Dado el carácter incentivador de las ayudas, las primeras inversiones se producirán a partir del segundo cuatrimestre de 2022.

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