La Rioja

Más allá de Rincón de Soto: la pera con DOP que triunfa en el mercado

Sixto Cabezón, director general de la Denominación de Origen Protegida Peras de Rincón de Soto

Se cierra una campaña de la pera en La Rioja de éxito, tanto en kilos recogidos como en precios para el agricultor (rondando los 65 y 70 céntimos). Una cosecha “mejor de la esperada”, según los técnicos de la Denominación de Origen Protegida Peras de Rincón de Soto, que, a falta de cerrar las cuentas finales, apunta a unos 25 millones de kilos que se comercializarán bajo esta marca de calidad frente a los 22,5 acumulados en 2020.

Este producto, cuya venta está asegurada, supone una fuente de ingresos que surge y se queda en el propio territorio generando una cadena de valor en cada proceso. Sixto Cabezón es el director general de la Denominación que ya aglutina a 232 productores, 18 empresas entre SAT, cooperativas y almacenistas, y 1.205 hectáreas asociadas (principalmente de pera conferencia) en toda la comunidad y remarca la importancia de “trabajar como sector para crear riqueza”.

“Un buen ejemplo de esta retroalimentación es la SAT Las Tejerías, en Varea. Aquí se realiza todo el desarrollo del producto desde su recolección, confección y venta, prescindiendo de intermediarios y generando valor añadido. Esta sociedad nació de unos agricultores que gestionaban unas diez hectáreas de perales pero decidieron dar el paso y convertirse también en una central comercializadora. Ahora son ya 17 personas trabajando de continuo, más cuatro fijas en el campo y hasta una treintena en época de recolección”, apunta mientras camina entre los frutales que se asientan al otro lado de la Autovía del Camino, entre Recajo y Varea.

“Quien entra en la DOP sabe que es para ganar más dinero, porque pertenecer a ella genera más beneficios, pero también para trabajar más porque cada año hay que asegurar la calidad de un fruto premium. Por ello es importante conocer bien el sector, que tanto agricultores como centrales estén en contacto para escuchar las necesidades de cada uno y que eso ayude a crecer, sobre todo en superficie y promoción”, añade el director general.

En esa labor de publicidad la Denominación actúa como un paraguas para meter a todas las centrales bajo la marca: “Ahí la venta a cambia un poco porque ya no se trata de vender solo mis peras sino que la DOP trabaja para dar a conocer un producto a nivel regional y también nacional que engloba un trabajo conjunto de varios operadores”. Principalmente, los mercados de venta son País Vasco, Madrid y Cataluña, “y sorprendentemente esta última región, que es la mayor productora de peras de conferencia de España”.

Pero el atractivo de esta fruta en el paladar se remonta, al menos, hasta la época de Felipe V, cuando ya hay registros de la gran calidad que tenían las peras de la zona de La Rioja Baja. Aunque la marca de calidad riojana lleva por nombre el municipio de Rincón de Soto, ya que fue ahí donde se impulsó la creación de la Asociación para la Promoción de la Pera de Rincón de Soto en el 2000 atendiendo a la demanda que tenían en zonas como Lérida o Aragón,  la Denominación aglutina ya a 28 municipios distribuidos en las zonas de La Rioja Baja, con Rincón de Soto, Aldeanueva de Ebro, Alfaro y Calahorra; Rioja Media, abarcando cultivos en Logroño, Varea y el valle del Iregua, y Rioja Alta, con Nájera y Hormilla.

“La gran suerte es que aunque son tierras con unas condiciones meteorológicas diferentes, en el sabor de la fruta eso no se aprecia. La pera de aquí tiene una cantidad de azúcares impresionante y es por la zona en la que se encuentra. El truco es que estamos en un clima mediterráneo espectacular para cultivar estas variedades pero llevado al extremo, porque tenemos al lado la sierra que separa una zona de producción de otra con predominancia del bosque atlántico. Esto provoca que de aquí salga una pera mucho más sabrosa que en otras zonas del país. Al igual que ocurre con otros productos de la región”, incide.

“Cuando empezamos con todo el proceso de lanzar la marca de calidad pensábamos hacerlo como una IGP, pero lo que logramos fue una Denominación de Origen porque, según el Ministerio de Agricultura, teníamos posibilidad de ser una DO. Y fuimos a por ella, porque es la Unión Europea quien las concede. Lo bueno de esto -manifiesta Sixto- es que ahora contamos con una identidad reconocida en los 27 países de la UE, además de ser un producto protegido por los convenios con terceros países”. Fue a partir de septiembre de 2002 cuando comenzaron a comercializar bajo la marca, aunque hasta abril de 2004 no fue definitivamente considerada como Denominación de Origen Protegida por la Unión Europea.

Desde entonces, el número de agricultores vinculados apenas ha variado, pasando de 210 a los 232 actuales, pero la superficie cultivada sí ha despegado. “Empezamos con 246 hectáreas y casi hemos quintuplicado la cifra. Cada vez las centrales necesitan más agricultores, pero sobre todo mayor superficie para satisfacer la demanda, así que nuestra intención es seguir creciendo y lanzar una campaña de captación de socios en los próximos meses. En los últimos años, sobre todo, sí hemos experimentado un impulso importante tanto en producción como en ventas, con aumentos de cifras de prácticamente dos dígitos. Por ejemplo, en 2011 vendimos siete millones de kilos y en 2020 hemos vendido 15. Y a la par, los precios también han mejorado tanto en venta como en campo, a pesar de los vaivenes de los mercados”, indica.

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