San Mateo

Urdiales: “Voy a Logroño con responsabilidad añadida porque es mi tierra”

Diego Urdiales analiza con Javier Cámara su buen momento: “Voy a Logroño con responsabilidad añadida porque es mi tierra”

FOTOS: DBC

Se torea como se es y se habla de toros y también de la vida como se torea. Las palabras de Urdiales fluyen con la misma calma con la que es capaz de templar a sus toros y persiguen y alcanzan la misma profundidad que su toreo. Diego Urdiales es la pureza y todo lo que le rodea se impregna de esa magnificencia que solo brota de un artista consumado como él.

El torero acaba de dar por concluido su entrenamiento en el Arnedo Arena. Está tranquilo, pero preocupado a la vez por acabar con el presto que apelmazan las muletas nuevas que se ha hecho para los próximos días. ‘No hay ninguna igual’, lamenta. ‘Es increíble, noto si una es un poquito más grande que la otra, o si el hilo está más apretado en una que en otra’…

El ’making off’ de esta entrevista se reduce a los veinte pasos que separan la plaza de toros del complejo deportivo ‘Fuentelavero’. ‘Diego, pega un petardo estos días que ya no tengo palabras para intentar describir lo que le haces a los toros sin repetirme’; el torero ríe, contesta con un ‘haré lo que pueda’ y saca unos cafés de máquina. A partir de ahí, la seriedad se apodera del encuentro entre torero y aficionado. Todo lo que dice lo dice de verdad y con verdad. La charla se salpica de contados chascarrillos, como las trincherilliras que intercala en sus faenas.

– ¿Cómo se afronta una semana como la que le espera?

– Es una semana dura, muy dura. Porque en cinco días tener cuatro tardes tan fuertes, como son Logroño, adonde además voy con una responsabilidad añadida porque es mi tierra, y luego Sevilla y Madrid… ¡uf! Se afronta intentando buscar la paz interior, y eso a veces cuesta.

Después de una temporada tan importante, uno lleva una seguridad que ayuda mucho, pero sí que soy consciente de que tener suerte ahora hace redondear una temporada histórica. Son compromisos que me preocupan a la vez que me estimulan y me enorgullecen y hacen que se mezclen tantos sentimientos y confluyan todos ellos en una pelea interior y es cuando uno tiene que ser capaz de poner el cuerpo y el alma a punto. No es fácil.

– Las citas que tiene en el horizonte más cercano, ¿le obligan a prepararse de forma especial?

– Entreno todos los días, pero siempre disminuyendo la intensidad del entreno a medida que se acercan las tardes en las que toreo. Entrenar al final te termina agarrotando y hace perder sensibilidad, por eso las vísperas de una tarde de toros el entrenamiento es más relajado. En el entrenamiento físico intento potenciar la coordinación. Evito correr porque agrava los problemas de espalda que arrastro y porque correr hace que te pongas duro y eso no es bueno para un torero.

Dormiré el domingo en Logroño. Cuando toreo en ‘La Ribera’ siempre he dormido en casa de mi amigo Sergio, pero desde que ha sido papá voy al hotel. Intento estar tranquilo, procuro leer y veo noticias en televisión, que, aunque no haga caso, me distrae. Desde la víspera de un compromiso me gusta la soledad porque cualquier leve crispación a mí me parece una barbaridad. Y así, estando solo, riño conmigo mismo.

– Diego ha sido un torero que siempre ha afrontado cada tarde como un compromiso para reivindicarse, ¿sigue siendo así?

– Y seguirá siendo así. El compromiso es conmigo mismo, con nadie más. Cada tarde siento un compromiso enorme con el toreo y con la gente que paga una entrada, que hace un esfuerzo muy grande. Por eso siempre quiero dar lo máximo de mí y para eso solo tengo que preocuparme de mí. No me puedo preocupar de si triunfo aquí qué puede pasar, no. Solo me preocupo de mí, que es una lucha muy complicada, porque se vienen los miedos, el qué pasará, cómo voy a resolver los problemas que me ofrezcan los toros y las circunstancias, por ejemplo, el viento, que es algo que me trae muy malos ratos.

– Este año ha debutado en Burgos y Gijón tras 22 años de alternativa. ¿Cada plaza tiene una llave o hay llaves que abren muchas plazas?

– No lo sé, no le tengo cogido el pulso a eso porque temporadas que no pensaba estar en un sitio he estado y otras en las que pensaba estar en tal sitio no he estado. Hace tiempo que procuro centrarme en lo que hay, sea lo que sea. También es cierto que lo que hago lo hago mucho más a mi gusto por las circunstancias y la situación que atravieso en la actualidad. Pero de verdad que solo me preocupo en lo que se hace y no en lo que a lo mejor se hace.

– Comenzó su temporada en Ubrique tras 535 días parado. ¿Pensaba hace un año verse donde está hoy?

– Era imposible verse aquí, primero por las circunstancias de una pandemia que nos pilló fuera de juego y que nos hizo vivir miedo, ansiedad, etc. A mí me afectó sobre todo la cuarta ola, porque ya se empezaba a ver el fin de esta pesadilla y, de pronto, se empezó a desmoronar todo otra vez. Las primeras olas no me afectaron tanto porque estaba en casa, que me gusta, y disfrutaba de mi mujer y mi hija y trataba de quedarme con lo positivo de la situación. Entrenaba todos los días; hacía ejercicios, bicicleta, cogía el capote y la muleta, me vestía de torero en mi casa y luego ya empecé a ir al campo. Lo viví como un invierno muy largo y como me gusta el invierno…

Empezó la temporada sin saber qué iba a pasar por lo que era imposible pensar llegar a donde estoy a día de hoy. Se empezaron a suspender ferias… pero bueno, tenía muy buenas sensaciones desde el principio de la temporada y llegó Vistalegre, que no deja de ser Madrid, y era un reto muy fuerte, más aún cuando ocho días antes un toro me rompió la tibia. Aquella de Vistalegre tarde fue muy importante y me sirvió para reafirmarme en mi momento.

 

– Sin duda está siendo su mejor temporada y Urdiales es un artista diferente al torero de hace unos años. ¿Qué ha evolucionado, su concepto o su manera de ejecutarlo?

– Llevo varios años en una evolución constante y siempre he dicho que mi objetivo es evolucionar en mi forma de torear, pero no en el concepto porque eso es algo que no evoluciona, es algo que se siente y que sale de dentro. La forma de interpretar el toreo, sí, porque siempre hay que mejorar cosas, hay que buscar que tu lance se adapte a diferentes tipos de embestidas. Siempre he estado en esa búsqueda y creo que este año he dado otra vuelta de tuerca en ese sentido.

– ¿Cómo se consigue esa evolución? ¿Es usted de los que se ve muchas veces en vídeo?

– Me veo en videos, sí, pero siempre lo dejo para el invierno. Durante la temporada procuro no ver demasiado. Creo que durante la temporada hay que dejarse llevar por lo que está hecho, por lo que uno siente. Hay veces que encuentras cosas durante la temporada, pero porque surge de forma natural o porque el propio toro te lo da. Pero para trabajar en esa evolución está el invierno y es entonces, cuando en soledad, trato de que mi forma de interpretar el toreo que siento evolucione.

Fíjate que me envían videos durante la temporada y no los quiero ver y si lo hago los miro de reojo, porque veo cosas que no ve casi nadie. Nadie se conoce mejor que uno mismo y por eso yo sé dónde puedo hacer hincapié para cambiar y mejorar una cosa u otra, pero en invierno, con calma, porque intentar cualquier cambio durante la temporada, con toda la presión que el torero soporta, hace que al final te termines obsesionando con eso que quieres conseguir y llegues a crear dudas.

 

– Una gran parte de la afición se ha vuelto a ilusionar gracias a toreros como usted, Aguado o Juan Ortega. ¿Los ve como competencia o cree que al tener un concepto parecido al suyo le han ayudado a que el público entienda más y mejor lo que le hace a los toros?

– Yo llevo varios años haciendo mi toreo y sí que algunas veces han pasado desapercibidas cosas que yo consideraba que no debían pasarse por alto. ¿Por qué no se les prestaba la atención que merecían? No lo sé. Quizás intereses, falta de conocimientos de quien lo ve… pero sí que ahora hay una corriente diferente que ha hecho que esté metido en ese grupo de toreros cuando yo he estado antes que el grupo.

– Vistalegre, Calatayud y Colmenar han sido testigos de un toreo de capa sin precedentes. Saludos de diez, once y doce verónicas. Parar un toro de esa manera, buscando la boca de riego para rematar…

– Y el de Morón, no te olvides de aquel día (ríe). Creo que he tenido un punto más de suerte y me han ayudado más los toros de salida. Llevaba varios años muy bien con el capote. Antes de la pandemia cuajé en Santander un toro con el capote como nunca había logrado, pero creo que también las circunstancias de que se hayan televisado estas tardes que dices, que hayan sido más seguidas, han hecho que se hable más de mi toreo de capa. Pero que toree hoy mejor con el capote también es parte de esa búsqueda que te decía.

– Hay todos que no se adaptan a su toreo, pero usted sigue siendo fiel a su concepto por encima de todo.

– Cuando uno siente lo que hace difícilmente puedes estar bien todos los días. Puedo vivir ahora un momento bueno y tener más regularidad. Pero cuando uno siente lo que hace es entonces cuando todo fluye de forma especial. Cuando no fluye, como soy sincero y transparente, tampoco tengo por qué taparme de nada porque estoy transmitiendo lo que siento de verdad.

 

– El Víctor, Pirri, Tirado, Bernal, Burgos… Es raro el día que no destaca uno, dos o tres, si no todos los componentes de su cuadrilla.

– Estoy muy contento con todos ellos y una cosa muy importante para mí es que son amigos. Para mí es muy importante tener al lado compañeros de plena confianza humana, además de profesional. Somos una familia y estamos muy a gusto todos.

– Este año le están sirviendo casi todos los toros. ¿Es casualidad, suerte o parte de su buen momento y su forma de plantear las faenas?

– La gente me ve de otra manera. Y también esa evolución de la que te hablo está yendo a mejor. Es verdad que hace falta suerte. Hay toros complicados, muy difíciles, pero tienen algo dentro. Hay otros que son imposibles, a los que ni en el mejor momento de tu carrera se puede hacer nada con ellos. Depende del momento en el que estés; ves las cosas más claras o no, pero hace falta de suerte.

Quizás el hecho de que este año me estén sirviendo más toros sea consecuencia de que estoy matando ganaderías mejores. En Logroño mi regularidad es mayor porque he matado ganaderías mejores durante muchos años.

– Gijón prohibe los toros porque se lidia a un ‘Feminista’ y a dos ‘Nigerianos’. Usted el sábado se enfrentó en Salamanca a un ‘Cubano’ y no ha pasado nada.

– Lo de la alcaldesa de Gijón es de risa. No tiene nombre. No entiendo cómo alguien así, tan mediocre, pueda estar en un cargo tan importante.

– ¿Cómo valora la suspensión del ‘Zapato de Oro’ este año en Arnedo?

– Creo y espero que se retome al año siguiente. Puedo entender que se suspenda por el motivo que sea, pero no se entiende que se haya celebrado una novillada ahora y dentro de unos días, que todo estará mejor en cuanto a la pandemia y no se pueda celebrar. Es un sinsentido.

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