Toros

‘¡A los toros!’

FOTO: Eduardo del Campo.

Cuando a las 18 horas de este domingo las notas de los clarines y timbales rompan el viento, no solo dará comienzo la feria taurina de San Mateo 2021; que haya toros en Logroño es un paso más hacia la tan deseada normalidad.

Porque no hay fiestas sin toros ni fiestas sin alegría. De esto último se deduce que la tauromaquia es, pues, la representación de la alegría y, aunque hayamos pasado los meses más tristes de nuestras vidas, que haya toros, nos guste o no, viene a anunciar el final de un tiempo demasiado oscuro. Así que… ¡a los toros!

Vaya por delante mi agradecimiento sincero a la empresa BMF, organizadora de nuestra feria. No olvidemos que las plazas de Bilbao y San Sebastián, bajo el mando de la citada empresa, no han abierto sus puertas esta temporada y Logroño podía haber corrido la misma suerte. Ahora bien, como lo cortés no quita lo valiente, no podremos pasar por alto que el nivel de los espectáculos anunciados sea cualquiera. Al margen de la calidad de las cuatro combinaciones que se anuncian y que os aseguro que son buenas, el único termómetro que mide la categoría de un espectáculo taurino es la presentación de los toros. Y a eso es, así de primeras, donde los aficionados hemos de prestar toda nuestra atención.

Sin apenas toros en Madrid, canceladas las ferias de Pamplona, Bilbao o Valencia, no descubro nada del otro mundo si os digo que en los cercados de las fincas de bravo tiene que haber muchos, pero muchos, toros imponentes. No digo con ello que estos días deba saltar el toro de Pamplona al ruedo de ‘La Ribera’, pero sí un toro serio, con su remate, su cuajo y su cara. No hace mucho tiempo esto era así, ¿eh? No menos importante que la correcta presentación del toro será mantener las dos entradas al caballo de picar. Es solo ahí, bajo el peto, donde el toro puede demostrar que es capaz de crecerse ante el castigo y, en consecuencia, certificar su bravura.

Pablo Hermoso de Mendoza será el encargado de abrir la feria. El estellés, que sumará el domingo su vigesimoséptimo paseíllo en ‘La Ribera’, está toreando notablemente menos que temporadas anteriores y tampoco ha conseguido triunfar con rotundidad en ninguno de la docena de paseíllos que ha hecho esta temporada. Por el contrario, su hijo Guillermo sí que ha logrado triunfos notabilísimos, como los de Vistalegre, Granada o Palencia, y su evolución es francamente positiva. Completa el cartel el riojano Sergio Domínguez, apartado durante un tiempo de la profesión, hasta este mes de septiembre, cuando días atrás paseó tres orejas en Torrenueva (Ciudad Real).

Recomiendo por encima del resto el cartel del lunes. Si bien la temporada de Antonio Ferrera está salpicada por unas de cal y otras de arena, el binomio ‘Zalduendo’ – Urdiales puede deparar excelsas cotas artísticas. Pese al sambenito de podredumbre que una parte de la afición le colocó al hierro de la zeta, los productos del recordado Fernando Domecq aúnan clase, calidad, ritmo y nobleza junto a la fuerza suficiente para aguantar una lidia. Por su parte, Urdiales atraviesa el mejor momento de su carrera, lo que le hace ser hoy el torero más completo del escalafón. El de Arnedo no le hace nada mal al toro bueno y le hace todo bien al toro menos bueno, de ahí que su toreo aúne el gusto y el poder necesario para brillar e imponerse a todos sus enemigos.

Aguado y Urdiales, a hombros en la feria matea de 2019. | FOTO: Eduardo del Campo.

La verticalidad, la naturalidad y el buen gusto que desprende el concepto de Urdiales chocará el martes con la manera de entender el toreo de Emilio de Justo y Roca Rey, mucho más bulliciosa y efectista. Se anuncian para ese día los toros de Núñez del Cuvillo, hierro habitual en la práctica totalidad de las ferias, predilecto de las figuras y un tanto denostado por el aficionado. Por supuesto que lidia toros muy completos, pero si valoramos en conjunto el juego de sus productos llegamos a la conclusión de que esta divisa atraviesa un bache en lo que a la casta se refiere.

Manzanares, en la feria de San Mateo de 2018 | FOTO: Eduardo del Campo

Cierra el serial otro hierro cotidiano, el de ‘Garcigrande’, capaz de lo mejor y lo peor. El binomio que forman Justo Hernández, ganadero, y ‘El Juli’ ha dejado tardes para el recuerdo y otras para el olvido. Lo malo es que una de estas tardes aciagas la protagonizaron hace escasas dos semanas en Palencia… Quizás se hayan guardado lo mejor para Logroño. Completan el cartel José María Manzanares, un superclase que, tras superar problemas físicos arrastrados durante los últimos años, está ofreciendo tardes de muy buen toreo, y Pablo Aguado, aquel chavalito de Sevilla que un día puso La Maestranza boca abajo, pero que esta temporada, salvo momentos puntuales, ha ofrecido una imagen un tanto desdibujada del torero de época que se vislumbraba en él.

Como ven, hay de todo y puede que hasta haya más bueno que malo. No lo duden, ¡vayan este San Mateo a los toros!

¡A los toros!

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