La Rioja

Las vacunas de los más jóvenes: “Hay que hacerlo por el bien común”

Nervios y sosiego en un Riojafórum que estos días alberga un ambiente más juvenil

Beatriz junto a sus hijos Álvaro y Fernando, tras recibir la primera dosis

Otra jornada más de vacunación en el edificio Riojaforum de Logroño, donde miles de personas ya han recibido tanto su primera dosis como la pauta completa. Este lunes el Servicio Riojano de Salud daba un paso más ampliando el servicio de autocita para los menores de 12 años en adelante, la última franja de edad de la población vacunable.

La Rioja ha alcanzado ya el 73 por ciento de la población inmunizada, número que cada día va en aumento gracias al buen ritmo de inoculación. Unas cifras que también se ven reflejadas en el Palacio de Congresos, donde las colas cada vez son menores ante el incremento de la lista de personas que ya cuentan con la pauta completa.

En el interior, el número de personas en la sala de espera también es menor, al igual que el rango de edad, ya que cada vez hay personas más jóvenes esperando su primer pinchazo. Álvaro es uno de estos menores que ha visitado este miércoles el Riojafórum. A sus 12 años, lo ha hecho en compañía de su madre Beatriz, de 47 años, y ambos han recibido su primera dosis “sin ninguna molestia”.

Como otras muchas personas, solo les ha hecho falta un pinchazo para alcanzar la inmunidad puesto que pasaron el COVID unos meses atrás. Su otro hijo, Fernando, recibirá su primera dosis mañana. “Una y ya está, estamos felices y contentos de habernos vacunado”, comentan. Tranquilidad, sosiego e ilusión por sumarse a la lista de los inmunizados riojanos y estar más cerca de alcanzar la ansiada normalidad.

Ismael y su madre Yolanda, en la sala de espera del Riojafórum.

Unas sillas más allá Ismael, de 13 años, se sujeta el brazo después de haber recibido su primera dosis. A su lado se halla su madre Yolanda, que ya había recibido ambas dosis en enero porque trabaja en una residencia de mayores. “Estaba un poco nervioso antes de entrar y solo me ha dolido un poco cuando ha sacado la aguja, pero ahora estoy bien”, apunta Ismael.

El joven se muestra “muy concienciado” con la necesidad de vacunarse después de ver lo mal que lo pasó su madre en su trabajo. “En cuanto abrieron la autocita para su edad, ni me lo pensé. Él quería vacunarse desde un primer momento”, añade Yolanda.

Durante estos días la sala del Riojafórum donde aguardan durante unos diez minutos los inoculados muestra un aspecto más juvenil de lo normal. Los hermanos Leire (19 años) y Adrián (17 años) también han recibido sus primera dosis, como muchos otros jóvenes de su edad. “Yo sí que estaba bastante más nerviosa que mi hermano, pero me ha dolido mucho menos que otras vacunas que he recibido”, dice Leire. Reconocen que ninguno de los dos estaba “deseoso” de que les vacunasen, pero sabían que debían hacerlo “por el bien común”.

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