Cuando tienes siete vidas te preocupas algo menos de adoptar ciertas actividades de riesgo. Eso explicaría la presencia de un gato arrepentido sobre un poste eléctrico de unos seis metros de altura en Zarratón.
Lo que no esperaba el minino es que allá en las alturas fuera víctima de un ataque de vértigo al preguntarse “¿y ahora cómo salgo de aquí?”. Para devolver sus patitas al suelo ha sido necesaria la intervención de los Bomberos del Parque del CEIS en Haro, que no han dudado en acudir a una de las actuaciones más clásicas del gremio: el rescate de un gato en las alturas.
La tecnología de un coche escala ha hecho posible que nadie (humano ni felino) resultase herido en el dispositivo, que deja una importante moraleja: nunca merece la pena jugarse la vida, ni aunque queden otras seis en la recámara.
