Excavaciones naturales de pequeñas dimensiones, con una ventilación vertical y horizontal entre ellas y comunicadas a través de túneles de piedra bajo el Cañón del Río Leza hacen de este enclave un paraíso enoturístico con más de un siglo de historia. El Barrio de Bodegas de Leza del Río Leza, asentado en el paraje Las Eras que aglutina todas las eras del pueblo donde antiguamente se trillaba, sale de las tinieblas cinco años. Un proyecto de rehabilitación que pretende completar la oferta turística que engloba al municipio y su entorno.
Sin ser una villa con tradición vitivinícola, sino más bien minera, resulta curioso como cada vivienda cuenta con su propia bodega subterránea. Pero estos espacios no solo llegaron a ser lugares de elaboración y crianza del vino, sino que también servían para la conservación de alimentos. Prueba de ello es una de las joyas de la corona de las que presume Leza. A 14 metros de profundidad, sobre piedra de sillería redonda, se encuentra una de las neveras más antiguas de La Rioja.
“La restauración de estas bodegas es un aliciente más para demostrar que nuestro pueblo tiene un gran patrimonio natural que ofrecer a quien nos visite. Más allá de la cantera que llama la atención a su paso por la carretera que da entrada al Camero Viejo, Leza es historia, es vino, pero sobre todo es naturaleza en plena Reserva de la Biosfera”, recalca el alcalde del municipio, Juan Carlos Duarte, quien señala que la localidad se encuentra en el límite de la demarcación del Consejo Regulador aunque ya no tenga viñedos.
En concreto, el proyecto se ha centrado en la rehabilitación de siete bodegas, cinco de ellas con los trabajos ya concluidos. “Arrancamos con la iniciativa en 2016 con la intención de ampliar los recursos turísticos del municipio, porque ya estaba en marcha el acondicionamiento del Cañón del Río Leza, pero no fue hasta hace tres años cuando lo pusimos en valor con los ‘apadrinamientos’ de las diferentes bodegas. Esto es una forma de que firmas vinícolas de La Rioja decidan patrocinar este tipo de espacios y devolverles su riqueza”, apunta el primer edil.
Entre ellas, Viña Ijalba, Bodegas Cordón o Marqués de Tomares, que ya se han animado a formar parte de este recuperado Barrio de Bodegas en Leza. Para ello han aportado pequeñas partidas de sus elaboraciones, así como barriles decorativos para personalizar un entorno enoturístico perfecto que ya se puede visitar. No obstante, desde el consistorio se está ultimando la organización del programa de visitas.
Duarte apuesta por crear un complejo turístico completo, que abarque numerosos recursos y muy singulares. “Esta recuperación parcial del Barrio de Bodegas ha sido posible porque se encuentra en un lugar idóneo para su explotación turística. En La Rioja hay muchas bodegas similares para restaurar y cada una puede venir a costar unos 30.000 euros, pero para optar a las ayudas debes ofrecer un proyecto de futuro, que contemple varios focos”, añade el primer edil de Leza, que valora sumar a la lista de bodegas recuperadas alguna más que se encuentra diseminada por el pueblo.
Ya el pasado 12 de julio este espacio abrió sus puertas a visitantes y amantes del vino en un acto de presentación de la Asociación de Sumilleres de La Rioja para presentar el proyecto de rehabilitación llevado a cabo gracias a los fondos LEADER y del Gobierno regional que han propiciado estas actuaciones bajo el amparo también de la Asociación de Sumilleres de La Rioja y la Ruta del Vino de Rioja Oriental, a donde el Ayuntamiento de Leza se ha adherido como socio recientemente.
De manera paralela, el 24 de julio la Ruta del Vino de Rioja Oriental desarrolló en Leza una nueva edición de su evento ‘Arte y Vino’, con una exposición de fotos, la visualización de seis cortos vinculados con el mundo del vino ganadores del I Concurso de Cortometrajes Entreviñas de Aldeanueva de Ebro y una cata a cargo de Bodegas Casa la Rad. “Una forma de dinamizar esta zona y dar un empujón más a que Leza se conozca”, resalta la gerente de la Ruta, Esther Rubio.
