Toros

Urdiales, rotundo, se lleva la tarde del arte

FOTOS: @lancesdefuturo (Twitter)

Imponía el cartel. Como lo hizo el paseíllo que, después de roto, hubo de detenerse para mostrar respeto y honor al himno nacional. A la derecha Urdiales, en el centro Aguado y más allá Morante. El cartel soñado, o uno con los que se fantasea. Todo un examen para el torero de Arnedo. Examen de Arte, se entiende. Y Urdiales no solo aprobó, sacó nota. Nota muy alta. Se licenció en Arte hoy el riojano, si es que aún no lo estaba. Y todo, delante de la cátedra del toreo de pinturero del presente: Morante y Aguado. Toma ya.

Abanto de salida, le costó a Diego fijar las embestidas del que hizo segundo. Derribó en un primer encuentro y Urdiales lo volvió a colocar en suerte con suma facilidad. Se lució Óscar Bernal esta vez con la puya y el de la ‘Ventana del Puerto’ sacó pies en banderillas. Galopó al mismo ritmo que iban apareciendo las buenas expectativas. Urdiales lo vio y brindó al público. Toreo a dos manos por alto en un inicio que ayudó a que el animal se definiera. Mejor por el derecho. Más largo y con mayor profundidad. Hasta se llegó a rebozar por ese pitón en dos de estos lances cautelosos. Pronto y en la mano. La franela en la diestra; no terminó de romper el toro en esa primera serie salpicada con molinete y trincherilla. Torerísimos ambos.

La noble condición de ‘Parasolillo’ empezaba a despuntar. Hubo naturales ahora de gran enjundia, mejor trazo y superior temple. De uno en uno, pero dentro de una serie magistral. Porque Urdiales supo dar un brevísimo tiempo entre muletazo y muletazo. Casi inapreciable. Por lo corto y porque siempre se quedó bien colocado. Ni un paso tuvo que perder. La figura siempre encajada. El mentón hundido y el medio pecho al toro. Colosal el de pecho y otra vez al pitón bueno. Ahora, con el toro rendido, ya mejor. La última tanda en redondo, monumental. Temple, hondura, trazo y mando. ¡Qué lección!

Fueron no más de veinticinco muletazos. Todos con sentido. Cada uno con un porqué. Y la estocada arriba. ‘El que quiera más, que venga mañana’, ya lo dijo Belmonte. Y mañana habrá más, en la francesa Mont de Marsan. Seguro.

La cuadrilla de Urdiales rayó la perfección en el quinto. Soberbio Manuel Burgos a caballo. Majestuoso el temple y la largura del capote de ‘El Víctor’. ‘Pirri’ y Tirado brillaron con los palos y saludaron. Pero ‘Cantillano’ acusó la querencia y apretó hacia los adentros hasta que se vino abajo, que no fue muy tarde. Entendió Urdiales a su enemigo y estuvo muy por encima de él. Colocación, valor, temple y decisión. Gran ovación al que se acababa de licenciar en esto que llaman arte.

‘Morante de la Puebla’ es un torero diferente al de otros años. Opuesto, diría yo. Su sentido de la responsabilidad y su compromiso están marcando esta temporada. ¡A Dios gracias!. La sonrisa ha colonizado su rostro, rezuma torería por doquier y su disposición es muy superior a la de muchos novilleros. Solo así se entiende su labor en el cuarto. Morante se expuso ante un toro con el que no hace mucho no se hubiera dado ninguna coba. Sele agradece y se le reconoce a partes iguales. Quitó por chicuelinas y consiguió tres derechazos propios de cartel. De su extensa faena se salva todo.

Firmes las plantas en su primero, todo lo impregnó de esa torería que siempre va con él. Hasta el molesto cabeceo de ‘Joyito’ por el pitón izquierdo pareció maridar con su tauromaquia de sello ‘gallista’.

Pablo Aguado tiene el temple, las muñecas, la figura, la naturalidad, el gusto, el empaque y la gracia. Pero su toreo bebe de la improvisación. De una improvisación que siempre es fiel al toreo clásico y hoy eso es lo que le ha faltado. Si Pablo Aguado parece mecánico, como ha sucedido hoy, su concepto se enmaraña, se desdibuja y se turba. Es más, llegué a pensar que en su primero le llegó a pesar salir a torear tras la obra de Urdiales.

Se le llegó a pedir un trofeo por detalles en el sexto y porque también pasaban más de dos horas y media del inicio del festejo y más de uno ya no sabía ni qué hacer.

Plaza de toros de Cuatro Caminos de Santander. Segunda corrida de feria.  Lleno sobre el aforo permitido por motivos sanitarios. Toros de Puerto de San Lorenzo (1º y 5º) y La Ventana de El Puerto, de variada presencia, mejor hechos los tres primeros, y de comportamiento dispar. Destacó la clase del segundo por encima del resto.

• MORANTE DE LA PUEBLA, ovación tras tímida petición y ovación tras aviso.
• DIEGO URDIALES, oreja y ovación tras aviso.
• PABLO AGUADO, silencio tras aviso y ovación tras petición.

Saludaron ‘Pirri’ y Juan Carlos Tirado en el quinto e Iván García en el sexto.

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