El Rioja

Más miedo al oídio que al mildiu: “Está apareciendo con fuerza en casi toda la Denominación”

Los escenarios de tormentas que protagonizaron el mes de junio en los viñedos de Rioja han puesto en alerta al sector vitivinícola ante el riesgo fúngico, aunque nada comparado con lo vivido durante la campaña de 2020. Los tractores con los carros atomizadores, nebulizadores o espolvoreadores se han echado al campo con todas sus armas para proteger la cosecha de este año.

Aunque todavía no se han apreciado grandes focos de mildiu tras las lluvias, un vistazo por el viñedo riojano le ha permitido a Gonzalo Villalba confirmar que “ya están apareciendo síntomas fúngicos en aquellas fincas donde no se trató correctamente, tanto signos en las hojas como mildiu larvado, pero no se puede afirmar que sea un problema generalizado”. El ingeniero agrónomo y CEO de la empresa Agrovidar habla, al menos, de su zona de influencia: Cordovín, Alcanadre, Laguardia, Labastida, Baños de Ebro y Villabuena de Álava.

“Está claro que el viticultor ha controlado bastante bien el campo en materia de mildiu porque había mucho miedo después del daño que dejó la campaña anterior, por lo que se ha tratado mucho de forma preventiva. Apenas se han localizado focos aislados correspondientes a los primeros periodos de lluvias pero que nada tienen que ver con la incidencia durante 2020. Además, salvo que la viña haya sufrido una fuerte granizada, hay bastante uva en el campo, por lo que no hay mucho riesgo de que las tormentas de junio influyan en la producción de este año”, apunta el técnico.

Es evidente que el mayor peligro se halla en los municipios que se llevaron el gordo de las lluvias, como Fuenmayor, Navarrete o Cenicero: “En muchos cultivos no se ha podido entrar hasta pasados varios días después porque las viñas estaban totalmente anegadas. Tras las tormentas, hay pocos días de actuación y si no se ha tratado con productos sistémicos, el problema va a ser evidente porque este agua ha llegado en un momento delicado como es la floración”.

Gonzalo Villalba, ingeniero agrónomo y CEO de Agrovidar.

Pero el peligro está ahora en el oídio. Entre San Juan y Santiago el viñedo afronta el periodo más crítico para la proliferación de esta enfermedad endémica en el viñedo. “Nos enfrentamos a un riesgo notable de infección de oídio. Ya están apareciendo focos importantes con fuerza y también muy extendidos por casi toda la DOCa Rioja, así que los viticultores no se pueden descuidar”, señala Villalba.

La previsión de temperaturas suaves durante estos días es perfecta para el desarrollo del hongo, así como del escenario de humedad que permanece en el ambiente, porque las altas precipitaciones no son las grandes aliadas del oídio, más dañino que el mildiu, que es más puntual. “Además, el hecho de que el invierno y parte de la primavera hayan sido periodos más bien secos ha provocado que el mildiu no estuviera preparado para infectar porque la maduración de las esporas era igual a la del año pasado”, apunta el CEO de Agrovidar.

En cuanto a tratamientos se refiere, “para el oídio siempre se han de aplicar unos productos preventivos porque una vez se da su primera aparición es muy complicado sacarlo de la planta, a diferencia del mildiu, para el cual se tiene más capacidad de reacción porque se hace una detección inicial de las primeras manchas”.

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