El Rioja

La venta de graneles de 2020 en Rioja llegó a bajar hasta 12 euros la cántara

A escasos meses de comenzar a ver tractores y remolques esperando su turno en las cooperativas riojanas, la lectura que se hace desde dentro de sus depósitos de stock es positiva. Apenas queda vino joven a granel de la última vendimia por vender: en mayo los datos apuntaban a un cinco por ciento aproximadamente de lo elaborado en 2020; “al cierre de junio estará todo o casi todo vendido”.

En un ejercicio de sondeo, el gerente de la Federación de Cooperativas Agrarias de La Rioja (FECOAR), Julián García, recuerda que el pico más crítico de reservas del vino joven a granel en el mercado libre se alcanzó a mediados de diciembre, con un 20 por ciento del total elaborado por las cooperativas, teniendo en cuenta el vino amparado y excesos. En esas fechas todavía había quienes no habían dado salida a un solo litro de vino y otras que avanzaban lentamente, pero a partir de enero la incertidumbre del sector comenzó a ascender hacia la superficie en busca de luz.

Esta situación ha dañado principalmente a aquellas agrupaciones que trabajan sin contratos a largo plazo con bodegas, “las que menos en la Federación”, y que por tanto nadan entre las fluctuaciones del mercado de venta libre de graneles, uno “volátil, difícil de consolidarse y con mucha especulación”. Durante las peores semanas se alcanzaron unos precios de venta de hasta solo 12 euros la cántara (equivalente a 16 litros), una cifra muy alejada de los 24 y 30 euros que suele rondar en un año habitual.

“Las medias de operaciones de graneles de enero hasta ahora han oscilado entre los 12 y los 18 euros/cantara, siendo las ultimas operaciones en su globalidad mejores que las de principios de año. Por ello, la conclusión final es que, aunque las primeras previsiones fueran pesimistas, la cosa ha mejorado influyendo en gran parte la predominancia de contratos a largo plazo y la mejoría del mercado, que es cada vez mas creciente, sobre todo a partir de este segundo semestre de 2021”, apunta el gerente de FECOAR.

García reconoce que la respuesta de las cooperativas riojanas para soportar las situaciones de crisis y el tipo de contratos establecidos (si los tienen) es muy diferente: “Hay algunas que diversifican mucho y hacen un tercio para granel, otro tercio de venta de uva y el tercio restante para vino embotellado, mientras que otras venden todo a granel. Tampoco es lo mismo una que vende todo a granel pero con un cliente a largo plazo que otra que tiene que buscarse la vida desde cero”.

El representante de la Federación asegura que durante el pasado año no se han roto muchos contratos como tal. “Lo que sí se ha dado es una situación de renegociación de los contratos con las bodegas de cara a la renovación de los acuerdos, es decir, a cambio de alargar ese compromiso que a la cooperativa le asegura la retirada del vino, la horquilla de precios se puede reducir un poco”.

Ahora están entrando en juego las liquidaciones “pandémicas”, ya que las cooperativas suelen liquidar a sus socios a año vencido: “¿Se va a liquidar por debajo de coste? En principio, no, o al menos no en su mayoría. Ya se aprecia cierta bajada de los precios respecto a años anteriores, pero se espera que la recuperación comience el año que viene porque ya se ha visto que tras este duro año con caídas en la facturación las cuentas están saliendo. Ya hemos tocado fondo, ahora solo queda avanzar hacia arriba”. García puntualiza, además, que la ratio de los precios está descompensada debido, principalmente, al vino almacenado en proceso de crianza en las bodegas privadas.

“Buenas sensaciones”

A nivel de volumen, al menos, la perspectiva es buena. “Tanto que la mayoría de cooperativas pedían que los rendimientos de este año fueran lo más altos posibles porque tienen buenas sensaciones de recuperación de cara al próximo año. El mercado va a demandar vino joven y tenemos que estar ahí para que Rioja no pierda su cuota de mercado y que luego cueste más posicionarse cuando se recupere la situación”, señala el representante de estas sociedades.

Buena cuenta da de ello la Cooperativa Viñedos de Aldeanueva. La mayor propietaria de viñedo de toda la DOCa Rioja no ha tenido problema alguno para colocar el stock del año pasado en el mercado (entre un 10 y un 15 por ciento del total) gracias al crecimiento de la demanda que se está experimentando desde abril y a que la cooperativa ha incrementado los vinos destinados a crianza.

“Estamos bastante equilibrados, no tenemos nada de stock que nos pese y a lo que queda por sacar le iremos dando salida a lo largo de este año y el que viene. Nuestra bodega funciona con contratos a largo plazo para la venta de uva, que supone en torno al 20 por ciento de la producción (el resto es embotellado), por lo que no hemos sufrido la caída de precios ligada a la baja demanda. Además, hemos podido capear bastante bien la situación porque funcionamos a un 50-50 entre los canales de restauración y alimentación”, señala el gerente de Viñedos de Aldeanueva, Abel Torres.

Y va más allá: “Soy bastante optimista y creo que nuestra cooperativa está recuperándose más rápido que el conjunto de Rioja. Aún así, la Denominación creo que va a cerrar con un crecimiento alrededor del diez por ciento, un poquito más de lo que prevé el Consejo Regulador (en torno a un 7,5). Ahora lo que toca es ser agresivos a nivel comercial para que otras Denominaciones no nos quiten el sitio. Hay codazos en esta carrera y Rioja debe recuperar la cuota de líder que ha tenido, sobre todo en España, y no perder la buena posición en exportación”.

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