Un vecino de las ‘casas baratas’ nos hace llegar estas imágenes del anfiteatro de la Plaza Joaquín Elizalde, junto al CARPA, y sus reflexiones al respecto. “Cada vez que veo este monumento -dice el amable lector- se me llena la boca de oxímoron: la soledad sonora, la música callada… Es una lástima que desde su inauguración, allá por tiempos de la concejal Pilar Salarrullana, apenas se le haya dado uso a este espacio, habitado habitualmente por cuadrillas de adolescentes pelando la pava y, en ocasiones, pintarrajeando sus muros. Visto lo visto, cabe felicitarse de que hayan respetado las estatuas”.
Reconoce este ciudadano que, “aunque no sea un lugar destinado a albergar un concierto de los Rolling Stones, sí se le podría y debería sacar más partido”. Y sugiere que puede ser un lugar idóneo para que “muestren al publico sus habilidades los alumnos del último curso de Conservatorio”. Ahí queda la idea.
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