La Rioja

Santo Domingo recupera el pulso tras una tormenta de granizo histórica

Santo Domingo recupera el pulso tras una tormenta de granizo histórica

Después de la tempestad siempre llega la calma. O eso, al menos, asegura el refrán. Porque lo cierto es que la mañana de este jueves en Santo Domingo de la Calzada no puede calificarse de calmada, sino de lento pero constante esfuerzo para lograr que la ciudad recuperase su pulso tras una tormenta de granizo histórica.

“La que cayó ayer yo no la recuerdo y mucha gente calceatense tampoco”. Lo verbaliza David Mena, el alcalde de la localidad, quien explica que la caída de la piedra “fue espectacular, con una fuerza inusitada, aunque afortunadamente no durante mucho tiempo”. El suficiente para convertir un municipio tranquilo en “la Venecia española”, como bromeaban hoy algunos vecinos.

Calles embalsadas por ríos de agua y hielo, sumideros colapsados por el arrastre de hojas al alcantarillado y 64 tulipas de farolas agujereadas como si se hubieran realizado prácticas de tiro en ellas es el saldo material del paso del frente. Lo que no se puede cuantificar es el “sobresalto importante” y la “mucha tensión, que luego dio paso a la preocupación” que vivieron tanto el alcalde como el resto de vecinos.

Bajo una intensa lluvia, Mena valora el día después de la tormenta que “la ciudad, dentro de la gravedad, no ha sufrido tantos daños como se podían prever”. Otro gallo canta (y no en la catedral) en las fincas que circundan la localidad. “Va a haber daños muy cuantiosos por las dimensiones del granizo”, que alcanzó los cuatro centímetros de diámetro y no dejó un palmo de terreno sin cubrir de blanco en apenas unos minutos

Un recorrido por los cultivos confirma el temor del alcalde calceatense. A apenas 200 metros de las murallas de la ciudad, un campo de guisantes muestra las cicatrices de la pedrada. Las vainas dejan a las claras que el cielo no mostró clemencia durante la descarga y solo el avanzado estado de la cosecha, próxima a su recolección, alivia el miedo a un año perdido

Peores augurios dejan los cultivos a las afueras de Santo Domingo, en dirección a Ezcaray. Una finca de alubias se muestra completamente chafada por las precipitaciones y muchos de sus frutos están partidos por la mitad a consecuencia de la puntería del hielo. Más de un millar de hectáreas de nuevas plantaciones convertían a la localidad en un punto de referencia de estos cultivos en La Rioja y en apenas una hora esa superficie amenaza con no dar más frutos que el lamento por el trabajo echado por tierra.

Pese a todo, es la colza el mayor motivo de preocupación por la granizada de este miércoles. La apuesta por estos cultivos ha sido notable en los últimos años en buena parte de La Rioja Alta y la piedra ha devastado buena parte de la cosecha, quebrando ramas y dejando vainas totalmente desnudas de las que nada de aceite se podrá extraer.

Así las cosas, desde el Ayuntamiento abogan por ir paso a paso antes de reclamar ayudas que palien los daños sufridos en el casco urbano y en los terrenos agrícolas: “Primero vamos a hacer un balance serio de lo ocurrido y después seguiremos avanzando pasos para valorar si solicitamos la declaración de zona catastrófica, pero sabiendo exactamente lo que necesitamos”, explica David Mena. “Fue un susto grande para todos, pero por fortuna no hubo que lamentar daños personales”, celebra, asegurando que “poco a poco tratamos de volver a la normalidad” tras una tempestad sin precedentes en el municipio.

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