El granizo caído durante la tarde de este miércoles se ha cebado, sobre todo, con Santo Domingo de la Calzada. “Estamos de agua hasta el cuello. Y la piedra que ha caído en diez minutos ha sido increíble”, señala Raúl Riaño, teniente alcalde de la localidad riojana.
Tras la tormenta llega la calma, dicen, pero a estas horas de la tarde “no dejamos de mirar al cielo porque hay una tormenta eléctrica brutal y no sabemos si va a volver a descargar”.
En estos momentos el Consistorio está esperando una primera valoración de daños por parte de los técnicos, pero “hay varias calles cortadas, como la calle Calvario o la carretera de Gallinero, que son auténticas balsas y se han inundado numerosos comercios, la cocina de un bar y muchos garajes se han visto afectados, así como numerosas farolas rotas”. Una vez peritados los daños, la corporación municipal decidirá si solicita al Gobierno la declaración de “zona catastrófica”.
El mayor problema, según Riaño, es que el granizo “ha cegado los desagües del pueblo y no han dado abasto. Los sumideros están taponados y no pueden recoger tanta agua”. En relación a los edificios del municipio, el polideportivo “se ha vuelto a inundar, como ya lo hizo con la tormenta del lunes. Además, el albergue de la Cofradía del Santo, la Escuela de Música y el Parador”.
Todavía es pronto para valorar hasta qué punto ha afectado la piedra en el campo, pero “a Hervías y Bañares las ha dejado arrasados, así que supongo que en Santo Domingo habrá pasado igual. Es una pena porque ahora se iba a recoger el guisante, luego la cebada, la colza…”.
