El astro

Lardero, Navarrete, Cenicero y Ollauri “rezan” para que “no se repita”

El día después de la tormenta deja imágenes desoladoras en varias localidades de La Rioja y, sobre todo, muchos trabajos de limpieza y reestructuración de los desperfectos sin quitar el ojo al cielo, que, previsiblemente, esta tarde volverá a descargar su furia.

“En Lardero hemos amanecido muy tristes”. Manuel Vallejo, alcalde de la localidad, repasa los daños teniendo en cuenta que el municipio tiene su parte agrícola y ha afectado mucho en el campo. “Hay demasiada fruta perjudicada y muchos perales que da pena verlos de las pedradas que han sufrido”.

En el casco urbano, los dos problemas más serios se han localizado en el Centro de Salud y en el colegio, “que se han visto tremendamente afectados”. En el centro educativo se estaba llevando a cabo una reforma para la mejora de las cubiertas. “El agua caló en el momento en el que estaba menos protegida”. En el consultorio, el techo ha sido taladrado por el granizo.

Las previsiones no son muy halagüeñas y la alerta amarilla por tormentas amenaza en la jornada de este martes también. “Viendo los destrozos en cosechas, turismos o domicilios te invade la impotencia y la sensación de no poder defenderte de ninguna de las maneras cuando llegan estas cosas. No puedes ponerle un paraguas a tu pueblo y te ves sobrepasado”.

Vallejo destaca que lo único que pueden hacer desde el ayuntamiento es ayudar en todo lo que puedan y corregir rápidos los desperfectos. Además, el alcalde no deja pasar la ocasión para agradecer a todo el equipo de Gobierno su trabajo en la noche de este lunes, “que fueron de un lado para otro achicando agua. Es el mejor equipo de gobierno que puede tener un Ayuntamiento”.

Navarrete: “Llegamos a tiempo. Podría haber sido peor”

Navarrete ha madrugado para hacer valoración y llevar a cabo diversas inspecciones, sobre todo en las zonas de caminos y el polígono Lentiscares. “Estos lugares se vieron muy afectados y, por suerte, en el colegio llegamos a tiempo. El patio tenía medio metro de agua, pero abrimos las puertas de los patios y pudo salir al exterior sin entrar al edificio”, explica María Luisa Corzana, alcaldesa de la localidad.

El barro se ha acumulado en el pueblo y en las carreteras. “La salida dirección Fuenmayor y dirección Entrena tuvieron muchos problemas, pero este martes ya se ha reestablecido el tráfico sin problemas”. Además, en las piscinas entró mucha agua en la zona de la depuradora, algo que con el tiempo se solucionará. “Y es que las tormentas son así, que no sabes ni cuándo ni cómo van a afectar”.

Durante la jornada de este martes los servicios de limpieza se afanan en sanear las calles de Navarrete. “unque esta tarde vuelva a caer, hay que desatascar muchas tuberías y alcantarillas”.

Cenicero: “El pueblo era un mar”

Marcos Jiménez, alcalde de Cenicero, señala que en cuanto terminó de llover la pasada noche salió junto con los encargados del ayuntamiento para dar una vuelta por el entorno del pueblo a ver qué desperfectos había. El lugar donde más destrozos ha provocado la tormenta ha sido el propio casco urbano. “Recogía prácticamente el 90 por ciento del agua caída. Eso parecía un mar que ha deshecho todo”.

Durante la mañana de este martes, una excavadora ha estado trabajando intensamente en la zona del paseo del Ebro. “Inundado y lleno de barro y piedras”. Jiménez ha destacado que todavía es pronto para saber con exactitud los daños causados. “Nos queda un ‘ruteo’ por los caminos para hablar con los agricultores para saber cómo ha afectado el agua y piedra al campo”.

El primer edil reconoce que no es la primera vez que Cenicero vive una tormenta como esta. “Hace dos años tuvimos una parecida y hace seis otra. El problema de estas cosas es que nadie sabe cuánto va a caer, porque ayer vaticinaban pocos litros y mira la que cayó. No se puede hacer mucho más que mirar hacia arriba y rezar para que no se repita”.

Ollauri: las viñas, arrasadas

Ollauri fue una de las primeras localidades en sufrir las consecuencias de la tormenta: ni la red de alcantarillado ni el cauce del río Zamaca pudieron contener el aluvión de precipitaciones que convirtieron las calles en auténticos ríos.

“Lo que estamos haciendo desde primera hora de la mañana es reforzar la limpieza en sumideros y ríos y dejar otras cosas aunque esté el pueblo lleno de hojas. Esta tarde volverá a caer y hay que hacer todo lo posible para que no vuelva a pasar lo mismo que ayer”, afirma Miguel Martínez, alcalde de Ollauri.

Sesenta litros por metro cuadrado en treinta minutos. Este es el resumen del calvario que vivió el municipio. “Calles llenas de barro, pabellones, viviendas y chalés anegados. Un auténtico desastre”. Pero las viñas se han llevado la peor parte. “Es cierto que la tormenta ha pillado de forma desigual, y la parte de Ollauri a Briones ha sido la más afectada. No podemos evaluar detalladamente los daños todavía, pero ya se está hablando de pérdidas de entre el ochenta y el cien por cien”.

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