El Rioja

Bodegas Familiares amenaza con salir del Consejo Regulador “si no cambian las reglas del juego”

La Asociación de Bodegas Familiares de Rioja ha logrado el apoyo de más del 50 por ciento de las bodegas de la Denominación de Origen Calificada Rioja tras el recuento de votos del proceso de elecciones para la OIPVR. Concretamente, 216 adhesiones de pequeñas y medianas bodegas de un total de 410 empresas. A pesar de un crecimiento del 44 por ciento respecto al anterior proceso de 2017, Bodegas Familiares mantiene su representación (dos vocales y el 8 por ciento del sector comercial) en el Consejo Regulador.

La Asociación tacha este sistema de representatividad de “viciado e injusto”, por lo que pretende reclamar un compromiso real de cambio de estatutos: “A la vista de lo sucedido y de que el compromiso de reforma se incumplió el pasado mandato, si no hay una promesa real sobre la mesa, Bodegas Familiares de Rioja abandonará la OIPVR y el Consejo Regulador el 25 de mayo del 2023, dentro de dos años”.

Su presidente y vocal, Eduardo Hernáiz, recuerda que la OIPVR se constituyó en el año 2003 y que, después de casi 20 años, es necesaria una reforma profunda para adaptarla a la realidad de la DOCa Rioja. En la actualidad, los criterios que determinan la representación son únicamente el volumen de litros de vino comercializados y una ponderación económica que favorece las grandes producciones de vino barato.

En este sentido, la Asociación reclama en primer lugar un reconocimiento social de la representatividad, en función del número de bodegas representadas, para un reparto más justo: “Hemos acreditado el voto de, nada más y nada menos, que más de la mitad de todas las bodegas que han delegado su voto, lo que se ha traducido en que no hemos ganado un solo punto de representación en la mesa del Consejo, algo incomprensible en cualquier sistema mínimamente democrático”, explica Juan Carlos Sancha, vicepresidente de Bodegas Familiares de Rioja.

“Tenemos un sistema interprofesional a medida de las grandes agrupaciones bodegueras, hasta el punto de que una de las asociaciones tiene derecho a veto a cualquier decisión, aunque fuera propuesta por todo el resto de la mesa de forma unánime”.

Bodegas Familiares de Rioja reclama además una revisión de las ponderaciones económicas que se aplican en la actualidad para medir la representación económica, que priman la estancia en madera o en bodega de los vinos y no su valor real.

“Por poner un ejemplo, yo vendo vino de viñedo singular a 45 euros contraetiquetado como genérico y, sin embargo, mi botella vale para el Consejo 2,40 euros en las elecciones, mientras que a un reserva vendido en la lineal del supermercado se le asignan 4,85 euros”, indica Juan Carlos Sancha. “Estamos desfasados, tanto en los estatutos como en la valoración real de los vinos y todos estos hechos benefician claramente a quien más tiene, es decir, a los grandes grupos bodegueros”.

Por su parte, Eduardo Hernáiz reitera que “es necesario que los estatutos de la Interprofesional y el Consejo reconozcan el modelo familiar, que sigue siendo muy mayoritario en Rioja, con un merecido protagonismo que se nos niega, y no sólo a nosotros, sino también a otras asociaciones similares en un sistema en que sólo tres agrupaciones toman todas las decisiones por un sistema hecho a su medida, mientras el resto somos comparsa”.

“No estamos pidiendo una bodega, un voto; pedimos una representación real, por facturaciones declaradas, con un compensación por número de bodegas por su implantación en el medio rural, por la creación de empleo y por la importancia y trayectoria del modelo familiar en la creación y desarrollo de esta denominación de origen”, reclaman.

Hernáiz señala asimismo que “estamos ante un sistema, cuyo resultado se equipara a unas elecciones cada cuatro años cuando ni siquiera contamos con un censo real, porque no está claro ni qué bodegas pueden delegar la representación”. “Es un sistema absolutamente opaco y falto de transparencia que perjudica al modelo familiar y de valor y que beneficia a la producción industrial de vino barato, que se traspuso del sector remolachero al del vino y que ninguna otra denominación de origen vinícola, salvo Valdepeñas, que ya sabemos cómo está, ha copiado”.

Por último, Bodegas Familiares de Rioja quiere transmitir a sus representados su agradecimiento por este masivo apoyo y se compromete a seguir defendiendo los intereses de la pequeña y mediana bodega, bien dentro o fuera de las instituciones sin hay compromiso real de cambio.

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