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Ilusión y esencia: las claves para los jugadores rojillos

La última vez que han pisado verde en Calahorra ha sido en La Planilla. No podía ser en otro lugar. Había que estar en el templo para la última conjura antes de emprender viaje a tierras extremeñas. Con la ilusión de aquellos a los que les queda mucho que ofrecer y la tranquilidad de los que ya han dado más de lo que se esperaba, los jugadores del Calahorra pasaban este jueves las últimas horas en la ciudad con la mente puesta en el partido del sábado. Mientras, las oficinas del club parecían el camarote de los hermanos Marx: PCR a toda la expedición por aquí, venta de entradas (se han reservado en torno a 150) por allá…

Tras un entrenamiento en los que los 21 han podido participar, la suerte está echada. El trabajo ya se ha pulido todo lo que se podía pulir y ellos están convencidos de que se puede dar una sorpresa y tener que volver la próxima semana para intentar redoblar la machada.

Cristian Fernández había soñado desde niño con este partido. Calagurritano, ferviente enamorado de su tierra, de su casa, de su club del alma, en definitiva, de sus raíces. Titian, como lo llama ya la mayoría, aún es capaz de visualizar a ese renacuajo que se plantaba en La Planilla tras la meta del portero contrario para intentar desestabilizarlo psicológicamente como si el griterío de cuatro mocetes que no levantaban un palmo del suelo fuese otra de las claves para ganar un partido. Así lo hizo un viernes por la tarde de hace 20 años, cuando el Calahorra jugó ese primer play off de ascenso a Segunda contra el Ejido. Recuerda el sentimiento que se le arremolinaba en el estómago como si fuera ayer. “Yo sólo pensaba en que cuando fuese mayor quería estar en la misma situación en la que estaban esos jugadores, y ahora se da la oportunidad”.

Otros pensarían que el hecho de no haber salido futbolísticamente de la ciudad es un fracaso. Él no. Para mi es una suerte estar en el equipo de mi ciudad, representar los colores del club de mi casa y ahora llega el momento de hacer realidad el sueño de ese niño que era hace veinte años”. Espera hacer algo que se vea. “Me gustaría que fuese algo épico. Vamos a dar todo en el campo, sabemos que ellos a priori son mejores que nosotros, por plantilla y por presupuesto, lo han demostrado. Quedaron primeros de su grupo que no era nada fácil, pero nosotros vamos sin presión, vamos con la ilusión de hacer historia. Seguro que va a ser una experiencia bonita”.

Para el gran capitán el secreto del partido está en tener opciones hasta el final de los 120 minutos. “Luego pueden pasar mil cosas, pero yo creo que va a ser un partido igualado, creo que vamos a estar serios defensivamente, no creo que se rompa la balanza al principio. Ojalá sea así y lleguemos a los últimos minutos con opciones, luego ya será cuestión de intentar hacer la machada y marchar un gol”.

Y si de la tierra es Cristian, también lo es Fran Sota. El aldeano llegó en verano de vuelta a casa tras años peregrinando por el fútbol nacional. Para él este también es un partido especial. “Como riojano, representar a un tierra en un partido como el del sábado es algo increíble. Es un premio a toda la temporada”, dice. Reconoce que en Aldeanueva de Ebro también están los ojos puestos en el encuentro. “La gente del pueblo ha estado pendiente toda la temporada de lo que iba haciendo el Calahorra, seguro que la gente desde casa está empujando y también habrá representación aldeana en el Vicente Sanz”.

Para Fran la clave del partido está en no perder la esencia. “Diego nos lo lleva repitiendo toda la semana, ya que hemos llegado hasta aquí siendo nosotros mismos, jugarlo como el que juega un partido más”. El jugador asegura que estará, si el mister lo decide así, para el partido del sábado, a pesar de haberse tenido que retirar en el último encuentro contra el Amorebieta por molestias. “Estos partidos se juegan un poco más con el corazón que con la pierna, pero vamos que me encuentro muy bien”.

Hace balance de la temporada. “La clave ha estado en cumplir objetivos a muy corto plazo. El primero era la PRO; después intentar hacerlo lo mejor posible en la segunda fase y ahora nos encontramos con esto, en un partido que puede pasar cualquier cosa”.

La alegría canaria la pone sin duda Rayco en este grupo que está forjado a fuego lento pero que se ha convertido en una auténtica familia. Para el canario no es su primer play off, aún así la ilusión es como la del primero, así lo demuestran sus ojos al hablar del partido del sábado. “Afrontamos el partido con muchísima ilusión y muchísimas ganas, no puede ser de otra forma teniendo por delante un encuentro de este calibre”, dice. Como el resto de la plantilla, sabe que este no era su objetivo a principio de temporada. “Nosotros teníamos como objetivo estar en la liga PRO, pero el trabajo y el crecimiento del equipo durante toda la temporada nos ha llevado a estar aquí y jugarnos el ascenso a Segunda División”.

La experiencia de jugar partidos como este le hace tener muy claras las cosas. “Hay que intentar siempre ser nosotros mismos, tener la misma identidad que hemos tenido durante toda la temporada y saber que con este formato nuevo a 90 minutos y sin la posibilidad de penaltis, no queda otra que competir y competir hasta el final. Cuanto más tiempo estemos metidos dentro del partido, más opciones tendremos de llevarnos la victoria. Todo va a ser cuestión de detalles. En este tipo de partidos los detalles y los errores marca quién se lleva la victoria”.

No cree en eso de no tener presión por no ser favorito. “Una vez que estás ahí, la tensión de este tipo de partidos no te la quita nadie. El nerviosismo de estos partidos se tiene y además es bueno jugar con esa tensión. Lo que hay que jugar es sin ningún miedo y a por ellos”.

Mikel Santamaría no es nuevo en un play off de esta envergadura. Reconoce que la ilusión es el sentimiento que más aflora estos días, pero “hay que estar con la cabeza tranquila. Lo vamos a dar todo, lo importante es que a la vuelta, indiferentemente del resultado que nos traigamos para casa, tengamos esa sensación de haber hecho todo lo posible en el campo, que nuestra afición no nos pueda reprochar nada, que se vengan orgullosos del equipo. No vamos a dejar nada sin hacer”. Para Mikel, como para el resto, la clave es no salirse del partido en ningún momento. “Si marcamos, que no se nos vaya la cabeza. Si nos marcan, ir a por el empate. Pero, si como el resto del año, no encajamos goles, estaremos mucho más cerca de ganar”.

Son cuatro pero todos tienen interiorizadas las mismas claves, las mismas estrategias, las mismas ilusiones. A las doce de la noche emprenderán el camino hacia Don Benito, donde llegarán a primera hora de la mañana. En ese momento, la historia del club empezará a reescribirse quién sabe si, como en el cartel que dos veces al año luce en la calle Grande de la ciudad, lo hace con letras de oro.

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